CORRUPCIÓN
Cualquiera que se lea este libro y entienda lo que pone, me parece que deja de acudir a las urnas.
Mariano Sánchez Soler en "Negocios privados con dinero público" hace un retrato de la corrupción sistémica en la democracia española demasiado real. Y eso que el libro se para en 2000. Faltaba lo más gordo.
Todo comenzó en un país en el que más del 70% de los ministros eran empresarios, y algunos de ellos tenían intereses en empresas dependientes de sus decisiones. En aquel país organizado según el caciquismo multisecular, 200 familias se repartían la tarta. Banqueros y empresarios que elegían ministros, ministros que volvían a la empresa de la que habían salido tras ejercicio del poder.
Un país no son solo sus autovías y AVEs. No es sufciente. La ética sale por la puerta, la corrupción entra por la ventana. La corrupción se comete haciendo y dejando hacer. A finales del siglo XX ese país despertó y se encontró que vivía inmerso en corrupción. El primer caso fueron las basuras de Madrid, Alonso Puerta, honrado ciudadano denunció: él fue el expulsado del PSOE. Lo que venimos diciendo, el sistema corrupto expulsa a los que no son corruptos.
En los 90 España consiguió ser uno de los países más corruptos del mundo y menos transparentes. En el fondo los españoles pensamos que si pudiéramos o estuviésemos en el lugar del corrupto haríamos igual. "A mí no me cogerían."
El modelo corrupto español proviene de la estructura antidemocrática que padecemos, en un país en el que nos estamos atreviendo a dar lecciones de democracia a la única democracia del mundo, según los entendidos en política, porque en EEUU sí hay separación de poderes y representatividad. Aquí no. Pero como somos unos incultos en política especialmente, vemos la paja en el ojo ajeno y no la viga en el nuestro. A mí lo de Trump teniendo lo que tengo en mi propio país no me da ni frío ni calor. No sé. Está lejos y sólo puedo juzgar según el periódico que lea o el analista que escuche. Pero de España y la realidad española sí me siento capacitada para hablar. Mariano Sánchez Soler describe una realidad que en mi humilde nivel de ciudadana de a pie he podido comprobar.
Menos mal que vemos lo mismo. Al que no es corrupto se le echa.
Nuestro modelo español: no hemos elegido ni podemos al Jefe del Estado: ya lo hizo el ganador de una guerra fratricida que se dedicó cuarenta largos años y los que siguieron a hacer perdurar la división de sus compatriotas entre vencedores y vencidos. Siguen los vencedores en el poder tan ricamente, de ahí que abrir fosas y restablecer la justicia sea "remover" el pasado y no lo sea beatificar curas, monjas, frailes, mártires de la cruzada, olvidando a los otros, que al no ser curas, monjas, frailes ni de comunión diaria han de conformarse con la cuneta o la desaparición. Sigamos con la corrupción.
No existen jurados, no se vota al jefe de la policía ni al fiscal, ni hay derecho de referéndum con carácter ejecutivo. La participación popular se limita a los comicios electorales. Las leyes electorales están hechas para que determinadas minorías se repartan el pastel del dinero público. Eso es lo único que hacemos al votar, decidir cuanto dinero, según el número de votos, va a ir para cada partido. Partidos políticos, máquinas de hacer dinero para su sustento y el de los que de ello viven . Corrupción.
Las campañas electorales, máquinas de gastar dinero. Hay que buscar oscuras fuentes de financiación porque no llega para tanto despliegue mediático. Listas, las listas las hace el jefe. En los 60 los partidos los financiaban los afiliados. Si PSOE, PP, Podemos, Ciudadanos vivieran de sus escaso afiliados, no les daría para tantas alegrías. En los 70 los partidos se burocratizaron, se alejaron de las bases y se vieron abocados a buscar recursos para financiar la maquinaria.Las necesidades del partido arrastran a romper las reglas del juego, se crean partidos fantasma ¿Sabiáis que un fugado del PP creó su propio partido regionalista de Madrid? para sacarse unas pelas.
De la corrupción individualizada a la corrupción como método de vida. En Italia empezó el fenómeno de que el partido socialista renunció a su ideología y se convirtió en grupo de poder y negocios. Lo mismo o parecido le ocurrió al PSOE una vez hubo ganado en 1982.
La afiliación española a los partidos es ridícula. Son partidos de notables. En 2002 había 200.000 militantes con derecho al voto en el PSOE y 80.000 por las mismas fechas en PP. Sólo el 2% de la población pertenece a un partido.
Mariano Sánchez Soler en "Negocios privados con dinero público" hace un retrato de la corrupción sistémica en la democracia española demasiado real. Y eso que el libro se para en 2000. Faltaba lo más gordo.
Todo comenzó en un país en el que más del 70% de los ministros eran empresarios, y algunos de ellos tenían intereses en empresas dependientes de sus decisiones. En aquel país organizado según el caciquismo multisecular, 200 familias se repartían la tarta. Banqueros y empresarios que elegían ministros, ministros que volvían a la empresa de la que habían salido tras ejercicio del poder.
Un país no son solo sus autovías y AVEs. No es sufciente. La ética sale por la puerta, la corrupción entra por la ventana. La corrupción se comete haciendo y dejando hacer. A finales del siglo XX ese país despertó y se encontró que vivía inmerso en corrupción. El primer caso fueron las basuras de Madrid, Alonso Puerta, honrado ciudadano denunció: él fue el expulsado del PSOE. Lo que venimos diciendo, el sistema corrupto expulsa a los que no son corruptos.
En los 90 España consiguió ser uno de los países más corruptos del mundo y menos transparentes. En el fondo los españoles pensamos que si pudiéramos o estuviésemos en el lugar del corrupto haríamos igual. "A mí no me cogerían."
El modelo corrupto español proviene de la estructura antidemocrática que padecemos, en un país en el que nos estamos atreviendo a dar lecciones de democracia a la única democracia del mundo, según los entendidos en política, porque en EEUU sí hay separación de poderes y representatividad. Aquí no. Pero como somos unos incultos en política especialmente, vemos la paja en el ojo ajeno y no la viga en el nuestro. A mí lo de Trump teniendo lo que tengo en mi propio país no me da ni frío ni calor. No sé. Está lejos y sólo puedo juzgar según el periódico que lea o el analista que escuche. Pero de España y la realidad española sí me siento capacitada para hablar. Mariano Sánchez Soler describe una realidad que en mi humilde nivel de ciudadana de a pie he podido comprobar.
Menos mal que vemos lo mismo. Al que no es corrupto se le echa.
Nuestro modelo español: no hemos elegido ni podemos al Jefe del Estado: ya lo hizo el ganador de una guerra fratricida que se dedicó cuarenta largos años y los que siguieron a hacer perdurar la división de sus compatriotas entre vencedores y vencidos. Siguen los vencedores en el poder tan ricamente, de ahí que abrir fosas y restablecer la justicia sea "remover" el pasado y no lo sea beatificar curas, monjas, frailes, mártires de la cruzada, olvidando a los otros, que al no ser curas, monjas, frailes ni de comunión diaria han de conformarse con la cuneta o la desaparición. Sigamos con la corrupción.
No existen jurados, no se vota al jefe de la policía ni al fiscal, ni hay derecho de referéndum con carácter ejecutivo. La participación popular se limita a los comicios electorales. Las leyes electorales están hechas para que determinadas minorías se repartan el pastel del dinero público. Eso es lo único que hacemos al votar, decidir cuanto dinero, según el número de votos, va a ir para cada partido. Partidos políticos, máquinas de hacer dinero para su sustento y el de los que de ello viven . Corrupción.
Las campañas electorales, máquinas de gastar dinero. Hay que buscar oscuras fuentes de financiación porque no llega para tanto despliegue mediático. Listas, las listas las hace el jefe. En los 60 los partidos los financiaban los afiliados. Si PSOE, PP, Podemos, Ciudadanos vivieran de sus escaso afiliados, no les daría para tantas alegrías. En los 70 los partidos se burocratizaron, se alejaron de las bases y se vieron abocados a buscar recursos para financiar la maquinaria.Las necesidades del partido arrastran a romper las reglas del juego, se crean partidos fantasma ¿Sabiáis que un fugado del PP creó su propio partido regionalista de Madrid? para sacarse unas pelas.
De la corrupción individualizada a la corrupción como método de vida. En Italia empezó el fenómeno de que el partido socialista renunció a su ideología y se convirtió en grupo de poder y negocios. Lo mismo o parecido le ocurrió al PSOE una vez hubo ganado en 1982.
La afiliación española a los partidos es ridícula. Son partidos de notables. En 2002 había 200.000 militantes con derecho al voto en el PSOE y 80.000 por las mismas fechas en PP. Sólo el 2% de la población pertenece a un partido.
Poco militantes pero muchos millones, de las cuotas no
sobreviven.
En el tiempo en que se escribió este libro 2millones700mil
pts daba el Estado al partido por cada escaño logrado, 101pts por cada voto al
congreso y 40 pts
por cada voto obtenido individualmente. En los comicios de 1999 el PP
recibió 2mil600millones, PSOE 2.000millones. Como bien dice García Trevijano
esto es el logro del fascismo: haber integrado a las masas en el Estado, los
partidos son partidos estatales, no son partidos que nazcan de la dinámica
propia de la sociedad civil. Son grupo de intereses, ¿cuál es su interés? Seguir
viviendo del Estado.
El político de
negocios es el personaje nacido con la decadencia de las ideologías. Viven a
la sombra del partido, controlan votos, no tienen preparación profesional, se
les nombra por ser fieles al líder del partido, su puesto existe para el
enriquecimiento propio y ajeno. Se les sitúa en puestos de responsabilidad de
empresas y organismos públicos.
En 1979 Emilio Alonso Sarmiento fue el encargado de
diseñar un sistema de empresas que constituyera el soporte financiero del PSOE.
Era un empresario mallorquín del sector del calzado. Antes Enrique Ballester se
ha´bia hecho cargo de Management SA la empresa madre del holding socialista. Luego
fundó una filial dedicada a la ingeniería y la construcción. Emilio Alonso le
acusó de usar la política para enriquecerse en sus negocios. Ya en 1982 dos
diputados socialistas valencianos explicaban que habían sido expedientados y
expulsados del partido por denunciar los intentos de patrimonializar las
inversiones públicas a través de empresas paralelas. Concretamente una empresa
de importación-exportación de nombre OREX no era sino un truco para conseguir
fondos para el partido.
Las explicaciones del PSOE suenan a las explicaciones del
Opus para aclarar que las empresas no son aunque los dirigentes sean:
“En el caso OREX se quiso involucrar al partido. Lo cierto
es que es una sociedad anónima hecha por señores que en su mayoría pertenecían
al partido. A esos srs el partido les prestó un millón de pts, el partido
consideraba ese dinero como inversión en acciones de la compañía….” Los del
PSOE dan más explicaciones que los OD, porque OD te dicen que son pobres de
solemnidad, no reconocen las inversiones.
También en Alemania pasan estas cosas: entre 1969 y 1980 el
consorcio industrial Flick había donado más de 25 millones de marcos a todos
los partidos clásicos del país. Algo de ese dinero llegó a España.
En 1977 dirigentes del Partido de Manuel Fraga recibieron
sobres con dinero y transferencias bancarias del presidente de Baviera,
millones, casi 2 recibió Fraga para “luchar contra el peligro comunista”. Fraga tuvo que mendigar millones para su partido a Ruiz Mateos.
Los mayores contribuyentes de UCD y de AP fueron las
compañías eléctricas y algunas empresas de seguros. Sanchís fue el conseguidor
de AP, después de muchos negocios que acabaron en fiasco recaló en la política.
Gracias a él altos cargos de ese partido percibían sustanciosos sobresueldos ya
en los 80. Tras las donaciones se buscan influencias politicas que desemboquen
en operaciones comerciales. Mientras Vestringe, secretario en aquella época del
partido desmentía que no habían recibido dinero sucio, los talones bancarios
fotocopiados ya obraban en poder de los periódicos.
Banca Catalana en 1982 fue el primer caso de “Pujol nos roba”,
no se hizo nada porque todos los políticos de Madrid consideraban a Pujol
aliado indispensable. 100.000 millones de agujero ya en los años 70. En 1990 la Audiencia provincial
archivó y todo quedó en “maniobra política anticatalana”. También está
estudiado: los escándalos sirven para consolidar la imagen del acusado que es
capaz de enfrentarse con la cara de cemento armado a decir “yo no he sido” y
echar la culpa al españolismo. Muchos políticos muy corruptos acaban siendo
mejor valorados tras capear el temporal. Véase Fraga el superviviente ministro de
Franco que murió en olor de santidad democrática y “transicional” o “transeunte”.
El milagro de los cursos de formación que te enriquecen por
las subvenciones no se inventó en Sevilla, el primero fue el caso Pallerols que
saltó a la luz en 2000. Falsificaba firmas de asistentes a cursos que no se
celebraban, cobraba las subvenciones y daba un pico a los políticos de Uniò. 78
millones de pts, el 10% de la subvención recibida de la propia Generalitat. Otro
caso catalán fue el caso Casinos que salpicó a CiU pero ya el juez archivó
porque decía que no existía el delito de financiación ilegal de partidos políticos
(1995) con independencia de lo inmoral que pudiera parecer. En 2000 el Tribunal
Superior de Justicia de Cataluña archivó lamentando mucho tener que archivar “porque
no se habían hecho las cosas bien.”
En Galicia el caso fue el de las tragaperras por el que Rajoy
terminó con la carrera política del socialista Barreiros a causa de una concesión
del juego de boletos a una empresa inexistente y luego vendida por mil millones
con la concesión. El superpelotazo.
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Comentarios
El Juzgado mantuvo su competencia, que fue ratificada por la Audiencia Provincial de Castellón, sin perjuicio de ulterior decisión durante la fase instructora.