Etapa "post" Opus Dei
Me he reencontrado con algunos escritos de todos estos años en OL que me gustaría no olvidar, estaba inspirada ese día.
Ana Azanza :
Ana Azanza :
Contesto a Salypimienta,
tienes toda la razón en lo que dices y eso mismo pensaba yo. No fui nadie en el Opus Dei comparada con gente que está en esta web. Elena Longo (Aquilina) por ejemplo fue directora de asesoría regional, pongamos cinco escalones por encima de donde yo estuve.
No ví nada en mis años dentro porque todo lo daba por bueno. Absolutamente todo, si había algo que me planteaba una pregunta, las directoras no tenían que romperse la cabeza conmigo para sabérmelo envolver. En opuslibros.org he aprendido mucho porque he visto que la media del espabile de las numerarias y numerarios en general cuando estaban dentro era bastante más alto que el mío.
De forma y manera que realmente no tenía nada, ni siquiera esas cosas que cuenta del Perú Nicanordel dinero, él se daba más cuenta que yo de cosas. En lo que llevo leído observo que Nicanor sabía bastante más mientras estaba dentro que una servidora. Y con todo también lo daba por bueno, la Obra es santa. Para todos la Obra fue santa...
A lo que quiero llegar, es que sin ser nadie y sin tener ningún secreto espeluznante que revelar porque nunca estuve en la pomada de una asesoría, delegación o incluso consejo local (en los que estuve las otras dos del cl hacían cosas a mis espaldas sin informarme y también lo daba por bueno), en esas condiciones te puedo decir Salypimienta que se me vino el mundo encima. Quiero decir que el Opus Dei está detrás de TODAS las marranadas que me han hecho bastante gente, incluida mi familia, con dolor lo digo pero es la pura y desnuda verdad.
De manera que el Opus Dei no sólo se fija y sigue la pista a los "grandes" de este mundo. También a las hormigas, porque no son tan tontos como para no darse cuenta de que una hormiga por muy pequeña que sea como la gente le haga caso a lo mejor el chiringuito se les empieza a venir abajo. Yo no me lo explico de otra forma, te aseguro que no me han dejado en paz. Recién se ha jubilado un supernumerario que trabajaba en educación en esta provincia y que el año pasado todavía tuve que aguantar otro jaleo por su culpa, no sólo suya, pero estaba él metido en el fregado, y yo salí hace ya nueve años. Ya es tiempo como para dejarme en paz, me parece. Como tampoco me explico que hace relativamente poco si voy a Madrid de viaje aparezca un exOpus haciéndose el encontradizo, alguien a quien me costó reconocer porque hacía veinte años que no había vuelto a ver y con el que tampoco había tratado mucho. Me dio un susto morrocotudo.
No porqué pensara que me va a apuñalar, sino porque cuando "aparece" alguien en un sitio que no corresponde y después de haberte hecho sentir la soledad durante años estás muy pero que muy escarmentada. Y me da por pensar ¿cómo puede este tío saber que estaba yo aquí hoy? lo siento Salypimienta, pero los encuentros casuales que el Opus Dei prepara con los ex se notan mucho. De manera que soy una hormiga y menos que una hormiga además una hormiga que estuvo muy "atontá" y sin embargo no me han quitado ojo. Así que tu teoría de que sólo se ocupan de los peces gordos no se sostiene.
Otro detallito, el Opus Dei se ha empeñado en decir que soy una enferma. No tienen papeles para demostrarlo, no pueden presentar nada ante un tribunal porque no hay nada. Incluso yo puedo presentar un diagnóstico de un supernumerario que está en mi libro de que no me pasa nada a nivel de la psique.
Inasequibles al desaliento, ¿qué han inventado? que yo caiga en la trampa de decirlo por mí misma acudiendo a un programa especializado... es decir, de los miles de programas que hay en radios y tv del país en los que podría dar un testimonio sobre el sectarismo Opus Dei, ¡qué casualidad! a nadie le interesa o está muy visto el tema Opus Dei, pero ya van dos veces que se ponen en contacto conmigo programas contra los que no tengo nada en absoluto, pero en los que implícitamente se me haría pasar por lo que no soy: enferma. Con todos mis respetos para enfermos, faltaría más, pero yo ni lo he estado y visto lo visto enfermaré de cualquier cosa menos de lo que el Opus Dei se empeña que enferme.
En fin, que a lo mejor hasta las numerarias que me conocían ya no son numerarias. Ni lo sé ni me importa ni lo voy a investigar. Pero te he puesto ejemplos vividos y muy recientes, que me afectan como ciudadana de este país de que el Opus Dei como sea sabe quien soy donde estoy y qué hacer para fastidiarme. Que me dejen en paz y no tendré nada más que decir, que me devuelvan lo que es mío y me callaré.
Nada de eso va a pasar, ni se puede devolver una vida ni quieren hacerlo. Por lo que sigo insistiendo en que me parece pertinente que se sepa que el Opus Dei actúa como si fuera una policía, que eso no es propio de organización religiosa ninguna, que no tiene justificación, como no sea su mayor gloria. Y que es preciso alertar de la verdad a cuantos más católicos fiados mejor, que son su "banco preferente de pesca".
Sobre lo que cuentas del descrédito social del Opus Dei, bueno. Te diré que cuando yo tenía 10 años ya en mi colegio de monjas de Pamplona, ciudad bastión mundial del Opus, las niñas de 13 y 14 entonaban cánticos alusivos a "que iban a quemar el Opus Dei." También era vox populi que el Opus Dei se quedaba con el dinero de la gente, que separaba a hijos de padres... tampoco me sirvió de nada. Mis padres tragaron con lo que el Opus Dei dice para desmontar las "calumnias" que son verdades como puños.
Estaba recién comenzada la democracia en España, hoy por hoy, un montón de años después, a pesar de que gran parte de la población en Pamplona desconfía desde hace tiempo, otra gran parte los apoyan, porque realmente están en el poder económico, político y universitario de la ciudad. Así desde hace treinta años.
Hay muchas palancas del poder que no son sólo dimes y diretes, y eso los opusinos también lo saben. En mi ciudad natal sobre este tema pesa un ominoso silencio, y estoy segura de que de niña me crucé por la calle con hombres y mujeres que habían vivido ya el calvario al que yo iba a ser destinada por cometer la imprudencia de pitar de numeraria.
A día de hoy esos hombres y mujeres siguen callados, y en eso es en lo que no me quiero parecer a ellos.
Ana Azanza
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Gracias por tu trabajo.