MONJAS ABUSADAS

 

 

 

 Hilaridad, no está bien reírse en semana santa: el "multipresente padre" la víctima que nunca lo fue, así presentada: "del activismo de calle a la defensa de la infancia desde el congreso".

El primer informe sobre abusos a monjas data de 1994

Pero no solo los niños, también las monjas han sido abusadas y se sabía. Así  Maura O’Donohue, monja, médico, misionera en 1994 relizó un informe sobre abusos de monjas por curas y obispos.Lo envió al dicasterio vaticano correspondiente. Hablaba de numerosos casos en 23 países, entre ellos India, Italia, Irlanda, EEUU y algunos países africanos. En un caso el cura que había abusado de la monja la obligó a abortar. La monja murió y él mismo ofició el funeral.
Eñ Vaticano puso en marcha una comisión de investigación para investigar las violaciones de monjas y comprobar las afirmaciones de   Maura O’Donuhue. Pudieron confirmar la veracidad del mismo. El informe vaticano fue publicado por la revista norteamericana  "National Catholic Reporter", en 2001.

El Vaticano reacciona escasamente y calma los ánimos

Las reacciones procedentes del Vaticano llegaron tarde y mal. El   22 de noviembre de 2001 Juan Pablo II lamentó los hechos en un correo electrónico. . un documento de 120 pág. a los obispos de  Oceanía encontramos esta referencia:
"El abuso sexual ha conmocionado la vida de la Iglesia y se ha convertido en un obstáculo para el anuncio del evangelio.  (…) Los padres sinodales muestran su consternación sin límites ante las víctimas por el dolor causado y la decepción."  Juan Pablo II
El entonces portavoz vaticano Joaquín Navarro-Valls, ofreció una explicación que sonó así: estos casos se conocen en Roma. Pero el problema se limita a una pequeña región geográfica. Tendremos que trabajar para mejorar la formación y resolver cada uno de los casos. Por otra parte no se ha de olvidar la fe heroica de la gran mayoría de los miembros de las órdenes religiosas.

  40 % de las monjas norteamericanas abusadas

Siguio un largo silencio del Vaticano respecto a esta cuestión. El informe de  Maura O’Donohue no fue el único en los años 90. En  1996 apareció un estudio independiente de 3 psiquiatras, el 30% de las monjas norteamericanas habían vivido episodios de abuso durante su vida en las órdenes, en total el 40% si se tenía en cuenta el tiempo anterior a la profesión.
La investigación titulada  "Una encuesta nacional sobre el trauma sexual de las monjas católicas" fue financiada por las comunidades religiosas. Los autores entrevistaron a más de 1.100 monjas de 123 comunidades que trabajan en EEUU. El abanico de horrores que recogieron va desde el abuso en la infancia hasta el acoso sexual o la agresión por parte de curas o de otras monjas. En total unas  34.000 monjas afectadas.
Alrededor del 13 % de las encuestadas reconocen haber sido acosadas o explotadas por otra hermana. Pero en la mayoría de los casos los atacantes eran hombres: el confesor o los directores espirituales de sus víctimas. Las víctimas nombran como consecuencia de estas experiencias el sentimiento de culpa, de vergüenza y un estropicio en su relación con Dios. Depresiones y hasta  pensamientos suicidas.

Los Superiores religiosos quisieron ocultar el estudio

Durante varios años esta investigación quedó más o menos en la sombra. No hubo rueda de prensa, pues la asociación de Superioras religiosas nortemaericana estimó que podía convertirse en ridiculización de las monjas. Sólo en enero de  2003 el periódico "St. Louis Post-Dispatch" tuvo noticia del mismo y lo publicó con  gran efectividad publicitaria.

En 2014 el tema llega a Alemania

En 2014 el asunto abusos de monjas fue conocido en Alemana gracias a la ex religiosa nacida en  Ansbacher Doris Wagner autora de un libro en el que relataba los abusos sufridos en su comunidad en Roma. Cayó durante años por miedo a que el caso pudiera causar un mal a la Iglesia.
En 2019 se reunió  ante las cámaras de la Bayerischen Rundfunks en Munich con el cardenal de Viena Christoph Schönborn, uno de los principales representantes de la Iglesia católica, expuso sus reproches en un encuentro insólito.

El poder de los hombres: los curas son los encargados de las órdenes femeninas

La asociación de Superioras Religiosas  (UISG) en noviembre de 2018 exigió a todas las comunidades que informaran de todos los casos de abuso. Desde entonces han salido a la luz muchos casos y cada vez más mujeres reúnen el valor necesario para informar sobre sus experiencias de abuso.
Para la priora del monasterio benedictino de Fahr, Irene Gassmann, el poder de los hombres es un factor esencial en el abuso sexual en las órdenes religiosas femeninas. "Los curas como personas que han recibido el Orden sacerdotal ocupan un lugar especial al que las mujeres no pueden llegar." Las monjas dependen de los curas por ejemplo para recibir los sacramentos. "Por medio de estas estructuras se crea una situación de dependencia que favorece el desequilibrio".

Según Gassman de aqui procede la imagen icónica de la religiosa: "obediente, apocada, sumisa, calla, siempre dispuesta al servicio. Acostumbrada a esa forma de vivir la monja es incapaz de defenderse si la atacan". La Superiora de Fahr no cree que la ordenación de mujeres sea una solución. "En los últimos tiempos se nos ha olvidado que todas las personas, hombres y mujeres son por el Bautismo miembros de la Iglesia en igual medida". Y mientras la Iglesia siga clericalmente estructurada el problema del poder continuará.

Revista del Vaticano se ocupa del tema

La revista vaticana femenina dependendiente de "Osservatore Romano", "Donne, chiesa, mondo" dedicó el número de febrero al tema de las monjas abusadas.  Lucetta Scaraffia redactora de la publicación criticó a la iglesia institución que durante siglos ha difundido esa imagen de la mujer y que ha llevado a que "el poder, aunque haya sido denunciado, ha llevado a clasificar el abuso sexual consentido por ambas partes".
El 6 de febrero el papa Francisco fue el primer pontífice en reconocer en rueda de prensa que en la iglesia católica se ha producido abuso de monjas por parte de curas.
"Hay algunos curas y obispos que lo han hecho, y creo que sigue ocurriendo." Papa Francisco
A Lucetta Scaraffia le parece correcto lo que dice el Papa sobre el abuso de poder que da lugar al abuso sexual. El abuso de poder es una "perversa interpretación del sacerdocio", es un mal que Francisco describe como clericalismo. La diferencia de poder dificulta que las monjas denuncien a los curas y a la propia Orden, por miedo justificado a las represalias.
Parece que no todos en el Vaticano comparten la opinón de Scaraffia que al sentirse presionada dimitó de su puesto en marzo.

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