LA IN-TRANSICIÓN (2)
Tiene interés este caso Romanones en el que ahora el Fiscal dice que la víctima se lo ha inventado y que que es eso de salir escaldado de curas, Guatemala, y meterse en Guatepeor, no está mal visto la argumentación. Porque bombo si le están dando.Por lo menos quedará para los anales: primera vez que un Fiscal español apunta a que el Opus Dei está manipulando a alguien o algo, Milagro que pase algo así. Ya es una pica en Flandes.
En otros países los escándalos que han salido no es de un tipo de 30 años que denuncia al cura, sino masivas denuncias por abusos en parroquias, coles e internados, es decir, algo sistemático no puntual. ¡Es tan rara España para todo!
EL CAUDILLAJE o todos somos franquistas
frente a la
República, añoraba aquel mundo idealizado de la primera época
de la Restauración,
con su ordenada jerarquía de clases, su orden público, su ensalzada
estabilidad, su selectivo progreso, y rescataba las más puras esencias del
pensamiento tradicional mesiánico.teocrático que aquélla conservó. La guerra
ideológica del franquismo, del nacionalcatolicismo, fue también coronada con el
triunfo. No sólo el aparato burocrático del poder era franquista también lo
era, y de forma confortable la mayoría de la sociedad. Núcleos minoritarios de
intelectuales, de trabajadores que conservaban memoria de su lucha, daban
testimonio, más con su represión que con su acción, de la mínima incandescencia
del fuego vital que con la
República había resplandecido. Por ellos se puede hablar con
propiedad de una dictadura militar totalitaria al servicio del pensamiento
reaccionario y de los intereses de las clases privilegiadas.
….
El sometimiento de los pueblos puede comenzar con una
victoria bélica, pero se asienta siempre en la eliminación de la información
objetiva, de la formación crítica, del pensamiento relativizador, de todo lo
que pueda provocar capacidad analítica y rebeldía frente al abuso, la
injusticia y la dominación. Nadie reacciona ante lo que ignora y menos aún
contra lo que se ofrece, bien adobado por los aparatos de propaganda, como
bueno y próspero.
Había de eliminarse toda posibilidad de conocimiento de datos,
hechos o sucesos que impidieran la conversión de los súbditos en puro objeto de
la política de los poderosos. Había que matar la memoria, mistificar la
historia y sustituir el saber por la doctrina. Cuando esto se logra no hace
falta ya ni la dura represión. La autorrepresión interior, aun inconsciente, es
el mejor aliado. Cualquier tentación de ser uno mismo y de pensar por sí mismo
genera el más frustrante sentimiento de culpabilidad y hasta de insolidaridad
con la masa aborregada. Y el aparato franquista, su andamiaje político,
custodia militar, educación religiosa intolerante y medios de comunicación
convertidos en negociado de propaganda, consiguieron esto a la perfección y aún
se sufren sus secuelas.
LA SEGUNDA RESTAURACIÓN
“El 15 de junio de 1977 la modélica transición española
celebró sus primeras elecciones democráticas y no hubo sorpresas. Un gran
partido de derechas centrado, en el que convergían desde los reformistas del
Movimiento ex falangistas, ex verticalistas, nacionalcatólicos, hasta los
tecnócratas del Opus Dei, pasando por los antiguos y variados democristianos,
juanistas, tradicionalistas, los nuevos juancarlistas y los nuevos liberales
del franquismo. La expresión generacional de toda la reacción que se levantó el
18 de julio de 1936 contra la
República se reinsertaba e la democrática situación como el
primer partido dinástico. Cubría su flanco derecho con los que, participando de
idénticos valores, creían que se estaban haciendo demasiadas concesiones a los
vencidos de la guerra civil por parte del revisionismo franquista. Querían sin
poder ocultar su nostalgia ser más fieles a su origen. En la derecha también
había que combatir el revisionismo.
Por otra parte comparecía en la contienda el nuevo PSOE, el
partido renovado del socialismo. Nuevo y joven líder, nuevos cuadros, nuevos
planteamientos bajo el viejo modelo del más que necesario sagastismo. En su
mismo campo, pero bien diferenciado, se situaba el comunismo, para ser más
exactos el eurocomunismo que descubrió en tal ocasión, que la apreciación
electoral finalmente computable no se correspondía con el halo que acompañó su
imagen de monopolio opositor dde la dictadura. Los nacionalistas, de centro, de
derechas, moderados y católicos, de tan necesaria integración, también encontraron
su sitio. Los catalanes aceptaron el reto y decidieron apoyarlo con todo su
peso. Los vascos decidieron que como era imparable el proceso y además no era
despreciable, ponerse en contra de forma maximalista no era prudente. Había que
aprovechar la situación y guardar la ropa, por lo que lo más conveniente era
servirse y no servirlo. Una vieja práctica tambén tenida en su día con la República. Una
vez más se quedaron dentro y al margen.
No sólo se recuperaba una institución secular querida por
las clases más pudientes a lo largo de la historia, la monarquía, sino que con
su restauración también y afortunadamente, regresaba el más elemental catálogo
de libertades individuales y colectivas.”
“Sin embargo se recuperaba una forma de comportamiento
político bastante añeja, demasiado clásica con mucho más protagonismo de las
castas, sin facilitar una verdadera apertura a la participación ciudadana. La
oligarquía y el caciquismo habían sido denunciados en su día no como una
consecuencia o como un defecto sobrevenido de la restauración, sino como su
fundamental núcleo estructural, más rémora que palanca de progreso, que había
contribuido al desprestigio de los reinados de Alfonos XII y Alfonso XIII….Era
la consagración de la privatización de la política por la naciente casta de
políticos que se integraba en la vieja corte.”
“Cien años después de la primera restauración se iba a
perder la gran ocasión de superar el viejo esquema. La cautela ante lo
plenamente democrático, el temor ante la libertad y la defensa elitista frente
a la igualdad vencían el reto al progresismo. Con la segunda restauración se
iba a redescubrir la modalidad más arteriosclerótica de la democracia. Se
estaba a punto de dar a luz la democracia más envejecida de su tiempo.
Sabedores de todos sus defectos, sobradamente denunciados por los expertos en
sociología política, se podía pensar que fueron buscados de propósito a
conciencia, a destiempo. ¿Atado y bien atado?”
“El posfranquismo sabía que la experiencia democrática más
profunda, la republicana, comportaba algo más que un cambio jurídico-político:
guardaba un contenido reformista e igualitario incompatible con los privilegios
de la clase tradicionalmente dominante. El antirrepublicanismo fue y es sobre
todo reacción frente a cambios económicos y sociales. La restauración de 1874
era el modelo conservador de la democracia formal y a él había que volver.”
El colofón, se queja de que las libertades constitucionales
no se cumplen en el interior de los partidos españoles:
“El cargo público institucional, por más que proclamen que
no está sujeto a mandato imperativo, nanai…ES PROPIEDAD INTRANSFERIBLE de su
organización, que tiene sobre él jerarquía, le impone disciplina y hasta le
puede sancionar por hacer uso dentro de su organización de derechos cuya
generalizada protección debería ser la primordial función del partido. La Constitución aún no
ha sido traducida en su práctica en los estatutos de los partidos. Estos
funcionan sin control político, jurídico ni cívico, y menos aún económico y
ético. El partido es casta y clan, en algunas ocasiones un cortijo, en otras un
gang.
…El caciquismo interior y exterior se ha institucionalizado
sin ningún pudor.
Los partidos, medio, se han convertido en fin en sí mismos.
Los pactos son secretos y “el Parlamento, tinglado formal
para dar semblante político moderno a la imposible coordinación central de
aquella purulenta acumulaci´n de particularismos posfeudales.” Se dijo del
parlamento canovista y se podría decir mutatis
mutandis del actual.
Con respecto a la inmunidad parlamentaria dice Pablo
Castellano que acaba convirtiéndose en absoluta impunidad. Habla del
aforamiento, de los privilegios de los políticos, una distinción insufrible
separa a gobernantes y gobernados, un abismo, el ciudadano es chusma que se
entretiene viendo como los políticos hacen como que se pelean, para luego
compartir almuerzos, gin tonics y
saraos varios, viviendo mucho mejor que nosotros a nuestra costa. Como debe
ser.
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