SOCIOLOGÍA SEXUAL CLERICAL. ECONOMÍA DE POSGUERRA
O bien con los subtítulos en italiano o bien traducidos a español, no es tan difícil de seguir. Sería estupendo que algún sociólogo español se animara a parecidas investigaciones. Da pudor... el clero no se toca....
El estudio sociológico de Marco Marzano sobre los seminarios, parroquias, curas y afectividad nos muestra cómo el founder trasladó esquemas y problema "curiales" a su "Obra". Está basado en diez años de entrevistas a clérigos, que en principio estaban dispuestos a contar su vida, salvo el asunto "afectividad personal".
Explica asuntos que se pueden trasladar perfectamente cambando lo que haya que cambiar al estamento numeraril:
La castidad representa un elemento de distinción del cura, lo convierte en diferente, lo distingue de las personas normales. La gente corriente tiene una vida afectivo-sexual de la que el sacerdote carece, le falta esa vida no porque no pueda o sea un looser sino porque lo "ha elegido".
Aquí empiezan las trampas. En "elegir". El cura "elige" la abstención total en ese ámbito y la "ofrece" a Dios como instrumento de salvación. La renuncia a la sexualidad es vista como un sacrificio. sacrificio que por otra parte lleva a idealizar lo sacrificado, que era lo que nos sucedía a los/las célibes oficiales opusinas. Las casadas nos "idealizaban" a nosotras igual que el pueblo fiel "idealiza" al cura sin mujer (conocida).
Quieras que no, este sacrificio "Oficial" de curas/numes se convierte en fuente de poder sobre los demás. Jesucristo se convierte en el modelo a imitar, los curas católicos, los numes opusinos se presentan a la comunidad como criaturas intermedias entre los "corrientes", la "masa de fieles", la "tropa" y la divinidad. Aquello que decía el supuesto santo del "estado mayor de Cristo" en su bestseller mundial traducido a todos los idiomas conocidos. Retomamos a Cristo Rey al que sí le "pega" un estado mayor, no a Jesús de Nazaret apresado por los romanos, "mete la espada en la vaina".
La distinción del cura se basa sobre todo en la castidad, en la renuncia a tener una familia y una vida afectivo-sexual. Marzano opina que es probable que sin este sacrifico propiciatorio de la propia afectividad gran parte del poder de los curas sobre el pueblo disminuiría, pues sí, porque este imaginario funciona. Y es el motivo por el que no se suprime la obligación del celibato de los curas, porque supone un "poder", una autoridad suplementaria sobre el pueblo fiel, aunque sea cuasi oficial que en la gran mayoría de los casos la realidad no se corresponde con el ideal. Habla de Italia, aquí no sabemos que se haya investigado si los curas españoles viven realmente el celibato.
El cura es sagrado porque es distinto y es distinto porque es casto. Aplicable cien por cien a "nuestro" estatuto numeraril. Eramos curitas a su imagen, en el caso de las mujeres se hace raro pero de eso se trató, cuando inventó las mujeres trasladó la imagen del nume masculino a la nume femenina, con más restricciones que se le antojaron. Por su mentalidad cavernícola nos aplicó prohibiciones de acciones que veía mal en una mujer "ideal".
Hace años, no tantos, en los pueblos, el cura pertenecía a la "clase superior" junto con el farmacéutico, el médico, el veterinario, el practicante, el abogado....porque era uno de los pocos que había hecho estudios superiores.
Recordemos que era norma para los seguidores iniciales todo chicos, poseer un título universitario.
En el XIX y después ¿quién había ido a la universidad o había seguido una formación asimilable?
Hoy en día los curas predican a parroquianos que poseen iguales o superiores estudios que él. Así que solo queda la castidad fundante de la alteridad superior de cura. No es que solo la Iglesia imponga la castidad al cura, el pueblo de Dios también quiere que el cura no tenga mujer ni pareja, (o por lo menos que no se vea).
El punto es que la persona es casta si ella lo decide y lo quiere, ¿Impuesta? él dice que no tiene sentido, en todas las religiones está ligada a la decisión personal, temporal o definitiva de renunciar. Cuando viene impuesta, ligada a un oficio, como prerrequisito para una profesión concreta, no se respeta. Porque las personas no la sienten como algo propio. Él dice que la mayoría de los curas estarían por la abolición de este prerrequisito.
Si alguien se mete a cura para evitarse la vida afectivo-sexual tenemos una patología. Una persona normal que decide ser cura no lo hace para "ser casto", acepta esta condición con mucho sufrimiento y con el tiempo aprende modos para saltarse el celibato. Palabras de Marzano con respecto a los curas diocesanos.
Quizás se puedan aplicar a numerariOs alto standing con posibilidades de hacer parte de su vida al margen de los directores, tolerados por el mando. En el caso de las numerariAs no conocí el caso. Estábamos más encerradas que ellos y éramos más "pobres".
Uno entra en el seminario con ingenuidad y entusiasmo. Luego vienen las "caídas", sean mast o sean relaciones y viene la lucha, el sufrimiento que lleva a los menos capaces de mentir a salir del seminario. Otros se dan cuenta de que la Iglesia "por dentro" no es santa, hay corrupción de todo tipo, ¿por qué tengo que respetar una promesa hecha a una institución que no cumple?, la persona "madura", se desencanta, se oscurece la visión "fanática" juvenil y ese cura aprende a combinar la apariencia de abstención con la realidad de su propia vida: a Dios no le importan esos pecados. Que no se dé escándalo.
La hipocresía se aprende de manera indirecta, los curas se adaptan a lo que hay.
Continua con el asunto homosexualidad en la Iglesia, abundante en los seminarios brasileños según una investigación llevada a cabo por dos religiosos. Homosexualidad abundante que se combina con la controversia sobre bendecir o no a las parejas homosex, Francisco admitía bendecir a las personas no a la pareja, dicen. Así que como decía Martel: una institución públicamente rechazadora de la homosex es internamente gran acogedora de la misma.
La Iglesia, abrigo de homosex en culturas donde no se reconocen sus derechos (Africa). Marzano está seguro de que conforme se reconozcan sus derechos en esos países disminuirán las vocaciones sacerdotales.
Las madres deseosas de tener un hijo sacerdote. Frente a una madre que se escandalizaría de un hijo homosex, hacerse cura, salida oportuna. Sobre todo en caso de personalidad frágil, el traje clerical sirve para cubrir la propia debilidad de carácter.
Las vocaciones "caídas del cielo".... unicornios rosas.
En cuanto a la pedofilia, en la Iglesia no hay curas pedófilos sino "abusadores", según los informes realizados por ej. en Australia. Un abusador realiza sus "acercamientos" a menores, no solo niños, también adolescentes, aprovechándose de su autoridad sobre ellos. Explotan el poder sobre esas personas pequeñas que se les confían.
Interesante y matizada la explicación de que no hay "monstruos" pedófilos, fácilmente identificables y que se pueden expulsar "se nos infiltró", sino más abundante personas que se toman una caricia a un niño como un gesto compensatorio por su vida de renuncia y no se dan cuenta del daño.
Otro punto deformante: desde el seminario los jóvenes se acostumbran a pensar solo en dar cuentas a quienes están por encima, a la autoridad. Es una costumbre muy clerical obsesionarse con los "superiores". Los fieles, adultos o niños, no cuentan.
Siguiendo con Dionisio Ridruejo, del que he aprendido política, historia, sociología, economía en su Escrito en España. destaco, p. 232 "el asunto del rechazo a la Reforma agraria pendiente en 1931 fue la más grave de las provocaciones y la más eficaz invitación a la desesperación revolucionaria. La que, tendría su primera expresión en 1934 (revolución de Asturias aplastada por Franco a las órdenes del gobierno republicano) y dictaría la conducta de los movimientos populares en 1936."
En 242-3 sobre la organización desorganizada de la economía tras la victoria de 1939:
"Cabe decir, en síntesis, que el espectáculo fue bochornoso y que el Régimen surgido de la contienda despilfarró la ocasión que la necesidad le ofrecía, con rigurosa dureza, para sentar las bases de una planificación racional del desarrollo económico y para lograr cierto reajuste de las estructuras y una equitativa distribución de los sacrificios y de las ventajas. Contando con que acaso en ningún otro momento nuestros pueblo, y su burguesía, estaba psicológicamente propenso a aceptar cualquier disciplina.
Por lo que se refiere al sector privado, vimos cómo el gobierno se vio obligado a imponer un sistema de triple intervención: por una parte hubo de tasar el movmiento económico, señalando toda suerte de cupos y contingentes al suministro de materias, limitando la concesión de permisos para el establecimiento de industrias y sometiendo al régimen de licencia las operaciones del comercio exterior.
Por otra parte, y en vista de que la escasez dejaba sin acción reguladora a las masas consumidoras, hubo de fiscalizar los precios y los beneficios. Por último hubo de regular las condiciones de estabilidad del empleo a favor de la mano de obra, para impedir que la indefensión de la clase obrera, a quien se negaban sus medios tradicionales de defensa se hiciera desesperada.
Este intervencionismo se orientó con fines inmediatistas más que con fines previsores y se aplicó con desenfadada y no siempre azarosa arbitrariedad. Puesto que, en régimen de restricciones, toda concesión normal constituía un privilegio, este privilegio sirvió para satisfacer las exigencias de la oligarquía a la que el Régimen debía en buena parte su propio poder, pero también para promover y ensanchar una burguesía nueva, una verdadera clientela obligada, en la que se confundirían los privilegios y los privilegiantes.
La burla sistemática de las normas reguladoras de precios y mercados y de las tasas fiscales sobre beneficios, se hizo práctica tolerada y favorecida y, con ello, fue acumulándose en manos de los beneficiarios de la especulación, una suma de recursos inimaginables en épocas normales.
Por desgracia, el carácter fraudulento de estas acumulaciones hicieron imposible integrarlas como aumento del volumen de capitalización y, en consecuencia, el consumo suntuario y las inversiones de seguridad, tierra, evasiones, etc... a que dieron lugar los temores de la fiscalización, se convirtieron en factor inflacionista. (...)
Al final de la etapa, los grupos financieros habían aumentado enormemente su campo de acción y sus recursos empresariales y una muy numerosa burguesía, nueva o potenciada, disponía de medios para lanzarse con desenfado a la iniciativa económica. Esto explica que, a costa del sudor y la miseria de los más desde luego, la fase posterior a 1950, en que el aislamiento concluye y la conversión del ahorro en capital comienza a ser posible..."
Explica la fundación del INI, Instituto Nacional de Industria que fue factor de crecimiento económico, aunque le achaca la deficiente planificación del mismo, la insignificancia de sus efectos antimonopolísticos y "la exuberancia de partidas destinadas a los aspectos suntuarios de las instalaciones, concebidas con espíritu faraónico, exhibicionista y perpetuista que suele caracterizar a los sistemas absolutos."
A la altura de la década de 1960, cuando él mismo antiguo falangista se vuelve hacia la socialdemocracia, tilda a los escrivarianos de "católicos colaboracionistas" de la Dictadura.
También me ha resultado interesante su idea de que para hacer política un partido no debe guiarse tanto de ideologías "a priori", tiene que ser capaz de traducir las aspiraciones y querencias reales de un sector social determinado. Dice en la pág. 358: "los ideólogos a priori son excelentes para promover revoluciones y generalmente para perderlas".
Comentarios
Las defenestrados Hijas del amor Misericordioso están pringadas de Medjugorje hasta las cejas.
Y eso de que por intercesión de un beato o santo alguien se cure, es lo mismo que ponerse una ramita de perejil en la oreja o ajos bajo la almohada: no hay causa efecto alguna
Según pasan los días, se ve que todo el OD ha sido un engaño tremendo, orquestado, desde el día uno y se han defendido forzando tanto la maquina, los relatos, las historias, que se ve todo de cartón piedra y mas falso que Fumanchú o una peli de serie B