DE DICTADOR A DICTADOR

En diciembre de 1957 la gran masa del carlismo se pasa a don Juan en un acto masivo celebrado en Estoril. Pero no todos, Fal Conde reflexiona en una carta a Arauz de Robles: “la dinastía sepultada (en 1931) no puso un adarme al Movimiento. En cambio Alfonso Carlos (pretendiente carlista en 1936) levantó a 100.000 voluntarios.

También era el 18 de julio el gloriosísimo y españolísimo general Sanjurjo el que falló a nuestro favor mi discusión con Mola y, entre otros postulados que han quedado incumplidos, uno sí tuvo cumplimiento, el de la bandera bicolor…En Lisboa quedamos con Sanjurjo que si el Movimiento fracasaba nos alzaríamos los carlistas solos…”

En febrero de 1958 Franco  envía como embajador a Lisboa a Ibáñez Martín, el ex ministro de Educación procedente de la CEDA, AcndP y amigo de los OD en el CSIC. Llega como diplomático y chivato especial que vigile y ate corto al pretendiente al trono de España. Directamente y sin filtros IM informará al dictador. El 14 de marzo otro ataque al corazón se lleva por delante a Güell, conde de Ruiseñada, mientras viajaba en tren París-Madrid. Con él don Juan de Borbón perdía el mejor elemento de los partidarios del entendimiento con el Pardo. Dice Palacios que gracias a la labor del finado la desconfianza de Franco frente a don Juan disminuyó bastante. Es imposible decir que hubiera pasado de no mediar tan inoportuno ataque, quizás don Juan habría sido rey de España. 

Hay un escrito en el Archivo de Franco que no se llegó a publicar y que parece también obra de Ruiseñada a favor de don Juan de Borbón.

¿Qué hacía Calvo Serer en NY durante el viaje que en mayo de 1958 tanto don Juan como su hijo hicieron a EEUU?

Al mismo tiempo de ese viaje Franco compareció ante las Cortes para promulgar la Ley de Principios del Movimiento, 12 principios redactados por Laureano y Fdez de la Mora que comienzan con el famoso: “España es una unidad de destino en lo universal.” El 23 de agosto fecha una carta Escrivá dirigida a Franco desde su residencia romana:

"Excelencia:

No quiero dejar de unir a las muchas felicitaciones que habrá recibido con motivo de la promulgación de los Principios del Movimiento la mía personal más sincera.

La obligada ausencia de la Patria en servicio de Dios y de las almas, lejos de debilitar mi amor a España, ha venido si cabe a acrecentarlo. Con la perspectiva que se adquiere en esta Roma eterna he podido ver mejor que nunca la hermosura de esa hija predilecta de la Iglesia que es mi Patria de la que el Señor se ha servido en tantas ocasiones como instrumento para la defensa y propagación de la Santa Fe católica en el mundo.

Aunque apartado de toda actividad política, no he podido menos de alegrarme, como sacerdote y como español, de que la voz autorizada del Jefe del Estado proclame que la “Nación española considera como timbre de honor el acatamiento a la Ley de Dios, según la doctrina de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, única verdadera y fe inseparable de la conciencia nacional que inspirará su legislación”. En la fidelidad a la tradición católica de nuestro pueblo se encontrará siempre, junto con la bendición divina para las personas constituidas en autoridad, la mejor garantía de acierto en los actos de gobierno, y la seguridad de una justa y duradera paz en el seno de la comunidad nacional.

Pido a Dios Nuestro Señor que colme a Vuestra Excelencia de toda suerte de venturas y le depare gracia abundante en el desempeño de la alta misión que tiene confiada.

Reciba, Excelencia, el testimonio de mi consideración personal más distinguida con la seguridad de mis oraciones para toda su familia.

De Vuestra Excelencia affmo. in Domino

Josemaría Escrivá de B."

Escrivá venía a alegrarse de lo que sus propios adeptos por él guiados, apadrinados, adoctrinados y poseídos habían redactado mano a mano en fines de semana legisladores pasados en El Escorial, Laureano y el cooperador Fdez de la Mora. Cooperó muchísimo siendo agnóstico era un franquista que encarnó las puras esencias de la dictadura más allá de muerto el dictador.