BUMERANES

Por lo visto han aprendido a destrozar países con leyes absurdas chez Maduro & cia. Es el caso de los jóvenes. Sus mayores tienen los ahorros en Santo Domingo, donde llegó Colón. Nos la han dado con queso. 

El karma llega  y el niño con cara de no haber roto un plato va a ser reo de la misma ley que él votó. ¡Ni siquiera los diputados que leen las leyes que votan! Grado de amateurismo en el país donde Dios iluminó con el carisma de la "santificación del trabajo". Le dan al botón corrrespondiente y listo. En este caso es más grave aún porque hay vídeos donde se le ve defendiendo la ley que ¿lo va a condenar? cuando todavía estaban "cocinándola".

Muy interesante foto y protagonistas desconocidos, pero le sobran la mitad de las palabras. Pierde al lector con tantas acotaciones, suposiciones y desvíos del relato principal. 

Esa foto no estaba en las publicaciones internas femeninas, normal, solo figuran hombres en ella, en esa época no se había planteado el "servicio doméstido vocacional". Desde el principio se quitó de en medio a quienes le molestaban en la "fabricación de su culto particular", atribuyéndose méritos de otros, con santa pillería. Los eliminó de la historia. No "le" fueron fieles. Marcó el camino de lo que había que hacer: construir la realidad. Y pisar fuerte. Cuanto más inventada, más cara hay que echarle a la vida.

BUROCRACIA Y FASCISMO

Lo que caracterizó al régimen franquista en todo su último período fue que mientras en la sociedad española en su conjunto la burguesía industrial se había afianzado, en el plano político determinadas "clases residuales" fueron decayendo. Este sector comenzó a descender en cuanto al número (era la merma de los falangistas históricos y nazifascistas clásicos) y su lugar fue ocupado por los "técnicos" en su mayoría procedentes del "Opus Dei", expresión de la otra corriente del fascismo español, el "nacional-catolicismo autoritario".

¿Por qué el OD logró encaramarse en el poder totalitario? ¿Acaso por la capacidad de sus cuadros y operadores políticos? La respuesta es otra. La evolución de la estructura de clases y su superestructura política produjo una progresiva reducción de las clases sociales que habían apoyado originariamente el régimen. A ello se sumaron otros factores. La Iglesia española también fue recorrida, desde comienzos de los años 60, por las corrientes progresivas que comenzaron a desplegarse en todo el mundo católico a partir del Papa Juan XXIII. Un nuevo factor fue la pérdida de apoyo a la dictadura de una importante del clero.

No solo los curas vascos sino también la Compañía de Jesús, entre otros sectores. Además hubo un resurgimiento de la actividad socialista, comunista, anarquista, cristiano social y liberal en todo el territorio ibérico.

El franquismo perdió, además, apoyo en la población ya que habían ido desapareciendo las bases sociológicas que le habían dado cierto sustento durante la Guerra civil, como consecuencia del agotamiento por envejecimiento y muerte de las élites políticas franquistas heredadas de los partidos políticos reaccionarios, derechistas y fascistas que actuaron durante la Segurnda República (1931-1939) e incluso anteriormente. Las nuevas generaciones rechazaron el franquismo.

La falta de élites creó problemas primero para la renovación de cuadros políticos, y cuando se recurrió a nuevos sistemas de reclutamiento en los que se utilizaron, incluso, asociaciones religiosas conservadoras, procedentes del nacional-catolicismo autoritario, éstas llegaron a suplantar el papel de los partidos políticos. 

Allí apareció el OD con sus "técnicos" que fue en socorro del franquismo y para su propio provecho económico, José Felix Tezanos dice con acierto que toda esa situación generó "falta de homogeneidad, así como garantías de lealtad, provocando todo ello indudables fisuras en el aparato franquista".

En su conjunto, pues en los últimos años del franquismo, sostenía Tezanos en 1978, alimentando la crisis de todo el sistema, por una parte, distintas inercias del pasado; por otra, distintos tipos de intereses económicos y sociales no conjugados, y, a su vez, distintos niveles de implicación política en el sistema que iban a dar lugar a un conjunto de desajustes a distintos niveles, así como a diversos tipos de políticas "ideológicas" que contribuirán a caracterizar a la sociedad española por su carácter no integrado y sumamente desajustado.

Por ello, no es nada extraño que, una vez desaparecido, con la muerte de Franco, el último eslabón de inercia histórica que nos mantenía atados al pasado, se produjera un rápido prceso de evolución socio-político orientado a encontrar un nuevo modo de ajuste entre nuestro sistema político y las necesidades dimanantes de la nueva realidad socio-económica de la España del último cuarto del siglo XX.

Pero no debe creerse que el OD no intentó preparar una transición ajustada a sus concepciones totalitarias y sus intereses. Lo que pasó fue que aquellas previsiones fracasaron porque los actores murieron o se marcharon.

Junto con Franco los ideólogos od tenían como reaseguro al almirante Carrero Blanco, el segundo del viejo régimen, pero ETA eliminó esa posibilidad matando al tirano. Prepararon desde niño y lo halagaron a Juan Carlos, pero el rey neofranquista siguió sus propios derroteros, más cercanos al liberalismo de su padre don Juan que a la mentalidad oscurantista del od. Otro fracaso para la escrvanía fue el de Adolfo Suárez. Formado en la Falange Española, cuando esta perdió el favor en el gobierno franquista se pasó con armas y bagajes al "Opus Dei".

Mucha gente hizo eso en España y no pocos católicos de clase media o alta lo hacen por diversas partes del mundo buscando acercarse a formas de poder político o económico. Lo mismo ocurre con la masonería librepensadora, la archienemiga del "Opus Dei". Pero la astucia de la historia, de la que hablaba Hegel, les jugó una mala pasada. Suárez, como ya dije, fue una especie de Mijail Gorbachov español. Llegó al poder de la mano de los superstites del régimen pero, una vez en el gobierno, acompañó una transición pacífica de la dictadura a la institucionalización de España en el sistema demoliberal occidental.

Emilio J. Corbière