MAREA MULTICOLOR

Siguen los comentarios que consisten básicamente en autojustificaciones de la propia cobardía. Abundante en esta tierra y país...
Si al menos lo reconocieran, "yo no me atrevo él sí" y tuvieran la gallardía de callarse ante quien sale y se la juega sería ya un primer paso. Pero no.
Hay que dar fuerte, y encima mostrar reconocimiento al que se calla.
 ¡Pero si estamos hartos de la paz del cementerio!

¿Cuántos ex curas, ex numes administradoras, ex numes auxiliares tendrían razones y derecho a presentar una reclamación como la de Antonio Esquivias ante quien se tercie?
Opus Dei, Estado, iglesia.
Sólo en España y juntándolos a todos de todas las épocas, seguro que son, somos  miles. Miles de españoles/as que se han ido después de años, pocos o muchos, con una mano delante y otra detrás y la mochila de una "enfermedad psi" provocada a posta. Dichas dolencias las inventan sus médicos, y las azuzan ellos mediante interrogatorios, poli bueno poli malo y haciendo ir al que se quiere largar de Herodes a Pilatos y vuelta. El desarreglo es una forma de evitar males mayores.

Me impresiona observar su eficacia en lo referente a matar el "gen de la solidaridad".
Nos convierten en individuos en el puro sentido de la palabra, que no ven más allá de sus narices, y que se molestan si alguien da el paso en reclamar derechos.

No me cansaré de repetir que todo este lío no es un problema personal única y exclusivamente. Es una estafa con repercusiones que van más allá de lo personal, afectan a la sociedad donde el Opus Dei está instalado y a la iglesia católica como ente universal a cuya sombra se acogen. Por tanto por esos dos conceptos y como miembros que somos de un Estado, de una sociedad civil y/o de una sociedad religiosa, es preciso reclamar, patalear, alzar la voz.

Nadie está obligando en este caso a cumplir ningún mandato imperativo de Cristo.
Qué manía con referir cualquier acción decidida al pasado sectario de las personas.
Cuanta más publicidad se dé a los hechos y desmanes mejor para todos. No sólo para nosotros que echamos fuera lo malo, cuando te hacen daño y te duele, tienes un mal y todo el derecho del mundo a quejarte.
También para que cunda más y la gente ponga a cubierto a sus hijos. Fundamental.

Me parece muy poco generoso por nuestra parte no darnos cuenta de ello y seguir actuando como las pasadas generaciones de ex numes. Muchos de ellos calladitos se fueron a la tumba, para proteger sus intereses profesionales, sus colocaciones, y vivir tranquilos.

Corren nuevos aires en España, con dificultad pero la gente, alguna gente está aprendiendo a quejarse y a rebelarse contra los mandamases de siempre, que se creen que el país y los españoles somos de su propiedad. Los ofendidos y humillados hacen cosas, tienen iniciativas concretas, arriesgadas. No es plato de gusto enfrentarse a la policía, pero es tan injusto que el Estado deje que los ciudadanos se queden en la calle mientras las casas están vacías que algo hay que hacer.

Me parece muy oportuna la reivindicación de los que fuimos estafados de adolescentes como una marea más. No sé cuales son los colores disponibles para dicha marea, el blanco, el verde ya están adjudicados. Marea multicolor.

Por cierto que no puedo dejar pasar el asunto del gran banquero catalán que me enviasteis: ningún nume que sepamos en su descendencia de 7 hijos. Buenas bodas todos ellos, buenas por los contrayentes y por el banquete a todo trapo con invitados de alcurnia y famosos. Buenisímas colocaciones. Ese tipo de gente que banquetea es la que está dispuesta a quitarnos a las pobres hormigas de la sociedad las 4 migajas con las que nos conformamos para vivir.

"Si estás a gusto con la vocación ...".
Viven así de bien, puesto que el OD es un analgésico maravilloso para las conciencias de los potentados. Te enriqueces mientras tus paisanos van a la ruina, te enriqueces incluso a costa de muchos de ellos. Dont worry. Ya das generosas sumas a la obra de Dios.
Aquí paz.

Por eso insisto en que es urgente la restauración de un más allá de llanto y rechinar de dientes. Ya que en el más acá todo va del revés.


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