MASIÁ
Gracias pos los vivas a España recitados en les Invalides. Que no en las Ramblas. Mundo...
Hoy voy a copiar de Masiá. Gracias al ministro más progre del PP quiero hacer un excursus por estos temas doctrinales ya que en mi vida numeraril me iba "la vida en ello".
El actual ministro de justicia fue ¿y es? modelo de otros "progres" del PP que acabaron de mala manera.
Recuerdo haber leído en Diario de Navarra unas declaraciones al respecto de Cervera cuanto "sólo" estaba en el ayuntamiento de Pamplona. Es decir, empezando. No lo soñé y se podría buscar, entre el 90 y el 95, declaraciones de un joven político navarro con altas aspiraciones. El hoy ministro progre-retro ha engañado a muchos. Recuerdo conversaciones con gente de "base", de izquierdas por extracción social necesariamente confesando su admiración por el actual ministro que se ve arrasa en Francia. Queridos vecinos del norte: os enviamos el gobierno entero de regalo. No los ibáis a soportar ni medio minuto. España es muy bonita de nombrar en la "grisaille" parisina. Evoca playa, sol, vacaciones. Pero cuando has de vivir aquí como ciudadano y sin cortarte la cabeza las ganas de emigrar se disparan.
Casado con una hija de ministro franquista, hasta aquí nada que objetar, el amor ¿es libre?, acaba de presentar un libro laudatorio del dictador escrito por el suegro. ¿"Con Franco vivíamos mejor"? ´qué manera de usar la política para medrar y favorecer a los propios. Todo lo contrario de lo que es la política. Regeneración urgente.
De las condenas a una invitación a la reflexión. Otra manera de ver diferente a aquella en la que nos educaron. Copió sólo la parte que se refiere al tema de rabiosa actualidad.
7. Sobre la acogida de la vida naciente.
*No ha de extrañar que una gran mayoría de esposos católicos apoyados por el ministerio pastoral vengan disintiendo de las orientaciones eclesiásticas sobre la regulación de la natalidad. No es un problema de moral, sino de eclesialogía mal entendida. No es problema de desobediencia, sino de responsabilidad.
*La violación es un acto que, con su violencia hiere la dignidad de la persona en su mismo centro. Es evidente que el embarazo no debe ser el resultado de una violencia. Esto se aplica no solamente a los casos de violación en el sentido más estricto de la palabra, sino también a otros casos de violencia más o menos disimulada. Hay que responder que, en muchos casos, interrumpir ese proceso en sus primeros estadios constitutivos no es solamente lícito, sino hasta obligatorio. De lo contrario, la persona correría el riesgo de verse ante el dilema de asumir irresponsablemente la maternidad o recurrir a la interrupción del embarazo en el sentido estricto y moralmente negativo de la palabra aborto. La prevención de la implantación ayudaría a evitar ese dilema; la "intercepción" (que se lleva a cabo durante las dos primeras semanas) sería la alternativa razonable y responsable frente al dilema entre contracepción y aborto.
*Al defender la vida nascitura hay que evitar los malentendidos a que da lugar la definición del concebir como un momento,en vez de como un proceso; también evitar la confusión entre las interrupciones excepcionales de la gestación antes de la constitución del feto y la terminación abortiva injusta de la vida naciente.
Optamos por la acogida responsable del proceso de vida emergente y nascente, que implica la exigencia de que, si y cuando se plantee su interrupción excepcional sea de modo responsable, justo, justificado, y en conciencia. Por tanto, deberíamos presuponer, ante todo, una actitud básica de respetar el proceso de concebir iniciado en la fecundación; acoger la vida naciente desde el comienzo del proceso; favorecer el desarrollo saludable del proceso de gestación de cara al nacimiento; y protegerlo, haciendo todo lo posible para que no se malogre y para que no se interrumpa el proceso, ni accidentadamente, ni intencionadamente de modo injustificado.
Esta acogida y protección debe llevarse a cabo de modo responsable. Pero esta postura en favor de la acogida de la vida no significa que esa vida sea absolutamente intocable.La acogida ha de ser responsable y podrán presentarse casos conflictivos que justifiquen moralmente la interrupción de ese proceso. Si no se va a poder asumir la responsabilidad de acoger, dar a luz y criar esa nueva vida, hay que prevenirlo a tiempo mediante los oportunos recursos anticonceptivos (antes del inicio de la fertilización) o interceptivos (antes de la implantación).
Habrá casos límite en los que pueda darse incluso la obligación (no el derecho) de interrumpir en sus primeras fases el proceso embrional de constitución de una nueva individualidad antes de que sea demasiado tarde. Ejemplos de estos casos de conflicto de valores serían: cuando la continuación de ese proceso entra en serio y grave conflicto con la salud de la madre o el bien mismo de la futura criatura, todavía no constituída.
En estos conflictos, a la hora de sopesar los valores en juego y jerarquizarlos, el criterio del reconocimiento y respeto a la persona deberá presidir la deliberación. Cuando, como consecuencia de esta deliberación, se haya de tomar la decisión de interrumpir el proceso, esta decisión corresponderá a la gestante y deberá realizarse, no arbitrariamente, sino responsablemente y en conciencia.
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