GESCARTERA
Sobre el caso Roveraro hay libro en italiano: "Opus Dei il segreto dei soldi" de Mincuzzi y G. Oddo (2011) durante cuatro lustros Roveraro fue un primer espada de las finanzas italianas durante 20 años hasta su homicidio.
Lo secuestaron el 5 de julio de 2006 en Milán tras haber asistido a un ¿retiro espiritual?, ¿círculo de estudios?, en un centro del "opus Dei" en largo Crocetta. Casi en la puerta de su casa tres hombres se abalanzaron y lo inmovilizaron con una pistola Taser. Pidieron un rescate, pero los acontecimientos se precipitaron y en lugar de liberarlo tras obtener un millón de euros por internet de la cuenta de Roveraro, un tal Botteri, el más joven de los tres le disparó por detrás cuando amanecía el 8 de julio. Eso contó a los jueces. Y luego por lo visto lo hicieron trocicos con un machete.
El dispositivo Opus
hacia el Este europeo antes de la caída del muro de Berlín estaba en Viena.
A partir de 1990 los planes de los dirigentes opus escogieron Polonia como país
en el que iniciar la labor, ya que la tradición católica ayuda. Desde Italia y
a partir de 1986 los opus organizaron intercambios escolares con Polonia. Pero
el apostolado con los estudiantes universitarios no les salió como quisieron, y
eso que iban muchos a reconstruir iglesias.
En Madrid tenían un Centro Académico Romano Fundación desde
los 90 dedicado a promover la formación de sacerdotes. Recibió un patrimonio de
4,8 millones de euros de la herencia de Juan José Calvo, un viudo muy religioso
y sin hijos. En su juventud fue pastor en Miravete de la Sierra, en Teruel. Luego
ejerció de maestro y tras casarse ejerció de agente de la propiedad
inmobiliaria. Amasó sus ahorros y jubilado se dedicó a facilitar préstamos a
elevado interés, los impagos le permitieron quedarse con inmuebles y negocios
de toda índole en la capital. Aprovechándose de gente ahogada en deudas y
haciendo hipotecas usureras amasó 6 millones de euros, todo estaba documentado
en sus papeles que se hallaron en su vivienda. Según su familia alguien tuvo
que estar detrás de él para que se dedicara a este tipo de actividades. Tuvo
dos confesores sacerdotes del “Opus Dei”, ante ellos firmó su testamento,
apartando a sus sobrinos de la herencia.
El 9 de abril de 1991 el Centro Académico Romano Fundación
se convirtió, con el 80% de la fortuna, en el principal beneficiario futuro de
la fortuna de Calvo y el 20% restante, para evitar sospechas y mejor cubrir las
apariencias recayó en dos congregaciones de monjas en Madrid. La fundación se
constituyó después del testamento y al parecer exclusivamente para recibir
herencias desviadas de sus legítimos herederos. “NO es justo lo que hicieron
con él”, declaró a la prensa el sobrino del difunto refiriéndose a la herencia
valorada en casi mil millones de las antiguas pesetas y y al “Opus Dei”,
añadiendo el sobrino que le vendieron una butaca en la primera fila del cielo.
En el otro caso ejemplar, inspectores del servicio ejecutivo
de la Comisión
de Prevención de Blanqueo de Capitales e Infracciones Monetarias iniciaron una
investigación en Madrid, a finales de noviembre de 2001, cinco meses después de
que la Comisión Nacional
del Mercado de Valores (CNMV) interviniese Gescartera,
una agencia financiera que estafó en España a 1.800 clientes 93 millones de
euros. Cuando estalló el escándalo en agosto de 2001 la prensa publicó en las
primeras páginas de los periódicos que la Iglesia invirtió al menos 2.500 millones de pts.
en Gescartera y como, desde hacía más de un cuarto de siglo, había sido siempre
el grupo financiero del “Opus Dei”, a cuyo frente se encuentra el Banco
Popular, el que estaba encargado de los depósitos bancarios y de elevar la
rentabilidad del capital en la mayoría de asociaciones y congregaciones
religiosas de la Iglesia
católica en España, se pudo deducir como si fuera un silogismo que existían
muchas probabilidades de la participación del “Opus Dei” en el escándalo de
Gescartera.
NO hizo falta, sin embargo, ningún silogismo en el caso de Gescartera,
porque existen datos suficientes por las inspecciones oficiales realizadas para
afirmar que hubo intervención de la
Obra secreta, aunque el “Opus Dei” se dedique a negar
cualquier relación, “su misión es espiritual”.
El fundador de Gescartera, José Camacho, empezó de empleado
en Banesto, luego pasó al Popular. Posteriormente padre e hijo Camacho se
independizaron. El padre fundó Bolsa Consulting y el hijo fundó Gescartera.
Siguieron sin embargo en la órbita del Popular, como si lo suyo fuera un chiringuito
suyo.
Ampliando el negocio los Camacho toparon con los Giménez
Reyna, una familia acomodada de pedigrí franquista, que entre sus miembros
contó con un secretario de Estado en el min. de Hacienda, un coronel de la
guardia civil, un administrador de la SEPI.
Se cuenta que el Lute entró en la vivienda del patriarca don
Simeón, comandante de la guardia civil en Málaga, y se hizo caca en el
tricornio. Pilar “hija del cuerpo” mujer de profundas convicciones religiosas
que fue nombrada presidenta de Gescartera.
De 1991 al 98 José Camacho actuaba como broker del Banco
Popular, coincidiendo con su muerte en 1999 Gescartera estuvo a punto de
quebrar, pero ello no fue óbice para que el min. de Economía y Hacienda elevase
el rango de Gescartera, que de chiringuito financiero se convirtió en agencia
de valores y luego, cuando estalló el escándalo, el gobierno de Aznar fue en
socorro de los afectados, tres millones por cabeza, parecía un milagro del founder.
La CNMV
ayudó al desarrollo de la agencia de valores y como sabía del desfase del
patrimonio de Gescartera no informó a la fiscalía, ordenó sin embargo una
atípica sustitución en el equipo de investigación. Sobre una anterior
inspección en 1998 de la CNMV
en Gescartera se puede señalar que su director David Vives era cooperador del
“Opus Dei”, como técnico del organismo cuando estalló el escándalo, volvió a su
lugar de origen, el Banco Popular, de donde procedía después de 3 años en la
CNMV. Se dice que la actuación de la CNMV no sólo fue insuficiente
sino cómplice.
Todo ocurrió cuando Juan José Lucas, recién estrenado min.
de Presidencia y cooperador del “Opus Dei” asumió la dirección política del
gobierno. Tampoco hay que olvidar que el delegado de Gescartera en Castilla y
León fue alto cargo de la Junta,
como lo fue JJ Lucas, y que la inversión de 1.000 millones de pts del
arzobispado de Valladolid en Gescartera fue llevada a cabo por miembros del
“Opus Dei”, y que el arzobispado no presentó reclamación por hallarse tras el
caso la santa Obra.
La clave del negocio consistía en asignar operaciones a un
determinado cliente en las que siempre ganaba, mientras que existían otros a
los que se les podía asignar las complementarias pérdidas. Unos dicen que los
millones se perdieron en Bolsa, otros en las arcas del “Opus Dei”. El hijo
único y heredero del negocio, Antonio Rafael Camacho, endosó 2.000 millones de
pérdidas a un cura de Cuenca. Con la iglesia del Opus Dei habíamos topado. Por
eso la investigación no podía sacara nada en claro de la sede de Gescartera
sino que tendrían que haber seguido hasta Diego de León 14 y Bruno Buozzi 73 de
Roma, aunque en vez de para apostolados opusinos a lo mejor el dinero sirvió
para cubrir las deudas vaticanas.
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