BUROCRACIA. DOS FUNDADORES

Un guardia civil y un policía fuera de lo normal y por lo tanto expedientados sin cansancio por la mediocre jerarquía nos cuentan de la burocrotización y falta de calle de los directivos de cuerpos y fuerzas de seguridad. Interesante porqué las cosas no funcionan, la politización lo impregna todo, mandan personas sin "práctica profesional"     que da el saber.

Organizaciones que se enroscan sobre sí mismas y viven para sí mismas. Hasta la caricatura. Nosotros también éramos muy burócratas, se demuestra en la nota que ha sacado hoy Agustina, en lugar de dar cauce a las "cartas al Padre", alguien las leía y las resumía haciendo un elenco de ellas. Trabajo inútil, absurdo, prescindible.

 Hablando del carisma al que "tienen que volver", en una biografía de José Antonio, he encontrado una página que genera inquietud. ¿Quién copió a quién? o más bien, ¿y si lo que llaman carisma era la moda, el modo de pensar y ver la vida propio de los años 30?

Íntimamente ligada a la preocupación de José Antonio por la unidad de España y por el Imperio es la noción de vica como empresa. Es otra palabra clave de su pensamiento. José Antonio Primo de Rivera no  admite dudas acerca del Dios católico (La interpretación católica es la verdadera y la propiamente española...) y estima que el hombre ha sido creado por Dios para realizarse en la acción, en el servicio. "Sólo se alcanza dignidad humana cuando se sirve" añadiendo "Sólo es grande quien se sujeta a llenar un sitio en el cumplimiento de una empresa grande".
"La vida no vale la pena si no es para quemarla en el servicio de una empresa grande" La verdadera felicidad está en saber encontrar la vocación y luego vivir en armonía con ella.

La vida entendida como servicio a una empresa grande sólo puede tomar dos formas para Primo de Rivera: "No hay más que dos maneras serias de vivir: la manera religiosa y la manera militar".

El founder hablaba de que  los militares ya tenían la mitad de la vocación.

El fundador de Falange por su parte solía afirmar que su peculiar estilo integraba ambos modos de entender la vida, pero en la práctica mostraba preferencia por lo militar. José Antonio se ufanaba de la tradición familiar de su familia y tenía claro concepto de lo que, para él, significaba la guerra en la vida de los pueblos: "La guerra es inalienable al hombre. De ella no se evade ni se evadirá. Existe desde que el mundo existe y existirá. Es un elemento de progreso. ¡Es absolutamente necesaria!

Como el founder que escribió un punto en Camino o en cualquier otro de sus libros estrella que leíamos y releíamos aquellas palabras de la Biblia: "militia est vita hominis super terram, la vida de los hombres sobre la tierra y todavía hay comodones que no se han enterado", de esta manera nos animaba a no dormirnos en los laureles, a estar siempre en pie de guerra "ascética", mediante rezos, mortificaciones y obediencia rendida.

A este respecto el Profe en su última intervención de despedida de coloquios recuerda otro punto repetido del founder: "si  te levantas de la mesa sin haber hecho una mortificación has comido como un pagano" y se irrita porque le parece que hay asuntos más importantes para un católico que no poner azúcar en el café o no repetir de lo que te gusta. Pero no se da cuenta de que quien eso predicaba se paseaba por el mundo con "cocinera" particular, no se fiaba de sus demás hijas cocineras. Una incoherenci más de las suyas. Forma parte del Escrivá escondido por la propaganda sus caprichos culinarios, amante de determinadas exquisiteces de no sé qué carísima confitería en Madrid. No comía con los demás en Roma, siempre aparte en comedor privado con su círculo de elegidos. Como la trinidad, lejos, despegado, a sus anchas los 3 ó los cuatro.

Primo de Rivera gustaba de citar a Spengler quien a última hora siempre ha sido un pelotón de soldados el que ha salvado la civilización, lo pone en una Carta a los militares de España de 4 de mayo de 1936.

En Camino son abundantes las citas situadas en  la guerra, pues el libro se escribió en esa época.

Muchos paralelismos que reflejan una época. 

No está de más que el founder del Sodalicio se inspiraba expresamente de los discursos José Antonio. Tenemos pues organizaciones religiosas que hunden sus raíces ideológicas en la España de hace cien años que para la mayoría ha desaparecido.

Primo de Rivera no tuvo tiempo de ser incoherente, tuvo que enfrentar literalmente el pelotón de fusilamiento. El otro founde lo evitó. Predicaba la guerra para los demás, por lo poco que sabemos más que mortificado nos han llegado sus caprichos impensables en la vida de una numeraria del montón.

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