MONOCOLOR II
Qué premio más mal dado. Al que ha organizado el problema como si no hubiera suficientes.
GOBIERNO MONOCOLOR II
En un editorial del Ya de octubre de 1969, el sector "colaboracionista" de la Iglesia expresa por adelantado una crítica oficiosa a la composición del gabinete formado ese día. Refleja la decepción de la tendencia conservadora de la Ed. Católica, que esperaba que uno de sus representantes pudiera ser escogido para mediar entre Falange y Tecnocracia. La decepción conduce a la ruptura total entre los pretendidos mediadores con los Opus en abril de 1970.
La dimisión de Silva Muñoz como ministro de Obras Públicas señala que está enfadado por la poca importancia atribuida a su presencia en el seno del gobierno.
El disfavor de la Iglesia respecto de la tecnocracia se manifiesta más tarde cuando los cardenales Tarancón y González Martín se quejan a López Rodó en diciembre de 1973, del modo en que se aplica el Concordato desde el día que él, LR, ostenta Exteriores. Le advierten de las sanciones canónicas en las que podría incurrir, después de que el ministro Opus les amenazara con suspender la aplicación del presupuesto de cultos.
Pero más temible es la oposición irreductible a los tecnócratas de los falangistas de estricta obediencia y de los "ultras" del franquismo. El ejército también muestra sus prevenciones contra el gobierno "Opus". En 1970 surgen durante el proceso de Burgos de los comités de capitanes que se alinean con las posiciones del general Rodrigo Cifuentes, capitán gral de Granada y jefe de fila de la fracción azul (falangista) del alto mando. El general Cifuentes es relevado a principios de 1971, pero los generales García Rebull, Pérez Vinieta e Iniesta Cano mantienen tras él la llama de la oposición al Opus en el seno de las fuerzas armadas. El general Iniesta nombrado jefe de la Guardia Civil en 1972 se esfuerza por hacer de la Benemérita el bastión de la resistencia a los tecnócratas. Sin mucho éxito. Los cuarteles y "barrios" de la guardia civil han sido lugar de pesca del Opus, no mucho, el "tono humano", pero entre mandos medios y altos se intenta. Los militares y similares tienen media vocación, decía el santo marqués barbastrense.
La campaña política anti Opus alcanza las propias filas. A partir de 1968 se dibuja una crisis que se traduce en la salida de varios sacerdotes jóvenes y en la petición de 9 responsables de ser relevados de sus funciones. No tenemos nombres ¿cómo se enteró Guy Hermet de semejantes interioridades que por supuesto nunca nos contaron? En mayo de 1969, el Opus Dei se convierte en blanco de muchas críticas con ocasión del primer congreso de los institutos seculares. En 1970 más conflictos por la revuelta de base en el seno del CSIC, en el que los discípulos de monseñor ejercen una hegemonía cada vez peor soportada, y después sobre todo con el nombramiento de una comisión pontificia encargada de elaborar un nuevo estatuto canónico de los institutos seculares. La muerte el 26 de junio de 1975 de monseñor ocurre en el momento oportuno para evitarle encontrarse con la dolorosa tarea de una revisión fundamental de su Obra. Tarea que recaerá sobre el inevitable futuro beato madrileño, patrón de los ingenieros civiles, elegido el 15 de septiembre presidente del Opus Dei.
De 1970 a 73, sin embargo, los ministros tecnócratas continúan asumiendo una posición dominante pero precaria, posición que les obliga a responder torpemente a las exigencias contradictorias que se les imponen por una mezcla de puja represiva y liberalismo torpe. En 1971 los tecnócratas quieren hacer la competencia a los ultras falangistas en su terreno, apoyando el proyecto de ley sobre el orden público. El ministro López Bravo hace presión sobre el secretario de Estado norteamericano W. Rogers, en marzo de 1970, para que se niegue a recibir a los representantes de la oposición española que solicitan una audiencia cuando visita Madrid. Exalta igualmente la solidaridad entre los regímenes autoritarios, organizando la visita triunfal que el general Lanusse efectúa a España en febrero de 1971, y relanza el tema tan querido por Falange de la integración económica de los países de habla española, con ocasión de la conferencia iberoamericana de planificación y desarrollo reunida en Madrid a fines del mes siguiente.
Pero López Bravo desarrolla simúltáneamente la política de apertura al Este. Defiende el principio de restablecimiento de relaciones diplomáticas con las naciones comunistas; aplica la política de distensión en Alemania y la entrada de los 2 estados alemanes en al ONU, se opone al reconocimiento de Israel hasta que los derechos de los palestinos no sean reconocidos plenamente. Tico Medina le hizo una entrevista para ABC al ministro "López Bravo en famlia" Los domingos de ABC, 2 de julio de 1972, pp. 13-25.
López Bravo se convierte en el autor del reconocimiento de iure de la RDA el 2 de enero de 1973 y de China Popular el 9 de marzo. Interviene en el curso de la conferencia de Helsinki en junio para pedier que la política de distensión se extienda a la zona mediterránea incluidos los países árabes.
En el plano interno, López Bravo cultiva las apariencias liberales. Aunque se declara franquista hasta la médula, afirma al mismo tiempo que concede el mayor valor al concepto de libertad, y sostiene que el hilo conductor de su politica podría resumirse en la trilogía del bienestar, la justicia y la libertad. Este liberalismo es compartido por López Rodó que declara en 1971, que desea el levantamiento del estado de excepción y que no puede prescindirse de la crítica de la prensa... En los meses siguientes, el ministro López Rodó se empeña en hacer progresar el proyecto de ley sobre asociaciones políticas, al menos hasta que el general Franco pone término a su esperanza de contribuir al nacimiento de un gran partido conservador en su discurso de apertura de las sesiones de las Cortes el 18 de noviembre de 1971. En ese discurso el Caudillo condena las maniobras que tienden al restablecimiento de los partidos, después de que Gonzalo Fdez. de la Mora y Alfredo Sánchez Bella se pasaron, en Consejo de Ministros, al campo de los adversarios de la empresa de liberalización del régimen.
Partidarios y adversarios de la instauracón de un cierto pluralismo legal en el seno del régimen contiúan pese a esto enfrentándose en el interior del gobierno. Pero Carrero Blanco se alinea cada vez más con el clan de los ultras
(CONTINUARÁ)
GOBIERNO MONOCOLOR II
En un editorial del Ya de octubre de 1969, el sector "colaboracionista" de la Iglesia expresa por adelantado una crítica oficiosa a la composición del gabinete formado ese día. Refleja la decepción de la tendencia conservadora de la Ed. Católica, que esperaba que uno de sus representantes pudiera ser escogido para mediar entre Falange y Tecnocracia. La decepción conduce a la ruptura total entre los pretendidos mediadores con los Opus en abril de 1970.
La dimisión de Silva Muñoz como ministro de Obras Públicas señala que está enfadado por la poca importancia atribuida a su presencia en el seno del gobierno.
El disfavor de la Iglesia respecto de la tecnocracia se manifiesta más tarde cuando los cardenales Tarancón y González Martín se quejan a López Rodó en diciembre de 1973, del modo en que se aplica el Concordato desde el día que él, LR, ostenta Exteriores. Le advierten de las sanciones canónicas en las que podría incurrir, después de que el ministro Opus les amenazara con suspender la aplicación del presupuesto de cultos.
Condenados a muerte en Burgos 1970:Uriarte, Dorronsoro, Onaindía, Gorostidi, Izko de la Iglesia Larena |
Pero más temible es la oposición irreductible a los tecnócratas de los falangistas de estricta obediencia y de los "ultras" del franquismo. El ejército también muestra sus prevenciones contra el gobierno "Opus". En 1970 surgen durante el proceso de Burgos de los comités de capitanes que se alinean con las posiciones del general Rodrigo Cifuentes, capitán gral de Granada y jefe de fila de la fracción azul (falangista) del alto mando. El general Cifuentes es relevado a principios de 1971, pero los generales García Rebull, Pérez Vinieta e Iniesta Cano mantienen tras él la llama de la oposición al Opus en el seno de las fuerzas armadas. El general Iniesta nombrado jefe de la Guardia Civil en 1972 se esfuerza por hacer de la Benemérita el bastión de la resistencia a los tecnócratas. Sin mucho éxito. Los cuarteles y "barrios" de la guardia civil han sido lugar de pesca del Opus, no mucho, el "tono humano", pero entre mandos medios y altos se intenta. Los militares y similares tienen media vocación, decía el santo marqués barbastrense.
La campaña política anti Opus alcanza las propias filas. A partir de 1968 se dibuja una crisis que se traduce en la salida de varios sacerdotes jóvenes y en la petición de 9 responsables de ser relevados de sus funciones. No tenemos nombres ¿cómo se enteró Guy Hermet de semejantes interioridades que por supuesto nunca nos contaron? En mayo de 1969, el Opus Dei se convierte en blanco de muchas críticas con ocasión del primer congreso de los institutos seculares. En 1970 más conflictos por la revuelta de base en el seno del CSIC, en el que los discípulos de monseñor ejercen una hegemonía cada vez peor soportada, y después sobre todo con el nombramiento de una comisión pontificia encargada de elaborar un nuevo estatuto canónico de los institutos seculares. La muerte el 26 de junio de 1975 de monseñor ocurre en el momento oportuno para evitarle encontrarse con la dolorosa tarea de una revisión fundamental de su Obra. Tarea que recaerá sobre el inevitable futuro beato madrileño, patrón de los ingenieros civiles, elegido el 15 de septiembre presidente del Opus Dei.
De 1970 a 73, sin embargo, los ministros tecnócratas continúan asumiendo una posición dominante pero precaria, posición que les obliga a responder torpemente a las exigencias contradictorias que se les imponen por una mezcla de puja represiva y liberalismo torpe. En 1971 los tecnócratas quieren hacer la competencia a los ultras falangistas en su terreno, apoyando el proyecto de ley sobre el orden público. El ministro López Bravo hace presión sobre el secretario de Estado norteamericano W. Rogers, en marzo de 1970, para que se niegue a recibir a los representantes de la oposición española que solicitan una audiencia cuando visita Madrid. Exalta igualmente la solidaridad entre los regímenes autoritarios, organizando la visita triunfal que el general Lanusse efectúa a España en febrero de 1971, y relanza el tema tan querido por Falange de la integración económica de los países de habla española, con ocasión de la conferencia iberoamericana de planificación y desarrollo reunida en Madrid a fines del mes siguiente.
Pero López Bravo desarrolla simúltáneamente la política de apertura al Este. Defiende el principio de restablecimiento de relaciones diplomáticas con las naciones comunistas; aplica la política de distensión en Alemania y la entrada de los 2 estados alemanes en al ONU, se opone al reconocimiento de Israel hasta que los derechos de los palestinos no sean reconocidos plenamente. Tico Medina le hizo una entrevista para ABC al ministro "López Bravo en famlia" Los domingos de ABC, 2 de julio de 1972, pp. 13-25.
López Bravo se convierte en el autor del reconocimiento de iure de la RDA el 2 de enero de 1973 y de China Popular el 9 de marzo. Interviene en el curso de la conferencia de Helsinki en junio para pedier que la política de distensión se extienda a la zona mediterránea incluidos los países árabes.
En el plano interno, López Bravo cultiva las apariencias liberales. Aunque se declara franquista hasta la médula, afirma al mismo tiempo que concede el mayor valor al concepto de libertad, y sostiene que el hilo conductor de su politica podría resumirse en la trilogía del bienestar, la justicia y la libertad. Este liberalismo es compartido por López Rodó que declara en 1971, que desea el levantamiento del estado de excepción y que no puede prescindirse de la crítica de la prensa... En los meses siguientes, el ministro López Rodó se empeña en hacer progresar el proyecto de ley sobre asociaciones políticas, al menos hasta que el general Franco pone término a su esperanza de contribuir al nacimiento de un gran partido conservador en su discurso de apertura de las sesiones de las Cortes el 18 de noviembre de 1971. En ese discurso el Caudillo condena las maniobras que tienden al restablecimiento de los partidos, después de que Gonzalo Fdez. de la Mora y Alfredo Sánchez Bella se pasaron, en Consejo de Ministros, al campo de los adversarios de la empresa de liberalización del régimen.
Partidarios y adversarios de la instauracón de un cierto pluralismo legal en el seno del régimen contiúan pese a esto enfrentándose en el interior del gobierno. Pero Carrero Blanco se alinea cada vez más con el clan de los ultras
(CONTINUARÁ)
Comentarios
http://vozpopuli.com/actualidad/38378-la-universidad-de-navarra-abrira-una-clinica-privada-junto-al-parque-que-botella-cedera-al-opus