REDES DE ABUSOS

 El enlace sigue en su sitio y se puede descargar.   No me da tanto miedo como a tí que lo quiten porque meterse con los judíos de hace 300 años y relacionar la judeidad y el sionismo  con el apellido del santo me parece jocoso, no crítico ni útil. Sí es útil la parte en la que se cuenta la historia de la familia sin edulcorar.  

En la solapa de una novela titulada "Los gangsters" encontré un texto inspirante:

"Cada uno de ellos está dispuesto a arriesgar su vida y su fortuna por él otro. Aunque no practicaban personalmente la violencia como no sea bajo extrema provocación, ambos la dirigen. Son los más aterradores asesinos que pueda haber porque los asesinatos cometidos bajo sus órdenes no se deben al gusto por la sangre o a la pasión, sino al negocio y al beneficio. Y puesto que la muerte constituye una parte esencial de su actividad, no tienen más remedio que asesinar para sobrevivir".

No entiendo bien el enfado del anónimo, pensé que sería el propio Antonio, pero a lo mejor me equivoqué. Pasarse por aquí o referirse a mi persona llamándome por mi nombre es rebajarse. No entiendo las listas de personas de un colegio de hace 50 años, ni el resto. Es  difícil de tragar que un anónimo se preocupe por la credibilidad de este blog y el respeto a sus lectores. Estamos en un rincón desconocido de la red al que acuden cuatro gatos ¿qué más da? 

Sobre el caso Dutroux que dió que hablar en Bélgica y que ignoraba hasta el día de hoy que nos concernía. 

Dutroux salió a relucir en los medios alternativos a la corriente principal en 2020, cuando a su vez supimos de Epstein y su isla de los famosos, y cuando se habló del caso Brigitte, que en Spain ni existe, pero parece que lo dan por hecho sin más escándalo. La historia alternativa y oficial de que una señora de 40 casada con un banquero se líe con un alumno de 15 es infumable y es corrupción de menores, eso fue lo escandaloso pero lo han sabido presentar bien. La diferencia de edad es todavía mayor de la que oficialmente se reconoce. La señora salió en la tele sin responder a las preguntas del periodista, diciendo que ella ayudaba a la infancia. Han denunciado a la periodista que osó meter las narices, pero no por el meollo del asunto, sino por ataque a la vida privada, periodista que ha contraído cáncer últimamente.

Sexualidades aberrantes de las élites psicópatas formadas por multimillonarios que se deben aburrir de forma infinita como infinito es su dinero para hacer estas barrabasadas. 

Que hubiera magnates opusdeísticos en estas movidas y la justificación que se da al final es lo que los trae aquí. Tengo que pensar detenidamente en el porqué algo tan tradi como opus puede llevar a transitar en estas redes, lo explican al final pero sigue sin entrarme en el cerebro. Voy a meditarlo a ver si lo entiendo. Gracias por el tip y tu continua investigación.

Los Ejércitos Secretos de la OTAN de Daniele Ganser y la investigación de Joel van der Rejiden sobre el Asunto Dutroux para el Instituto para el Estudio de la Globalización y la Política Encubierta. 

Ciertamente no puedo respaldar todas las afirmaciones hechas por estos autores sobre otros temas, pero con respecto a los temas que nos ocupan, he encontrado que están bien investigados y respaldados por fuentes primarias. Dicho todo esto, descendamos por la madriguera del conejo.

Marc Dutroux es, sin exagerar, probablemente el criminal más infame de la historia de Bélgica. Dutroux, traficante de niños y abusador en serie, fue condenado inicialmente en 1989 por el secuestro, abuso violento y agresión sexual de cinco niñas y sentenciado a trece años de prisión, pero fue puesto en libertad después de cumplir sólo tres por orden del Ministro de Justicia belga, Melchior Wathelet. En 1996, Dutroux sería detenido nuevamente por cargos similares, después de haber secuestrado y abusado sexualmente de varias jóvenes a las que obligó a realizar vídeos pornográficos. Rápidamente se descubrió que Dutroux era responsable de los asesinatos de cuatro de las jóvenes que habían secuestrado, así como que Dutroux había asesinado a uno de sus cómplices, Bernanrd Weinstein. Junto con Dutroux, varios de sus cómplices serían arrestados: la esposa de Dutroux, Michelle Martin, el pequeño delincuente Michel Levlievre y, lo más importante, el empresario bruselense y propietario de un club nocturno, Jean-Michel Nihoul, quien antes ya era bien conocido por asistir y organizar fiestas sexuales, además de estar bien conectado con las altas esferas de la política belga.

Rápidamente se acumuló evidencia de que, a través de Jean-Michel Nihoul, la red de tráfico de niños de Dutroux estaba conectada con varios funcionarios gubernamentales y encargados de hacer cumplir la ley. Veintitrés sospechosos, entre ellos nueve agentes de policía, serían detenidos e interrogados en relación con esta conspiración criminal. Más allá de estos sospechosos, múltiples víctimas-testigos de los crímenes de Dutroux corroborarían las acusaciones de varios oficiales militares, políticos y nobles belgas destacados, entre ellos el ex primer ministro Paul Vanden Boeynants, el secretario general de la OTAN, Willy Claes, y Melchior Wathelet, el hombre que había dejar que Dutroux quedara libre en un principio. Estas víctimas, muchas de las cuales habían sido introducidas en la red de tráfico por amigos de la familia, también dieron testimonio de una red más amplia de tráfico de personas orquestada por Dutroux y Nihoul que conectaba con la República Checa, Eslovaquia y otros países europeos, así como con la producción. y distribución de “películas snuff” que representan el abuso sexual y el asesinato de niños. Por sensacionales que puedan parecer estas afirmaciones, fueron corroboradas por múltiples testigos y se alinean con la existencia de numerosas cintas de vídeo conservadas por Dutroux que contienen grabaciones de las agresiones sexuales y torturas que había llevado a cabo.

La implicación de que numerosos miembros de la élite del poder belga eran potencialmente cómplices de una red asesina de tráfico de niños probablemente provocó numerosos obstáculos, retrasos y reveses en el caso. Dutroux había sido investigado originalmente por la policía, que había recibido informes sobre su participación en el secuestro de niños en 1995, y los agentes incluso escucharon los gritos de los niños desde el sótano solo para descartarlos como provenientes de “afuera”. Durante este registro de la casa de Dutroux, la policía recuperó más de cien cintas de vídeo, muchas de las cuales nunca fueron revisadas; algunas fueron devueltas a Dutroux y luego fueron “robadas” y otras “desaparecieron” bajo custodia policial. Tras la detención de Dutroux, el juez de instrucción del caso, Jean-Marc Connerotte, sería destituido por el Tribunal Supremo belga tras haber realizado una serie de avances importantes. En el pasado, ocurrió un incidente similar en el que realizó múltiples arrestos en relación con el asesinato del político valón de izquierda Andre Cools en 1994 antes de ser transferido también de ese caso. Poco después de la destitución de Connorette, aproximadamente 300.000 belgas - el 3% de la población nacional - salieron a las calles para protestar por la destitución del comprometido y popular magistrado del caso, la incompetencia de la policía que había permitido a Dutroux matar a muchas de sus víctimas. , y las frecuentes obstrucciones a la investigación en lo que se conocería como la Marcha Blanca.

Estaba muy claro que el gobierno belga estaba involucrado en un encubrimiento masivo del alcance del caso Dutroux para proteger a la elite política y económica implicada, y los funcionarios hicieron todo lo posible para retrasar el juicio y evitar la inclusión de diferentes elementos de prueba. Durante los primeros años de la investigación, varios testigos del caso Dutroux murieron en circunstancias misteriosas: entre las muertes más extrañas se encontraba la de José Estepa, que fue encontrado muerto dos días antes de que debía declarar ante la policía con información importante sobre Dutroux, con Rohypnol en su inhalador para el asma, Anna Konjevoda, cuyo cuerpo fue encontrado en el río Mosa, aparentemente muerto a golpes y asfixia, poco tiempo después de haber contactado a la policía sobre las conexiones de Dutroux con redes de pornografía en Europa del Este, y Gina Pardaens, una trabajadora social que trabajaba con víctimas de pornografía infantil afirmó haber visto una película snuff en la que un conocido de Michel Nihoul asesinaba a un niño y había llamado a la policía diciendo que la habían amenazado de muerte en un accidente automovilístico poco antes de morir de esa forma.

Dutroux no iría a juicio hasta 2004, casi ocho años después de su arresto, donde afirmó que era un ejecutante de poco nivel en una extensa red de tráfico de niños, siendo Jean-Michel Nihoul el responsable de dirigir sus secuestros. Dutroux sería condenado a cadena perpetua, la pena máxima posible por sus crímenes. Michel Nihoul, por su parte, fue absuelto de cualquier participación en el tráfico de niños y condenado a cinco años de prisión por conspiración y tráfico de drogas, para quedar en libertad después de sólo dos años de prisión. Esta sentencia increíblemente leve tiene sentido en el contexto de a quién conocía Nihoul: uno de los jueces inicialmente involucrados en el caso Dutroux, Jean-Claude Van Espen, era un colaborador cercano de Nihoul, y Jean-Michel Nihoul también era un informante del la Brigada Bijzondere Opsporings, una rama de la Gendarmería belga que funcionaba como un equivalente aproximado de la Oficina Federal de Investigaciones de Estados Unidos. Entre esto y el hecho de que muchos de los testigos que implicaron a Nihoul también implicaron la participación de políticos poderosos y funcionarios, le valió una sentencia poco consecuente con la gravedad de los crímenes.

Sólo unos pocos años después de su liberación en 1999, el propio Nihoul le diría al periódico alemán Der Spiegel en 2001: “Yo controlo el gobierno... todos tienen expedientes comprometedores, que pueden ser usados como chantaje si es necesario”, incluso ofreciendo el registro para proporcionar una cinta de vídeo del rey Alberto II de Bélgica agrediendo a una adolescente por una suma de seis cifras. Nihoul murió en libertad a la edad de 78 años en 2019.

Habiendo repasado estos horribles crímenes y la alta probabilidad de un encubrimiento por parte del gobierno, es hora de profundizar y observar cómo  se conectan con la “política profunda” de Bélgica. Cinco nombres importantes, Paul Vanden Boeynants, el barón Benoit de Bonvoisin, Madani Bouhouche, Leon Francois y Martial Lekeu, fueron implicados en la red de abuso infantil Dutroux-Nihoul por víctimas-testigos o acusados de abuso sexual infantil por fuentes cuyos testimonios coincidían con las víctimas-testigos antes mencionadas. Lo que hace que estos nombres sean particularmente interesantes para nosotros es que todos ellos también tienen conexiones con la clandestinidad fascista belga. Paul Vanden Boeynants, ex Primer Ministro de Bélgica, era miembro de la organización católica notoriamente reaccionaria Opus Dei, un firme partidario de la OTAN, y en 1969, sería uno de los fundadores del Círculo de las Naciones, una organización de derecha exclusivo club social anticomunista y pro-OTAN compuesto por un pequeño número de miembros que dieron su apoyo público a las dictaduras de Augusto Pinochet, Francisco Franco y Antonio Salazar. Probablemente no sea coincidencia que más de una docena de miembros del Círculo de Naciones estén implicados en el caso Dutroux. Más tarde, en 1971, Boeynants también fundaría la revista Nouvel Europe, una publicación que serviría como plataforma para la organización de los “Clubs NEM” paramilitares fascistas. En la fundación tanto del Círculo de las Naciones como de la Revista Nouvel Europe, Boeynants tuvo como socio al barón Benoit de Bonvoisin, también conocido como el “Barón Negro”, otro miembro del Opus Dei que desempeñaría un papel vital en la recaudación de fondos para Boeynants. Además de su trabajo directo con Boeynants, en 1973 Bonvoisin financiaría la creación del Front de la Jeunesse, una organización fascista formada a partir de los NEM-Clubs de la que nombró líder a su asesor Francis Dossogne. Un año más tarde, en 1974, Bonvoisin desempeñaría un papel clave en la financiación de la Oficina de Información Pública, una rama de la inteligencia militar belga que trabajaba en estrecha colaboración con grupos de inteligencia privados y estaba dirigida por Jean-Marie Bougerol, nombre que surgirá más adelante. A través de estas conexiones, Bonvoisin vinculó a los principales políticos de derecha, como Boeynants, con paramilitares francamente fascistas, así como con el mundo de la inteligencia privada.

Aquí es donde los vínculos entre la principal red de poder de derecha de Boeynants y Bonvoisin se vuelven aún más evidentes con la clandestinidad fascista belga. Uno de los instructores contratados por Bonvoisin para convertir el Frente de la Juventud en una fuerza de combate eficaz fue Madani Bouhouche, miembro de la Gendarmería belga que trabajó como parte de la Oficina Nacional de Drogas entrenada por la CIA, una organización creada bajo la dirección del entonces primer ministro Paul Vanden Boeynants y del general León Francois, y quien aparentemente era un colaborador cercano de Michel Nihoul, frecuentando juntos muchos de los mismos clubes. Durante la década de 1980, Bouhouche sería el principal sospechoso de los "asesinatos de Brabante", un ataque terrorista sin resolver que analizaremos más adelante. Además, según el oficial de la Gendarmería Martial Lekeu, él y Bouhouche eran miembros de una organización fascista dentro de la Gendarmería conocida como “Grupo G”, con intenciones de desestabilizar el Estado belga y asegurar el poder a la extrema derecha. Lekeu identificaría a uno de los líderes clave del Grupo G como nada menos que el ya mencionado general León Francois. Por su parte, Francois había fundado y fue el jefe inicial de la Oficina Nacional de Drogas con el apoyo de la CIA, y en 1990, años antes del caso Dutroux, había sido acusado junto con Boeynants de participar en orgías donde circulaban drogas y niñas menores de edad. Estos cinco hombres, Boeynants, Bonvoisin, Bouhouche, Lekeu y Francois, no sólo fueron acusados de estar involucrados en abuso sexual y tráfico de niños, siendo Boeynants y Bouhouche específicamente identificados como asociados de Michel Nihoul, sino que también estuvieron involucrados en una conspiración fascista, una extensión de la Operación Gladio respaldada por Estados Unidos.

Para aquellos que no lo saben, Operación Gladio era el nombre en clave de la rama italiana de una serie de redes paramilitares "detrás de la escena" creadas después de la Segunda Guerra Mundial, actuaron en toda Europa Occidental, así como en países como Turquía. Supervisado por la OTAN y la CIA, Gladio se creó en previsión de una invasión del Pacto de Varsovia y, en consonancia con sus intenciones anticomunistas, reclutó en gran medida a “ex” fascistas. En Italia, estos ejércitos secretos neofascistas respaldados por Estados Unidos serían responsables de los “Años de Plomo” desde finales de los años 1960 hasta principios de los 1980, llevando a cabo numerosos ataques terroristas, incluidos muchos que pretendían ser “banderas falsas” atribuibles a elementos de izquierda. El equivalente de Gladio en Bélgica está menos documentado que su homólogo italiano, pero aún deja un legado violento y ciertamente no fue menos fascista que cualquiera de sus operaciones paralelas.

El Service de Documentation, de Renseignments et d'Action VIII, que se traduce como "Servicio de Documentación, Información y Acción VIII", o SDRA8, era la rama militar belga de las redes Gladio creadas por la inteligencia estadounidense y británica. , junto con la rama civil conjunta del Gladio belga, la Sectie Training, Communicatie en Documentatie o STC/Mob. Es un hecho conocido que el SDRA8 se utilizaría para llevar a cabo ataques de bandera falsa para desacreditar al movimiento comunista belga, como puede verse en un examen superficial del incidente de Vielsalm de 1984, en el que participaron fuerzas especiales estadounidenses y soldados secretos belgas. en una redada en una comisaría de la pequeña ciudad de Vielsalm, robaron armas y mataron a un suboficial. Curiosamente, algunas de esas armas robadas aparecerían en el apartamento perteneciente al grupo terrorista nominalmente de izquierda, las Células Combatientes Comunistas, lo que sugiere que, al igual que en Italia, elementos de Gladio se hacían pasar por organizaciones terroristas de izquierda para llevar a cabo ataques que dañarían la reputación de los comunistas belgas. Los ataques terroristas de bandera falsa ciertamente encajan en el manual de Gladio, y esto habría coincidido con una serie de ataques  que tuvieron lugar en el mismo período de tiempo: las Masacres de Brabante, una serie de misteriosos ataques terroristas llevados a cabo en la provincia de Brabante entre 1981 y 1985, en el que 28 personas fueron asesinadas en lugares aparentemente aleatorios, incluidos restaurantes y tiendas de comestibles, como si deliberadamente hubieran sido diseñados para provocar el pánico general.

Los investigadores de los asesinatos de Brabante descubrieron que el culpable más probable de los asesinatos era una organización paramilitar fascista conocida como Westland New Post, que se había formado en 1981 dentro del Front de la Jeunesse, una creación del barón de Bonvoisin. El líder del Front de la Jeunesse, Francis Dossogne, confirmaría que el Westland New Post no sólo se había formado a partir del Frente, sino también del círculo de infiltrados fascistas dentro de la Gendarmería belga conocido como “Grupo G”, que que mencionamos anteriormente estaba dirigido por el general Leon Francis, respaldado por la CIA. El comandante del Westland New Post sería Paul Latinus, un fascista que había sido reclutado por la Agencia de Inteligencia de Defensa de los Estados Unidos a finales de los años 1960 y entrenado por la OTAN antes de ser reclutado por la Oficina de Información Pública respaldada por Boeynants y Bonvoisin y encabezada por Jean -Marie Bougerol - miembro de la SDRA8. Entre el entrenamiento de Latinus bajo la inteligencia estadounidense y la OTAN, su empleo como miembro de la red belga "stay-behind" y su pertenencia a una secta fascista secreta dentro de la Gendarmería dirigida por un general elegido personalmente por la CIA, el Westland New Post se reconoce como  una extensión obvia de las redes terroristas creadas por la Operación Gladio.

La afirmación de que el Westland New Post estaba detrás de las masacres de Brabante la hizo Martial Lekeu, un ex miembro tanto del Grupo G como del Westland New Post, según Lekeu el propósito original de los asesinatos era crear una atmósfera de miedo en Bélgica y culpar a la izquierda. Michel Libert, miembro de Westland New Post, corroboraría las afirmaciones de Lekeu sobre la responsabilidad del WNP por los asesinatos, describiendo cómo Latinus lo enviaba a inspeccionar las tiendas de comestibles antes de los ataques. También vale la pena señalar que uno de los principales contactos de Libert, y estrecho colaborador del WNP, era Madani Bouhouche, estrecho colaborador de Michel Nihoul. Hacia el final de las masacres de Brabante, el líder del WNP, Paul Latinus, supuestamente se suicidó en 1984 en circunstancias misteriosas, murió por estrangulamiento con el cable telefónico enrollado alrededor del cuello; otros miembros del Westland New Post expresaron su escepticismo de que se hubiera tratado realmente de un suicidio. Poco después del final de las matanzas de Brabante, en 1986, Madani Bouhouche sería arrestado por el asesinato de Juan Méndez, un ingeniero de armas que creía que Bouhouche le había robado armas de fuego para usarlas en las matanzas de Brabante. Sin embargo, en 1988, Bouhouche sería liberado, incluso después de haber sido sorprendido tratando de escapar de la cárcel con la ayuda del WNP.

Así que tenemos una visión general de la vasta red que conecta los asesinatos de Brabante con la Operación Gladio y la clandestinidad fascista belga y, a su vez, con la red de tráfico de niños Dutroux-Nihoul que incluye a algunas de las figuras más poderosas de la política belga. Una descripción general de la participación de la Operación Gladio en la política belga, así como de sus actores clave y sus conexiones con redes de abuso infantil y tráfico de personas, no podría incluir todos los detalles de esta extensa red y sus numerosos apéndices. Entre los temas que no se abordan en este artículo se encuentran la conexión de Dutroux con la misteriosa organización oculta Institut Abrasax, la participación del “bolchevique nacional” paneuropeista Jean-François Thiriart y la infame Wackenhut Corporation en el Gladio belga, y el caso al estilo Jonestown. del culto de la Orden del Templo Solar. El esquema de lo anterior debe considerarse como un modelo para comprender cuestiones de “política profunda”; ciertamente es fácil ver las similitudes entre las actividades de Jean-Michel Nihoul y, digamos, Jeffrey Epstein, incluidas sus conexiones con los aparatos de inteligencia. Además, debería tomarse como una advertencia de que el retorno a los “valores tradicionales” es una especie de antídoto contra redes generalizadas de abuso como ésta, donde queda claro que instituciones “tradicionalistas” como el Opus Dei han empoderado a estos arquitectos del abuso sistémico. La conciencia de esta capa oculta de la política puede aclarar las operaciones del Estado y de la elite del poder incluso cuando cantidades significativas de información siguen sin estar disponibles para nosotros. El estudio de este tipo de redes de poder a menudo puede transmitir una sensación de falta total de actuación política, sin duda, pero al mismo tiempo dicho estudio es un primer paso necesario. Para tomar medidas efectivas, debemos comenzar por esforzarnos en comprender contra qué estamos tomando medidas y cómo opera este leviatán, y el caso de Bélgica sirve como un microcosmos para tales operaciones en general.