Amigos para siempre

Alguien quiere sacar a una amiga, amigo del opus. Pero no terminas tu mensaje y no das ningún dato de nada. Es muy difícil sacar a alguien muy convencido, ¿edad? ¿cuántos años dentro? ¿trabajo? la parte psicológica de necesario deslavado cerebral si está dentro del opus es extra complicado. Y la parte financiera, si el trabajo se lo dan ellos, hay que buscarse otro modo de vida al salir.
Ya he explicado muchas veces que ganarse plenamente la confianza de una numeraria de manera que la ponga en alguien de fuera antes que en las directoras es toda una proeza. Me siento incapaz de meterme en ese berenjenal, a lo mejor si le das a leer mi libro... Yo también estaba muy convencida, a golpes me fui desconvenciendo.

Es muy difícil. Realmente la posibilidad más común es que "tiren" a tu amiga, y sus amistades la tengáis que recoger con cucharilla. Una vez que la persona está fuera ya se puede hacer algo, pero mientras estás viviendo en un centro, controlada al infinito, salidas, entradas, llamadas telefónicas, relaciones sociales, lecturas, sentimientos, pensamientos.... todo, está en una cárcel de la más alta seguridad. Dominan el arte de la tortura, se aprende mucho observando, no es mi meta en esta vida torturar, pero lo he visto ya tanto que me sé los trucos.

Me he estado acordando de otra experiencia incréible, por si sirve de aviso a padres navegantes.
Va de "apostolado de amistad". Antes de escribir la carta pidiendo la admisión tenía mis amiguillas del colegio. Concretamente recuerdo a una tal Mila Goñi, la profesora de lengua la llamaba Milagrosa. Vivíamos en el mismo barrio, mi padre y su padre eran conocidos de tiempo atrás, teníamos cosas en común. También a ella le gustaba leer, en verano íbamos a la piscina de Ruiz de Alda, luego cambió este nombre por Larrabide. En resumen, una amiga de la pre y adolescencia tan normal.

Cuando me hice numeraria con 16 añitos todo empieza a estar mediado por el opus. Es decir, no puedo tener amigas al margen de que tengo que hacer apostolado con ellas. Dios me ha creado para una misión, hacer el opus dei en la tierra, esto te lo repiten día sí y día no en un machaque continuo de círculos, clases y meditaciones. No hay otra posibilidad, sería desleal no poner por obra mis capacidades apostólicas. Y lo que era una amistad se va a ir al garate desde el momento en que opus invade mi existencia.
Hablaba con Mila bastante pero al tiempo tenía que conseguir que viniera al club Isaba, a una charla, a confesar con el cura... tenía que meterla en mi vida opus, ese es el único apostolado que entienden: llevar a la gente a sus cosas. Tiempo atrás, con 12 años, creo que nos habíamos apuntado las dos a clase de inglés en el club Isaba. Pero ya con 14, con 16 es tiempo de pasar a mayores. Hay que ir dejándose de adornos y entrar en el meollo de la cuestión.

Y aquí vienen los desastres. Yo la invitaba a todos los "actos opusinos", por ejemplo, a la novena de la Inmaculada que era en la facultad de ciencias, o en la escuela de arquitectura, y el último día en la catedral. A un retiro mensual, algún sábado por la tarde, a la meditación de san Rafael también el sábado por la tarde, y la muchacha me daba unos plantones de aquí te espero.... me he tragado plantones por un tubo. Ya estaba "desaprendiendo" de la vida gracias al opus, ya estaba empezando a mi "autoanulación", porque evidentemente cuando los plantones se repiten algo pasa y hay que hablar. Y si no funciona, good bye. Pero claro, si dejaba tirada a mi amiga, ¿con quién iba yo a hacer apostolado? no podía ser. De manera que tanto que hablan de que en el opus te ponen una "consejera" que te guía, también lo hacen en los colegios, no es verdad. Porque no me enseñaron los rudimentos de la vida en sociedad, de que no se deben tolerar ciertas cosas. Te ponen una consejera, imitando los "tutorials" de los "colleges" ingleses para azuzarte a que hagas lo que al opus conviene, no para que crezcas como ser humano.

Por otra parte me doy cuenta de que Mila estaba enseñada. Tenía quien le dijera como tenía que hacer conmigo. En efecto, tenía dos hermanas bastante mayores que ella, la mayor me parece que estaba en la facultad de farmacia, contratada o haciendo la tesis. Es decir, típica gente de Pamplona que con el opus se las sabe todas: hay que sonréírles y decirles a todo que sí para que te den trabajo, pero tampoco pasarse para que no te pesquen. Ideal.

Y claro hoy tengo la certeza de que Mila sabía hasta donde tenía que llegar, no me mandaba definitivament a la mierda con mi pesadez pero tampoco se comprometía. De hecho "se la presenté" a una numeraria estudiante de periodismo, Carmen Sofi, una chica que había llegado de Costa Rica a Pamplona. Y con ella tenía las grandes conversaciones, no le daba tantos plantones como a mí, incluso empezó a ir a una charla doctrinal. Ya empezaba yo a hacer el panoli, de "ser suplantada" en la amistad. Típica estrategia opusina en que la gente "es pasada" de numerarias tontas a numerarias listas que saben hacer puntos. Yo era una cría a la que se podía dejar plantada una y otra vez, Carmen Sofi era mayor no la podía plantar tanto, pero había que guardar las distancias.

Todo se soportaba porque era divino, porque había una vocación desde la eternidad, y porque la anulación de la capacidad crítica empieza desde esa edad.

¡Qué desastre de vida desde tan pequeña!