COMPLOTS. YAUYOS

En el verano de 1951 Escrivá sospechaba que había un complot contra su persona y la divina obra. Nos enseñaban que alguien pretendía separar las dos secciones, hombre y mujeres, y echar al founder.
¿Quiénes eran los taimados complotistas? ¿altos prelados de la curia romana? ¿alguna potente Orden religiosa? no quedaba claro en la mitología oficial. Hubo una llamada nocturna del cardenal Schuster, “amigo de nuestro padre y arzobispo de Milán” advirtiendo que se acordara de su paisano San José de Calasanz. Parecida a la llamada semisecreta del cardenal Eijo y Garay años antes advirtiéndole de las "contradicciones de los buenos". La resolución del santo fue irse a la virgen de Loreto, ¿un 15 de agosto?, en peregrinación en busca de su protección. El uso y abuso de María en la historia legendaria es otra característica que a personas muy devotas y educadas en la religión católica en su versión más tradi nos convencía. Desde pequeña aprendí la devoción a María. Y él decían ser muy marianos, hasta usaba ese nombre de entre los varios con los que fue bautizado, “Mariano”.

Santuario de Loreto, donde se conserva la casa de Nazaret

Se nos mentaba que hizo gestiones con vistas a detener el complot, sin explicar qué es lo que hizo. Lástima que los que estaban en el ajo no hayan dado detalles antes de pasar el umbral “de la esperanza”. No se nos decía que a partir de entonces hizo como los Borgia: alguien debía probar la comida en su presencia antes de servirse. No me imagino a ningún santo del cielo con esta práctica, sí a todos los dictadores y tiranos que en el mundo han sido y que como tienen conciencia del mal realizado están expuestos a que alguien se tome la justicia por su mano.

En 1957  el Papa Pío XII se fijó en el "Opus Dei" para dirigir un prelatura nullius en Perú. Internamente se nos decía que el founder había pedido un destino nada brillante, donde nadie quisiera ir. Como suelen, nunca escogíamos a gente brillante  ni sitios brillantes. El autoritarismo clerical opusino serviría de muralla de contención al marxismo galopante en el tercer mundo. La prelatura de Yauyos, 150 km al sur de Lima comprendía una vasta región montañosa, un tercio de la superficie de Suiza donde residían 300.000 almas. Adveniat, la fundación alemana sufragada con los impuestos de 28 millones de católicos germanos más las donaciones voluntarias, puso el dinero. Adveniat ayudaba a la iglesia católica en Sudamérica con becas para seminaristas y se convirtió en uno de los principales “supporters” financieros del apostolado OD en la zona. Millones de dólares llegaban cada año procedentes de Alemania, monseñor Hegsbach obispo de Essen dirigía esta organización, sus ideas políticas lo situaban en algún lugar a la derecha de Franco, admirador de monseñor Balaguer.

Los dólares permitieron instalar en Cañete, la capital de la prelatura nullius, una emisora de radio, Radio Estrella del Sur, cuya programación era fundamentalmente religiosa. Más tarde crearon Escuelas Radiofónicas Populares Andinas, otra emisora de programas educativos recibidos por 300 escuelas. Las 25 parroquias de la prelatura pudieron comunicar gracias a la radio, ya que las carreteras dejaban mucho que desear.

Yauyos, reserva paisajística

La metodología en Yauyos consistió en organizar la vida secular alrededor de la iglesia, como en illo tempore. La iglesia daba oportunidades y empleo, dirigía el sistema educativo, controlaba los medios de comunicación, supervisaba la seguridad e incluso decidía sobre inversiones locales. OD usaba sus fondos, pero también recogía donaciones como las de Adveniat o la ayuda exterior norteamericana.

En octubre de 1963, el papa Pablo VI elevó al prelado de Yauyos, el cura numerario Orbegozo a la dignidad episcopal. ¿Fue él quien había tirado el cilicio del founder al tejado de enfrente en los primeros tiempos cuando todavía era estudiante de medicina? Le dieron el título de “obispo de Ariasso”. Por entonces ya había 30 seminaristas en Cañete y 1000 alumnos en las escuelas agrícolas y colegios. Pero la influencia Opus en Perú se debió al cura numerario y consiliario Manuel Botas que convenció al nuncio de que la mejor forma de contrarrestar la influencia “liberal” de los SJ era confiar más diócesis a OD. En poco tiempo 5 curas OD recibieron la mitra episcopal.