CALVOFONTÁN


Jesús Pardo (1927-2020), periodista y escritor, ofrece en su "Autorretrato sin retoques" una panorámica de su paso por el Diario Madrid. Cuenta la prehistoria, antes de la llegada de los santificadores el Madrid era una especie de diario provincial anodino para los madrileños, "olía sospechosamente a prensa del Movimiento camuflada: movimiento, por cierto, que se demostraba estándose quieto" (p. 340). En 1961 Juan Pujol, el dueño, lo transfirió a su hijo, Carlos Pujol a partir de entonces "abrir el periódico por cualquiera de sus páginas y caérsele el alma a los pies al lector más obtuso era todo uno"....

"El Madrid se estaba convirtiendo en el hazmerreír de la prensa madrileña y había llegado al límite de su resistencia: 25.000 ejemplares, el núcleo irreductible de madrileños que veían en él su diario provincial y lo comprarían aunque sus páginas saliesen en blanco".

Ejemplos: llamaba Pardo desde Londres para dictar una crónica urgente y la desconocida telefonista le respondía que no podía tomarla porque no funcionaba el magnetófono. Le mandaban telegramas a Londres para informar sobre la conversión al catolicismo del mariscal Montgomery, justo cuando acababa de decir que jamás abandonaría la fe católica, Carlos Pujol afirmaba que el Portugal salazarista era más democrático que EEUU y defendía la censura y el derecho de la Iglesia a intervenir en política.

Carlos Pujol se retiró amargado "con él desapareció un periodismo de censura del que su padre había sido maestro óptimo y él discípulo ínfimo".

En estas llegaron los "salvadores" (p.346):

"Y entonces se apoderó del Madrid la empresa kamikaze FACES, cuyo presidente, el ya legendario Rafael Calvo Serer, puso de director pantalla al ex redactor del periódico José María Miner Otamendi, hombre gris y timorato en extremo: Miner estuvo al frente menos de un año, teledirigido y muy vigilado, y saltó por la osadía de parar un art de Calvo Serer cuyo contenido le había parecido peligroso, demostrando así no tener la menor idea de la política de enfrentamiento frontal que Calvo Serer quería impone al manso diario Madrid

Ocupó inmediatamente su puesto el catedrático de latín Antonio Fontán Pérez, que conocía y compartía esta política, con lo que el nuevo Madrid pudo lanzarse, sin más, a la ofensiva."

Antonio Fontán, dilecto discípulo del barbastrense, venía de buena familia, su padre introdujo la radio en España (SER),  emuló al santo  logrando el marquesado. De cuando eran una élite, años 40, no cuando entramos de aluvión, años 70, 80, 90.

"Rafael CS habría aceptado un ministerio del mismísimo diablo que subiese del infierno a ofrecérselo, y, desde luego, de Franco, como él mismo me lo dijo claramente en una de nuestras conversaciones londinenses. Su antifranquismo era pataleta y resentimiento tanto como ideológico. El democratismo de CS es uno de los puntrales más fácilmente demolibles del diario Madrid. Tan dogmático y autoritario como buen fingidor de campechanía, Calvo Serer estaba fríamente decidido a socabar, e incluso a hundir, el régimen franquista erigiéndose en campeón de unas libertades en las que no creía."

"Coincidí con él una semana entera en El Cairo, donde observó mis borracheras con divertida tolerancia y sin censura. Una vez que, por precaución, le hablé con cierta admiración del Opus Dei, me dijo:

-Si quieres acercarte a nosotros has de moderarte en la bebida; la base de la Obra es la moderación en todo.

Era muy elitista, incluso dentro del Opus Dei:

-¡Qué coño va a ser del Opus Dei el piernas ese! -refiriéndose a cierta persona de quien estábamos hablando-, ¡ese de lo que es es del opus, del Opus Dei soy yo!"

Perlas, perlas, perlas...no he conocido a este hombre y coincidimos plenamente, no en borracheras ni en vida disoluta que se pegó, cansa a veces el relato de sus desfases, un logro conservar el juicio de coma etílico en coma etílico.
p. 347:

"Calvo Serer, como buen opusdeísta hacía alarde de ser un hombre corriente, y para ello, como a otros de su grupo, se le había ocurrido que lo importante era ser malhablado, pero su falta de pericia en el manejo de las palabrotas, que usaba innecesariamente, chocaba a todo el mundo: 

-¿pero qué es lo que quieren que hagan los hdp esos? -hablando de la presión a que le sometían Fraga Iribarne y los suyos para que bajase el tono de los ataques del Madrid al Régimen-, que me abra de piernas y me den por el c?"

Conocemos a quien le pasa lo mismo, huella de años🐜 en ese ambiente, intentando pasar por lo que no es tu realidad. 

"En cuestiones de religión hilaba muy fino. A una objeción mía de que los opusdeístas tenían un sentido suntuario de la vida, me objetó:

-Bueno, como Jesucristo; fíjate que llevaba una túnica sin costura, que eran carísimas entonces."

Jesús Pardo no sabía que este era un lugar común fundacional, un topos escrivariano habitual.

"También él lo tenía (sentido suntuario): durante todo el tiempo que le conocí, en el Madrid y aún después del Madrid, Calvo Serer no hacía más que viajar en avión y parar en hoteles incompatibles con la estrechez en que decía estar sumido.
Conmigo fue siempre muy dúctil y comprensivo en cuestiones de dinero y trabajo: me mandó a cuantos países le propuse y me subió el sueldo dos veces. Accedió incluso a pagarme extrasalarialmente las mensualidades del piso que yo tenía entonces en construcción en la Ciudad de los Periodistas."

"Antonio Fontán era muy distinto y, al mismo tiempo, perfectamente complementario de CS, de quien se afirmaba discípulo y admirador.


Antonio Fontán Pérez, marqués de Guadalcanal


Sin apenas sentido del humor, excepto muy somera y quebradizamente, mientras Calvo Serer exudaba chocarrería. Alto y tripudo CS, alto Fontán y uniformemente grueso, pero sin llegar a gordo. Serio Fontán hasta cuando sonreía, mientras CS sonreía hasta cuando estaba serio. La larga cabeza caballuna de Calvo Serer tramaba complicados, espejistas, irreales planes políticos cuya pantalla era siempre la urgente, imperativa restauración democrática de don Juan de Borbón, mientras la cabeza cesárea, muy propia de un profesor de latín, de Fontán observaba los acontecimientos con cauta aprobación y servía de freno a su maestro.

Fontán nos matizaba su condescendiente compañerismo con ininterrumpible premiosidad y una exquisita cortesía que congelaba cualquier intento de familiaridad que se saliese del límite por él mismo impuesto: "Porque aquí mando yo", argumento tan irrebatible como la leve sonrisa y el brusco cambio de conversación. Ambos, sin embargo, brutalmente elitistas, convencidos de que cualquier persona ajena al Opus Dei pertenecía a una especie mamífera distinta; la diferencia, vista, como la veía yo, desde fuera, estaba en que Calvo Serer tenía una situación insólita en el Opus, pero la de Fontán era totalmente ortodoxa.

CS se me quejó de ello en una ocasión:

-Con Antonio es muy difícil a veces, todo lo ve desde el punto de vista de la obra.

Pero a un redactor que cogió una vez un teléfono de Calvo Serer, pensando que se hubiese quedado descolgado por descuido, y preguntó por precaución: "¿Quién habla?", una voz curil le respondió tomándole por Calvo Serer:

-Dice el padre que sí, que se haga, ahora bien: cuidando en todo momento que no quede en evidencia la obra."

En una cosa coincidían ambos plenamente: si el cierre del Madrid devenía necesario, y es posible que difiriesen en el grado exacto de necesidad, se trataría de una simple operación táctica, parte de una ofensiva de alto nivel político cuyo premio era la creación de un estado de cosas en el que la obra y sus activistas tendrían luz verde para la toma plena del poder; los perjuicios personales que esto pudiese causar en la carne de cañón del Madrid no contarían para nada.  Y ambos estaban fríamente decididos a hurtarnos cualquier compensación económica a que pudiésemos tener derecho: ad majorem operis dei gloriam.

Yo percibí enseguida peligro inminente, a pesar de mi  notoria falta de perspicacia para estas cosas; también es verdad que CS me lo puso en bandeja el primer día que hablamos en Londres: 
-Y si nos cierran- me dijo, aunque esto aún no se veía ni de lejos, al menos desde fuera del círculo mágico calvotontaniano-, pues mira chico, que nos cierren, a ver quien puede más."





"Rafael Antonio Calvofontán fue, mientras duró, una curiosa moneda de dos caras y una sola cruz. Su advocación sereniana, siempre de viaje, dejaba en la fontanesca representación formal y cotidiana de la göterdämmerung que la fusión de ambos fraguaba. Desde el principio se vio que iban a por la yugular del régimen, pero sin caer por un solo momento en que tal presa no estaba a su alcance: "Some chicken", que dijo Churchill, "some neck". Su ofensiva, muy gradual, pero muy sonora y sonada hasta en su primera finta, tuvo su do de pecho en el art de CS "Retirarse a tiempo: No al general De Gaulle", que fue causa ostensible del cierre del periódico. Visto como ataque personal a la persistencia del general Franco en un poder que ya no controlaba, descompuso a los que vivían a la sombra y de la sombra de éste, pero no conmovió una micra su control de los mandos o los cimientos del sistema.

La doblez de Calvofontán se escindía en campechanía sereniana y fontanesca erudición latinizante, relleno, en ambas versiones, de vacuo egocentrismo, pero a mí me fue muy útil, pues me sacó de mi torpor londinense y me hizo fijarme por primera vez en las sacudidas que comenzaban a rizar la superficie de mi patria, y que hasta entonces me habían sido gijonesca, culterana, cachondamente indiferentes".



EN DEFENSA DEL GREMIO FILÓSOFO
Tomás Malo despacha demasiado aprisa a los filósofos contemporáneos, sí, mucho charlatán en este gremio, penoso pero real. Pero también hay que entender que lo filosófico es el fluir del pensamiento, verlo en su contexto, de donde viene y adónde llega. Decir ¿y para esto del Dasein tanto rollo? es como quedarse con la última página del Quijote, ¿Y para que se muera en la cama tanto escribir?

lo literario y por lo que lo apreciamos es el cuento entero, el fieri, el desarrollo, el hacerse...con el pensamiento pasa lo mismo, solo que suele ser más seco y menos emotivo que la literatura y cuesta más. A lo mejor estamos esperando una salvación que la filosofía no tiene porqué dar. Y hay momentos en la vida en que necesitamos tal o cual y no tal otro cual, que no nos dice nada. Hay niveles de conocimiento y profundización, Schopenhauer "El mundo como voluntad y representación" lo puede leer cualquiera y sacar provecho cualquiera, muy bien escrito como quiere Tomás Malo y pensamientos al alcance de todas las fortunas. Pero es evidente que si sabes y conoces de dónde viene, p.e Kant, p.e filosofía hindú le vas a sacar más partido. Como con todo, hace falta familiaridad, trato con la filo, que no te da un saber especial como quien sabe de ingeniería frente a quien no, quizás...pero te hace disfrutar filosóficamente de algo que sin esa formación, familiaridad no lo vas a pillar.

Luego hay talantes que nos entran y otros que no según el formato de nuestra cabeza, a mí Espinosa no me entra, p.e. Y lo he intentado varias veces.
Y también lo mismo que hay madurez, maduración del cuerpo y la mente, pasa con la filosofía, en un momento no estás preparado para captar, entender, comprender aquello y en otro sí.
Yo no tiraría al cesto de los papeles a Heidegger, por muy nerviosos que nos ponga. Fue un mago de las palabras, quizás superchería, pero no solo, es un monstruo y representa toda una época que además siendo él seminazi, echa su larga sombra sobre todos los filósosfos europeos posteriores, tambíen los tenidos por izquierda tipo Deleuze, otro espinosista, mira tú.
Cuando estuve en Francia, Deleuze florecía en la facultad de Vincennes, opusina de mí, ni me enteré, y hubiera podido asistir a alguna de sus clases, espaciotemporalmente habría sido posible. Mentalmente mi formateada mente numeraril estaba en estado de impermeabilidad total para lo que no fuera los catecismos filosóficos opusinos. En fin, rollos todo rollos, pero yo le veo más sentido a todo esto que he escrito que a otros enrrollamientos. La vida no deja de ser un misterio y los filósofos consagrados, con todos sus defectos, eran seres humanos, no dejan de ser mentes privilegiadas, con unas conectamos con otras no, depende.
Cada cual ha de buscar según las necesidades de su alma (Simone Weil, necesidades del alma)
De ahí que insista Platón, es la filosofía naciente, diálogo....
y Simone Weil, todo un descubrimiento postopusino para mí, digerible me parece aunque no se tenga la formación filosófica que los nombres antes citados requieren más. Es mi experiencia y lo que hoy se me ocurre.
En España las rupturas políticas de nuestra historia y el amor a cortar las cabezas sobresalientes por motivos eclesiásticos o peregrinos ha impedido que se forme una tradición honda y secular a la que agarrarse y de la que beber, hay figuras sueltas, y cuando parecía que algo florecía...otra guerra civil que dispersó el gallinero. Se nota muchísimo de ahí nuestra tendencia a las traducciones y a mirar embobados fuera de aquí, si te gusta la filosofía y eres español miras por encima de los Pirineos, además de que nos cuesta apreciar al vecino...
Yo veo que el talante filosófico nos falta, todo es broma, compadreo, adulación...y la filo requiere para avanzar tirarse los trastos a la cabeza argumentando en serio y pensar sin barandilla, como decía Hannah Arendt, otra pensadora admirada.
Otro asunto: los grandes suelen ser gente muy culta, con grandes conocimientos de otras materias: matemáticas, historia, literatura, lenguas...hay una base en general previa al amor a darle vueltas a las cosas.
En resumen, el camino filosófico se lo ha de hacer uno mismo, buscando, mirando en bibliotecas, librerías, hojeando, dedicándole tiempo a la lectura, un libro te lleva a otros y se fragua al compás de las preguntas que uno mismo se hace y respuestas o no respuestas que va buscando y no encontrando.
Yo he tenido mi propio recorrido del que he dejado abundante rastro y tú tendrás el tuyo. Otro detalle con 18 años me gustó Aristóteles, hoy prefiero Platón, siendo los dos cada uno por su lado ochomiles irrenunciables del Himalaya filosófico.

FIN.


Comentarios

Anónimo ha dicho que…
https://www.24heures.ch/lausanne-la-creche-de-lopus-dei-doit-fermer-833716401567

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