VATICANO II Y "OPUS DEI"
El concilio Vaticano II tuvo lugar a ojos de todo el mundo,
una modalidad contraria al secretismo opusino. Escrivá temía las malas
influencias de los “expertos” sobre los obispos. El poder del obispo procede de
su consagración, no de lo que le digan los teólogos. Por su parte ¿no quiso, no
lo llamaron, no pudo participar?
¿el papa quiso y él rechazó el nombramiento?
Ya estaba Portillo en la
Comisión de disciplina del clero. El founder se quedó en
Villa Tevere rumiando “la desgracia conciliar”, lo llamó el concilio del
diablo. Un visionario en suma.
Juan XXIII falleció en junio del 63 sin ver terminado el
jaleo iniciado. Sus amigos Larraona y Siri pensaban igual. Larraona dijo que la
simpleza del santo padre había sido su perdición y Siri comentó que la iglesia
tardaría cuatro siglos en recuperarse del pontificado del papa Juan.
Montini ascendió al trono de Pedro. Aunque a él le debía el
“Opus Dei” su transformación de “algo” diocesano en algo “de derecho
pontificio”, el founder se indignó con él por la prosecución del diabólico
concilio. Las nuevas disposiciones litúrgicas lo hicieron temblar de rabia. En
la tercera sesión, la del otoño de 1964 laicos y mujeres pudieron participar
como auditores.
Escrivá preocupadísimo por el papel de los laicos recordó al
papa la figura jurídica pendiente. Pablo VI le dijo que esperara al final del
concilio. A pesar de las “filiales” protestas el founder tuvo que conformarse.
Eso sí, conforme fueron saliendo los documentos conciliares Lumen Gentium,
Gaudium et spes, el Decreto sobre los Laicos, el “Opus Dei” pretendió que el
concilio hacía suya la doctrina escrivariana, mientras en privado hablaban del
concilio del diablo.
Cuando acabó había que poner por obra las novedades. Empezó
un período difícil, en especial para los clérigos de antes de la guerra
acostumbrados al latín en los rezos y misas. En 1968 salió Humanae Vitae sobre el tema de la regulación de los nacimientos, el
Papa condenaba los métodos artificiales de contracepción. Hubo una reacción
internacional del catolicismo muy crítica. Entre otros se quejó Escrivá, la Encíclica le parecía
liberal. Se dijo que el cardenal de Cracovia, Karol Wojtyla había influido para
que Pablo VI rechazara la contracepción artificial. Yo siempre me preguntaré
aunque sé la respuesta, para que se meten en dichos berenjenales los clérigos
que por vocación divina han renunciado a tener familia y no saben de estas
realidades más que de oídas. Es fácil decirle a la gente que tenga muchos hijos
cuando uno no tiene obligaciones pero necesita reclutar. Le pasaba antaño a la
iglesia católica, le sigue pasando al “opus Dei”.
En los últimos años de su vida Escrivá veía su rebaño como
el corazón impoluto de la iglesia, “el
resto de Israel” mientras alrededor todo se tambaleaba. Dios les había escogido
para salvar a la iglesia católica del desastre. Ya es tarea pesada, pero en
ella creíamos ciegamente. La iglesia quito el Indice de libros prohibidos que
databa del siglo XVI con renovación en la época de León XIII, “OD” puso su
propio índice. Bombardeaba con directivas a los centros, iba engrosando así la
“praxis”, imposible de retener.
El marxismo era el mayor enemigo de la iglesia opusina,
instruía a su grey para denunciar toda infiltración de marxismo que observaran
desde sus puestos de poder o en la enseñanza. Prohibía la lectura de
publicaciones católicas “infectadas”, un auténtico cordón sanitario. “La
voluntad del Padre es la voluntad de Dios…” Se creía confidente del Señor, y lo
teníamos por tal. Dios le había inspirado que la HV era puro desorden.
Se hablaba de un posible cisma, eso dice el ex numerario
John Roche que salió en La Clave
en 1984 hablando del OD frente a su defensor el eterno Calvo Serer, apóstol de
la primera hora al que no le quedaba mucho tiempo. Roche asegura que desde Roma
se recordaba a las huestes opusinas que los santos antes de serlo fueron
cismáticos. Roche preguntó a un cura opus si tuviera que elegir entre el Papa y
el Padre con quien se iría, “con el Padre por supuesto”, contestó el
interpelado.
Pero Alvaro aconsejó al founder retirarse de la posición
cismática, ¿a quién iban a cazar siendo cismáticos? Reclutan sin parar por el
apoyo romano. Portillo pensó que mejor crear un frente con los cardenales
descontentos con las reformas. Y para crear un “frente popular eclesiástico”
era preciso intensificar el apostolado con los clérigos del mundo entero. De
ahí la creación del Centro romano di Incontri Sacerdotali. Antes, Escrivá viajó
por diversos santuarios marianos “pidiendo luces” Entre ellos visitó “su última
locura”, Torreciudad, diseñada por Heliodoro Dols, numerario que había
sustituido a Miguel Fisac como “arquitecto oficial”.
Comentarios
Por otro lado el arquitecto no tiene en su artículo de la wikipedia ni una sola mención a su cualidad de numerario. Sea Ud. numerario para esto
https://es.wikipedia.org/wiki/Fernando_M._Garc%C3%ADa-Ord%C3%B3%C3%B1ez