PAPEL TRIBUNICIO
El papel tribunicio de la iglesia española.
Es un gran papel. Todavía anteayer los 2 representantes de nuestro actual sistema de turnos se espetaban el uno al otro en el Parlamento "no soy digno de que entres en mi casa". Rajoy contestó evangelio en mano, no recuerdo la cita. Venimos de misa de 12.
La Iglesia católica es en España como en Italia el más importante de los aparatos ideológicos que contribuyen desde la Edad Media a la cohesión de la sociedad y, con ello, al sostenimiento del poder político. Afectada en el norte de Europa por la "crisis de hegemonía" (Gramsci), la Iglesia católica se ve mucho menos afectada en el sur de Europa. Mientras que en Francia en el XIX aparece como un aparato ideológico relativamente secundario e históricamente desfasado, la Iglesia conserva el primer rango en Italia y España.
Incluso parece que el monolitismo del aparato católico se ha preservado mejor en España que en Italia. España se ha visto menos afectada por el "modernismo", tanto por la llamada democracia cristiana como por el catolicismo liberal. Italia ha sido junto con Bélgica el país de la democracia cristiana moderna. Los jesuitas crearon en Italia un nuevo equilibrio en la Iglesia mucho más favorable a los modernistas que a los integristas religiosos en el plano político.
"En España por el contrario, el poder de la reacción integrista frente a las veleidades liberales ha sido tal que prácticamente anuló la corriente modernista hasta la guerra civil, e incluso hasta la mitad de los años 50. Aunque haya dado nacimiento a la ACNP, el partido social popular y a la CEDA, el catolicismo jesuitizado español no ha podido suplantar el carlismo, expresión política del integrismo religioso. Todo lo demás estuvo a punto de alcanzar la cima durante el episodio de la CEDA en la 2ª República, para ser finalmente vencido durante la Cruzada, que en muchos aspectos aparece como una cuarta guerra carlista, esta vez victoriosa. La iglesia de España comenzaba apenas a transformarse en aparato ideológico "tradicional" de una nación democrática secularizada cuando se convirtió de nuevo en "intelectual orgánico" del Estado nacionalcatólico franquista..."
Pero a partir de 1960 la Iglesia española tiende a cumplir una función de oposición al régimen.
Todos los gobernantes desean que las organizaciones religiosas sirvan a sus fines. De ahí las peinetas.
Todos consideran igualmente que las fuerzas religiosas invaden un territorio que no les pertenece -el campo político- cuando intervienen en la sociedad y no lo hacen en su favor.En los regímenes autoritarios que excluyen el multipartidismo, las asociaciones religiosas relevan implícitamente a los partidos proscritos del cumplimiento de algunas de sus funciones.
No pueden sustituirlos en todas sus funciones. Un partido en democracia estructura el voto, sirve para reclutar la élite política, media entre grupos, vínculo entre ramificaciones del poder. Los partidos revolucionarios además desempeñan una función "tribunicia", defensora de la plebe.
En los años de Franco la Iglesia ha cumplido dos tipos de funciones en ese sentido: por su lugar eminente en la sociedad, ejerció la función de legitimación del poder establecido al principio, en la segunda parte de la dictadura, la función tribunicia. El otro tripo de función son las funciones parapartidistas.
¿Cómo legitimó la Iglesia el poder franquista? declaraciones de obispos y pastorales, la participación de las jerarquías en los actos, la aceptación de los obispos, curas y religiosos de cargos políticos. Por cierto que muchos de esos que ocupaban doble cargo, religioso y político fueron los que "más" mano dieron a Escrivá. Pienso en Fray Justo Pérez de Urbel, en Eijo y Garay, García Lahiguera. Tanto que él decía que los curas tenían que dedicarse a su función, si no llega a ser por los cargos eclesiásticos insertados en el aparato del estado franquista no hubiera tenido cómo prosperar. También la iglesia católica hizo de "ministerio de propaganda" del régimen en sus colegios y universidades de los que salía la élite gobernante.
Las disposiciones legales que hacen de la Iglesia un elemento fundamental, están el Fuero de los Españoles de 1943, en el Concordato de 1953, en la Ley de Sucesión del Jefe del Estado de 1947.
15 obispos se sentaron en las Cortes franquistas. A partir de 1941 todos los obispos prestaban juramento al jefe del Estado. Estuvieron en el Consejo del Reino y de Regencia, los obispos Casimiro Morcillo, Marcelino Olaechea, Eijo y Garay, Pedro Cantero. En el Consejo de Estado franquista figuraron Pla i Deniel, Tarancón, González Martín Monseñor Eijo y Garay el que les dió al Opus Dei inicial el primer reconocimiento oficial como Pía Unión en su diócesis, detentaba 3 de esos puestos. Quien a buen árbol se arrima.
Como caso excepcional, Pla i Deniel rechazó desde 1947 el puesto en el Consejo de Regencia.
En cuanto a la función tribunicia, en las situaciones dictatoriales la Iglesia católica aparece como la única capaz de ejercerla. Pasó en Brasil, Paraguay, Sudáfrica, Rodesia y España. La iglesia tenía crédito suficiente entre sus "defendidos". Además gozaba de cierta tolerancia por parte del gobierno y a la vez el gobernante sabía que la iglesia no le iba a quitar el poder.
La dicha función de la plebe se manifiesta pronto en el País Vasco, luego en Cataluña. Pero es sobre todo general a partir de 1955 cuando una parte reducida del episcopado y gran parte del clero asumen la defensa del pueblo llano. Si en la Argentia de 1955 la Iglesia contribuyó de modo decisivo a la caída del régimen en la España posconciliar no fue para tanto. La iglesia española de 1965 ofreció protección, medios materiales a los grupos enfrentados al régimen. Recuérdese la famosa Kapuchinada en el convento de Sarriá.
Si al principio de la dictadura la Iglesia encuadraba a las masas con sus ceremonias religiosas, conducía el rebaño hacia el fervor por Franco, al final encuadra en dirección opuesta.
Las funciones políticas de tipo "parapartidista" del final de la dictadura las ejercieron asociaciones seglares. Esas asociaciones entre las que podemos contar con la nuestra sirven de legitimación del régimen puesto que actúan como sus correas de transmisión. Más tarde los laicos se unen al clero protestón contra Franco. De eso no se conocen ejemplos opusinos, salvo el defensor del menéndezpelayismo que hizo el viaje más largo jamás contado.
Pero el papel específico de la iglesia consiste en el marco de la España franquista en ofrecer un distanciamiento y hasta una garantía contra la arbitrariedad del poder a los militantes cristianos y a todos los que se unen a ellos por motivos tanto políticos como religiosos. Los movimientos de seglares, no Opus Dei que no era un "movimiento", contribuyeron a asegurar la formación moral, cívica y política de un gran número de personas no afectadas por las estructuras de adoctrinamiento oficial.
No hay voto que estructurar. Pero bajo el franquismo AC, ACNP, Opus Dei, el movimiento obrero cristiano, cada uno en su sentido, tuvieron funciones similares a las de los partidos políticos.
1º por la función de socialización política de esas organizaciones, el catecismo, las escuelas confesionales, la prensa religiosa, los boy scouts contribuyen en España como en cualquier otro lugar a la determinación inicial de las actitudes políticas de los niños, los adolescentes, los adultos. "En los países católicos de tradi.liberal, esta forma de socialización es el origen de la propensión que tienen los cristianos a militar en mov, confesionales y mantener una cierta reserva frente a los partidos. En el caso de España, la prohibición de los partidos dan una forma muy peculiar a esa tendencia: de 1939 a 1975 la Acción Católica y otras org. seglares de la iglesia española aparecen prácticamente como las únicas asociaciones de carácter ideológico y social que tienen aún una existencia relativamente pública y estable e independiente del Estado y de Falange. Estas organizaciones no compiten con los partidos de antes de la guerra, tienen otro tipo de clientela y están prohibidos.
Compiten con la estructura partidista controlada por el Estado: Falange. Sólo en esas asociaciones se da algo parecido a una "experiencia" de democracia y asamblea. En la que yo estuve no. En las otras.
En la mía se hacía más "seleccionar" líderes. "Oradores, administradores, hombres públicos católicos que eran profesionales católicos de la política. Lo que a nuestro santo fundador no le gustaba. El quería más discreción. Los ministros del Opus Dei eran del Opus Dei a título personal y todo eso, como quien se apunta a squash para desengrasar. "No vivían de llamarse católicos", como por lo visto si vivían los de ACNP.
Esta selección de personal político también se dió en AC, en Acción Católica Obrera, Cursillos de Cristiandad, Congregaciones Marianas, Asociaciones de Estudiantes Católicos, Antiguos Alumnos de Escuelas y Universidades confesionales. Los movimientos de laicos han formado y seleccionado a casi la totalidad de los dirigentes y responsables eminentes o subalternos de las corrientes políticas y sindicatos confesionales, tanto antes como después de 1936.
Y como algunos siguen suministrando, podemos decir tranquilamente que todo está en orden.
2º La función programática de esas asociaciones consisten en que hacen de altavoz de las disposiciones del episcopado. . Al principio todo iba bien, la iglesia predicaba lo que Franco quería. Radicalizada por los estudiantes y obreros católicos hasta por una fracción del clero joven la iglesia cambia su discurso al final, y casi parece propaganda política exigiendo justicia y libertad para el pueblo español. Qué tiempos aquellos...
Supuso la ruptura de la Acción Católica en 1966-67 y su casi desaparición.
En los 60 y 70 los conventos y locales parroquiales se convierten en los lugares privilegiados de reunión y repliegue estratégico de los militantes de Comisiones Obreras, los sindicatos ilegales y los grupos políticos de oposición. La iglesia por su extenso papel que se le dió en el Estado autoritario ha cumplido en un papel dominante frente a todas las demás corrientes ideológicas entre 1939 y 1975. Ha cumplido la función "sustitutoria" a veces complementando, a veces siendo el antagonista del franquismo.
Pero esos movimientos no se proponían tomar el poder. Franco y sus ministros dormían tranquilos.
Es un gran papel. Todavía anteayer los 2 representantes de nuestro actual sistema de turnos se espetaban el uno al otro en el Parlamento "no soy digno de que entres en mi casa". Rajoy contestó evangelio en mano, no recuerdo la cita. Venimos de misa de 12.
La Iglesia católica es en España como en Italia el más importante de los aparatos ideológicos que contribuyen desde la Edad Media a la cohesión de la sociedad y, con ello, al sostenimiento del poder político. Afectada en el norte de Europa por la "crisis de hegemonía" (Gramsci), la Iglesia católica se ve mucho menos afectada en el sur de Europa. Mientras que en Francia en el XIX aparece como un aparato ideológico relativamente secundario e históricamente desfasado, la Iglesia conserva el primer rango en Italia y España.
Incluso parece que el monolitismo del aparato católico se ha preservado mejor en España que en Italia. España se ha visto menos afectada por el "modernismo", tanto por la llamada democracia cristiana como por el catolicismo liberal. Italia ha sido junto con Bélgica el país de la democracia cristiana moderna. Los jesuitas crearon en Italia un nuevo equilibrio en la Iglesia mucho más favorable a los modernistas que a los integristas religiosos en el plano político.
"En España por el contrario, el poder de la reacción integrista frente a las veleidades liberales ha sido tal que prácticamente anuló la corriente modernista hasta la guerra civil, e incluso hasta la mitad de los años 50. Aunque haya dado nacimiento a la ACNP, el partido social popular y a la CEDA, el catolicismo jesuitizado español no ha podido suplantar el carlismo, expresión política del integrismo religioso. Todo lo demás estuvo a punto de alcanzar la cima durante el episodio de la CEDA en la 2ª República, para ser finalmente vencido durante la Cruzada, que en muchos aspectos aparece como una cuarta guerra carlista, esta vez victoriosa. La iglesia de España comenzaba apenas a transformarse en aparato ideológico "tradicional" de una nación democrática secularizada cuando se convirtió de nuevo en "intelectual orgánico" del Estado nacionalcatólico franquista..."
Pero a partir de 1960 la Iglesia española tiende a cumplir una función de oposición al régimen.
Todos los gobernantes desean que las organizaciones religiosas sirvan a sus fines. De ahí las peinetas.
Todos consideran igualmente que las fuerzas religiosas invaden un territorio que no les pertenece -el campo político- cuando intervienen en la sociedad y no lo hacen en su favor.En los regímenes autoritarios que excluyen el multipartidismo, las asociaciones religiosas relevan implícitamente a los partidos proscritos del cumplimiento de algunas de sus funciones.
No pueden sustituirlos en todas sus funciones. Un partido en democracia estructura el voto, sirve para reclutar la élite política, media entre grupos, vínculo entre ramificaciones del poder. Los partidos revolucionarios además desempeñan una función "tribunicia", defensora de la plebe.
En los años de Franco la Iglesia ha cumplido dos tipos de funciones en ese sentido: por su lugar eminente en la sociedad, ejerció la función de legitimación del poder establecido al principio, en la segunda parte de la dictadura, la función tribunicia. El otro tripo de función son las funciones parapartidistas.
¿Cómo legitimó la Iglesia el poder franquista? declaraciones de obispos y pastorales, la participación de las jerarquías en los actos, la aceptación de los obispos, curas y religiosos de cargos políticos. Por cierto que muchos de esos que ocupaban doble cargo, religioso y político fueron los que "más" mano dieron a Escrivá. Pienso en Fray Justo Pérez de Urbel, en Eijo y Garay, García Lahiguera. Tanto que él decía que los curas tenían que dedicarse a su función, si no llega a ser por los cargos eclesiásticos insertados en el aparato del estado franquista no hubiera tenido cómo prosperar. También la iglesia católica hizo de "ministerio de propaganda" del régimen en sus colegios y universidades de los que salía la élite gobernante.
Las disposiciones legales que hacen de la Iglesia un elemento fundamental, están el Fuero de los Españoles de 1943, en el Concordato de 1953, en la Ley de Sucesión del Jefe del Estado de 1947.
15 obispos se sentaron en las Cortes franquistas. A partir de 1941 todos los obispos prestaban juramento al jefe del Estado. Estuvieron en el Consejo del Reino y de Regencia, los obispos Casimiro Morcillo, Marcelino Olaechea, Eijo y Garay, Pedro Cantero. En el Consejo de Estado franquista figuraron Pla i Deniel, Tarancón, González Martín Monseñor Eijo y Garay el que les dió al Opus Dei inicial el primer reconocimiento oficial como Pía Unión en su diócesis, detentaba 3 de esos puestos. Quien a buen árbol se arrima.
Como caso excepcional, Pla i Deniel rechazó desde 1947 el puesto en el Consejo de Regencia.
En cuanto a la función tribunicia, en las situaciones dictatoriales la Iglesia católica aparece como la única capaz de ejercerla. Pasó en Brasil, Paraguay, Sudáfrica, Rodesia y España. La iglesia tenía crédito suficiente entre sus "defendidos". Además gozaba de cierta tolerancia por parte del gobierno y a la vez el gobernante sabía que la iglesia no le iba a quitar el poder.
La dicha función de la plebe se manifiesta pronto en el País Vasco, luego en Cataluña. Pero es sobre todo general a partir de 1955 cuando una parte reducida del episcopado y gran parte del clero asumen la defensa del pueblo llano. Si en la Argentia de 1955 la Iglesia contribuyó de modo decisivo a la caída del régimen en la España posconciliar no fue para tanto. La iglesia española de 1965 ofreció protección, medios materiales a los grupos enfrentados al régimen. Recuérdese la famosa Kapuchinada en el convento de Sarriá.
Si al principio de la dictadura la Iglesia encuadraba a las masas con sus ceremonias religiosas, conducía el rebaño hacia el fervor por Franco, al final encuadra en dirección opuesta.
Las funciones políticas de tipo "parapartidista" del final de la dictadura las ejercieron asociaciones seglares. Esas asociaciones entre las que podemos contar con la nuestra sirven de legitimación del régimen puesto que actúan como sus correas de transmisión. Más tarde los laicos se unen al clero protestón contra Franco. De eso no se conocen ejemplos opusinos, salvo el defensor del menéndezpelayismo que hizo el viaje más largo jamás contado.
Pero el papel específico de la iglesia consiste en el marco de la España franquista en ofrecer un distanciamiento y hasta una garantía contra la arbitrariedad del poder a los militantes cristianos y a todos los que se unen a ellos por motivos tanto políticos como religiosos. Los movimientos de seglares, no Opus Dei que no era un "movimiento", contribuyeron a asegurar la formación moral, cívica y política de un gran número de personas no afectadas por las estructuras de adoctrinamiento oficial.
No hay voto que estructurar. Pero bajo el franquismo AC, ACNP, Opus Dei, el movimiento obrero cristiano, cada uno en su sentido, tuvieron funciones similares a las de los partidos políticos.
1º por la función de socialización política de esas organizaciones, el catecismo, las escuelas confesionales, la prensa religiosa, los boy scouts contribuyen en España como en cualquier otro lugar a la determinación inicial de las actitudes políticas de los niños, los adolescentes, los adultos. "En los países católicos de tradi.liberal, esta forma de socialización es el origen de la propensión que tienen los cristianos a militar en mov, confesionales y mantener una cierta reserva frente a los partidos. En el caso de España, la prohibición de los partidos dan una forma muy peculiar a esa tendencia: de 1939 a 1975 la Acción Católica y otras org. seglares de la iglesia española aparecen prácticamente como las únicas asociaciones de carácter ideológico y social que tienen aún una existencia relativamente pública y estable e independiente del Estado y de Falange. Estas organizaciones no compiten con los partidos de antes de la guerra, tienen otro tipo de clientela y están prohibidos.
Compiten con la estructura partidista controlada por el Estado: Falange. Sólo en esas asociaciones se da algo parecido a una "experiencia" de democracia y asamblea. En la que yo estuve no. En las otras.
En la mía se hacía más "seleccionar" líderes. "Oradores, administradores, hombres públicos católicos que eran profesionales católicos de la política. Lo que a nuestro santo fundador no le gustaba. El quería más discreción. Los ministros del Opus Dei eran del Opus Dei a título personal y todo eso, como quien se apunta a squash para desengrasar. "No vivían de llamarse católicos", como por lo visto si vivían los de ACNP.
Esta selección de personal político también se dió en AC, en Acción Católica Obrera, Cursillos de Cristiandad, Congregaciones Marianas, Asociaciones de Estudiantes Católicos, Antiguos Alumnos de Escuelas y Universidades confesionales. Los movimientos de laicos han formado y seleccionado a casi la totalidad de los dirigentes y responsables eminentes o subalternos de las corrientes políticas y sindicatos confesionales, tanto antes como después de 1936.
Y como algunos siguen suministrando, podemos decir tranquilamente que todo está en orden.
2º La función programática de esas asociaciones consisten en que hacen de altavoz de las disposiciones del episcopado. . Al principio todo iba bien, la iglesia predicaba lo que Franco quería. Radicalizada por los estudiantes y obreros católicos hasta por una fracción del clero joven la iglesia cambia su discurso al final, y casi parece propaganda política exigiendo justicia y libertad para el pueblo español. Qué tiempos aquellos...
Supuso la ruptura de la Acción Católica en 1966-67 y su casi desaparición.
En los 60 y 70 los conventos y locales parroquiales se convierten en los lugares privilegiados de reunión y repliegue estratégico de los militantes de Comisiones Obreras, los sindicatos ilegales y los grupos políticos de oposición. La iglesia por su extenso papel que se le dió en el Estado autoritario ha cumplido en un papel dominante frente a todas las demás corrientes ideológicas entre 1939 y 1975. Ha cumplido la función "sustitutoria" a veces complementando, a veces siendo el antagonista del franquismo.
Pero esos movimientos no se proponían tomar el poder. Franco y sus ministros dormían tranquilos.
Comentarios
La cosa va de matrículas en la UN. Te va a encantar.