INDEMNIZACIONES
Si todavía estamos en proceso de desvelamiento de lo sucedido hace mil años, otros como ya en 2010 se enteraron, están discutiendo sobre las indemnizaciones a las víctimas.
¡Indemnización!, primero que dejen de abusar,
segundo que dejen hablar, tercero, reconocimiento y conciencia. Dejemos de pasarles la mano por el lomo como en el artículo último al que nos hemos referido. Que se sepa que ha habido abusos, que se llame abusador a quien lo es. No a mí. Merci. Como sabemos los abusos son de muchos tipos cuando el poder es omnímodo y sin freno. Y el miedo también ilimitado.
El S.J Mertes que desveló lo sucedido en famoso colegio berlinés de la compañía acusa a la Conferencia Episcopal de su país de "No decir toda la verdad sobre las posibles indemnizaciones. Y es que hay propuestas de "seis ceros", a las que los obispos no han contestado ni comentado. "Me llena de profunda desconfianza", declaró Mertes. "Nos estamos acercando a una muy grande y profunda decepción de los representantes de las víctimas."
En la asamblea general de los obispos celebrada en septiembre, los representantes de los afectados presentaron dos modelos para posibles pagos de compensación. Un modelo prevé un pago de 300,000 euros a cada persona afectada. Otro modelo prevé pagos individuales entre 40,000 y 400,000 euros en casos individuales. La Conferencia Episcopal aún no ha comentado cómo y en qué medida pagará una indemnización.
"Me resulta problemático que el debate se redujera sólo al aspecto financiero", dijo Mertes. "El dinero es un modo de reconocimiento, pero el dinero solo no basta. Igual de importante es dedicar tiempo y permitir relaciones y argumentos".
La orden jesuita, a la que pertenece Mertes, ya ha resuelto la cuestión de los pagos de reconocimiento y compensación. "Hemos estado pagando la cantidad de 5.000 € desde 2010", dijo Mertes.
Además se brinda ayuda a través de servicios individuales como terapias, pagos de pensiones complementarias o financiación de cursos de capacitación. Piensa que es correcto pagar una suma global como reconocimiento por el sufrimiento. Pero cuando se trata de compensar los daños en los que se incurrió, en la medida de lo posible a través del dinero, debe haber una ponderación.
¡Indemnización!, primero que dejen de abusar,
segundo que dejen hablar, tercero, reconocimiento y conciencia. Dejemos de pasarles la mano por el lomo como en el artículo último al que nos hemos referido. Que se sepa que ha habido abusos, que se llame abusador a quien lo es. No a mí. Merci. Como sabemos los abusos son de muchos tipos cuando el poder es omnímodo y sin freno. Y el miedo también ilimitado.
El S.J Mertes que desveló lo sucedido en famoso colegio berlinés de la compañía acusa a la Conferencia Episcopal de su país de "No decir toda la verdad sobre las posibles indemnizaciones. Y es que hay propuestas de "seis ceros", a las que los obispos no han contestado ni comentado. "Me llena de profunda desconfianza", declaró Mertes. "Nos estamos acercando a una muy grande y profunda decepción de los representantes de las víctimas."
En la asamblea general de los obispos celebrada en septiembre, los representantes de los afectados presentaron dos modelos para posibles pagos de compensación. Un modelo prevé un pago de 300,000 euros a cada persona afectada. Otro modelo prevé pagos individuales entre 40,000 y 400,000 euros en casos individuales. La Conferencia Episcopal aún no ha comentado cómo y en qué medida pagará una indemnización.
"Me resulta problemático que el debate se redujera sólo al aspecto financiero", dijo Mertes. "El dinero es un modo de reconocimiento, pero el dinero solo no basta. Igual de importante es dedicar tiempo y permitir relaciones y argumentos".
La orden jesuita, a la que pertenece Mertes, ya ha resuelto la cuestión de los pagos de reconocimiento y compensación. "Hemos estado pagando la cantidad de 5.000 € desde 2010", dijo Mertes.
Además se brinda ayuda a través de servicios individuales como terapias, pagos de pensiones complementarias o financiación de cursos de capacitación. Piensa que es correcto pagar una suma global como reconocimiento por el sufrimiento. Pero cuando se trata de compensar los daños en los que se incurrió, en la medida de lo posible a través del dinero, debe haber una ponderación.
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