Enrique Rojas y su abominable método: coincidencias

Dos casos que por azar le fallaron

A lo mejor el anónimo que insiste en que no ve porqué implicar al opus en las crueldades Rojas se siente contestado con el relato que hace Isabel de las coincidencias de su caso con el de María Menchaca, publicitado en su día por Interviú.
En una cosa no miente el opus cuando te deforman a su imagen: unidad de vida, en el sentido de que si eres un supernumerario a carta cabal, comprometido, nada escapa al hecho de tu pertenencia al opus dei. La consideración que dentro del opus se tiene con cada supernumerario varía mucho en función de la posición social, situación económica, contactos que el supernumerario puede ofrecer. Es evidente que para la nomenclatura opusiana cuenta bastante más un alcalde de La Carolina, supernumerario, senador por la provincia de Jaén durante una década, con relaciones interesantes con ministros PP como Mayor Oreja, Acebes que una supernumeraria de Linares, a pocos kilómetros de distancia, que vive de vender el cupón de la ONCE.

Rojas es un supernumerario de campanillas, que sale en los periódicos, que aparece como gurú de las enfermedades psi, tan frecuentes en España no sé porqué, un médico al que Ana Pastor, la ex ministra de sanidad, presenta libros. Y aunque tú no lo veas, el opus alienta, apoya y también saca tajada del "ëxito" Rojas. En todo esto, se nos olvida con frecuencia, hay millones, ser un autor best seller es una forma de amasar dinero. Y para seguir siéndolo es preciso no dejar nada al azar. No puede ser que una ciudadana anónima resista a los encantadores métodos de "doblegamiento". De ahí la persecuión totalmente fuera de lugar si lo único que se pretende es sanar al ciudadano enfermo.

Ya dejo la palabra a Isabel.


Pienso, que el procedimiento imprevisto de María Menchaca con el que se encontró Enrique Rojas, le llevó a retrasar "su faena" conmigo mientras pudo. No la pudo retrasar más, porque prescribían los cargos en la la sdad. que "el ex" pedía al juzgado (Estadística Cuatro, S.L.), alegando que Enrique Rojas había prescrito mi internamiento.

De hecho, una de las cosas que le ocurrió a Enrique Rojas conmigo, es que se quedó sin tiempo material para manipularme. Tenía 6 meses (desde Dic. 96 a Junio 97). Como perdió desaprovechó la 1ª. cita enviándome a C/ Velazquez 40? (entonces el club Zayas, yo no tenía ni idea que era un centro opus de mujeres), pensando que me convencerían y me apuntaría a las charlas. Después le di algún plantón que otro y estuve un mes fuera de Madrid, tuvo que hacer deprisa y corriendo el trabajo previsto y quizás fue una de las causas que pesó para que no me embaucara.

En Interviú, está mejor explicado el caso de María Menchaca que en El Mundo. Al final el artículo está transcrito.

http://doctorenriquerojas.blogspot.com/2009/11/enrique-rojas-violacion-del-secreto.html


El método que utiliza es idéntico, sólo se altera por los imprevistos que surgen y que Rojas no controla:

1) Medicación para conseguir internar a María, yo no la tomé y tuvo que intentar convencerme en vivo de la necesidad de mi internamiento.

2) A María tampoco le pasaba nada, pero su entonces marido la llevó a la consulta.

3) El marido de María le decía al ama, "Mire como está la señora. La vamos a tener que ingresar".
- Durante el mes que estuve fuera de Madrid, el ex (el padre de mis hijos), visitó a unos amigos ilustrados en estos temas (médico y psicóloga feminista) y dejó caer que Enrique Rojas decía que me iban a tener que internar porque yo tenía un trastorno de personalidad.

4) Al fallar el plan con María (falla por azar, no estaba previsto que viese a su médico de cabecera y éste le tirase la medicación recetada por Rojas), lo mismo que le falló conmigo cuando planté al Javier de las Heras en mayo 94, Enrique Rojas no cesa. Vuelve por María al cabo del tiempo, lo mismo hizo conmigo.

5) En ambos casos, Enrique Rojas vio a nuestros hijos a nuestras espaldas.

6) En ambos casos, los diagnósticos de Enrique Rojas fueron rechazados por otros médicos. Es decir, eran falsos.

7) En ambos casos, colaron y se procedió en los juzgados con pruebas obtenidas ilegalmente (aunque hubiese sido cierto lo que Enrique Rojas decía en el informe de María o en los certificados que emitió sobre mí, eran pruebas obtenidas ilegalmente a su vez que pruebas de un delito que consta en el Cdg. Penal (art. 199.2), al menos desde tiempos de Napoleón, violación del secreto profesional.

8) En ambos casos, los juzgados no procedieron contra la estafa judicial de haber emitido documentos falsos, a nuestras espaldas, destinados a engañar a la Justicia.

9) En ambos casos se nos archivaron las denuncias en el Colegio de Médicos de Madrid aunque:

- En el caso de María, la conducta de Enrique Rojas fue calificada públicamente de "terrorismo social", por el Consejo de Médicos.

- En mi caso, el médico juez instructor del expediente en el Colegio, entre otras sanciones, llegó a proponer la inhabilitación profesional temporal de Enrique Rojas y el pleno de la Junta Directiva (máximo órgano dentro del Colegio de Médicos), consideró que las sanciones propuestas no guardaban proporcionalidad con el daño causado y solicitó al Instructor elevar todas las sanciones. Concretamente, la inhabilitación laboral temporal, solicitó que se doblase.

10) Tanto en el caso de María como en el mío, estas denuncias se archivaron inexplicablemente. En ambos casos, no nos comunicaron el archivo en el momento que se produce.

- A María se lo comunicaron en el 98, me dijo que el archivo se había producido en Dic. 96 (si fue así, casualmente en la misma fecha que Enrique Rojas puso de nuevo en funcionamiento, el plan que tenía conmigo).

- En mi caso, mi abogado descubrió en el Juzgado un escrito presentado por Enrique Rojas, aportando el archivo del exp. del Colegio de Médicos de Madrid, que estaba pendiente de doblar la sanción.



Acabo de comprobar que la sede del Club Zayas está en Príncipe de Vergara. Interesante la web, vemos en qué se entretienen las mujeres VIP Opus y qué tipo de actividades anzuelo organizan. Da una idea de sus intereses. Queda un poco arcaico lo de las meriendas.