CONTRA EL CAMPO


un vídeo que me ha gustado de mujeres del campo defendiendo su modo de vida frente a la burocracia que nos inunda, entorpece y empapela. Poco opus entre bichos, de maravilla.
De Francisco Moreno Gómez voy a extractar una de las mil historias de dolor y sufrimientos sin fin que hubo en España, como base de este régimen franquista y opusino. Historias olvidadas que no se pueden obviar, sin las cuales no se puede entender lo que estamos viviendo. Horrores que han sido tapados, ocultados voluntariamente. Primero se destruyó casa a casa a los "pobres", gente de la parte baja de la sociedad a las que se clasificó como subhumanos, por tener que trabajar y sobre todo porque eran la materia para alimentar los movimientos de izquierda, obrerismo, comunismo, socialismo, anarquismo que Franco y los que lo promocionaron no querían ver ni en pintura. Los defensores de la familia destrozaron voluntariamente miles de familias, la mía y las que han sufrido los destrozos del "opus Dei" no fueron las primeras. Fue una práctica fascista para dejar sin base a la posible y necesaria revolución.

Un país que ignora su historia va a la deriva. Sin memoria estamos ciegos. Como persona que he dedicado mucho a la filosofía encuentro que esta es una clave de porqué el pensamiento no prende. Tenemos grandes eruditos, profesores unversitarios que saben y escriben gruesos volúmenes. Sin embargo a la filosofía en España, que por supuesto nunca será de masas como tal materia, le falta la raíz, el contacto con la realidad histórica, con lo que aquí ha pasado. Falta la historia, la verdad, y sobre eso ya la lechuza de Minerva puede levantar el vuelo. Pero pasando de puntillas sobre estas historias de sufrimiento inflingido a españoles, no podemos ir lejos. Me preocupa esa parte de desconexión con lo real.

Y por supuesto me siento como española solidaria de ese sufrimiento, pues lo veo totalmente relacionado con los modos de actuar del "opus Dei" y no sólo del "Opus Dei", pero particularmente. Los modos de amargar la existencia, de no tener ningún tipo de consideración ni de respeto a los derechos humanos. Porque esa parte de desprecio de la judicatura española a los derechos humanos también la ha estudiado Francisco Moreno Gómez, que se ha ido a la  historia y avatares del concepto de genocidio y a su asunción por los tribunales internacionales y por la ONU. Ha costado mucho, se ve quien manda en general en el mundo. Y en España en febrero de 2012 el Tribunal Supremo firmó una sentencia que supuso una ley de punto final para los crímenes cometidos por la dictadura que si se miran de cerca y se juntan todos, se ve que fue un atentado contra la humanidad, de españoles contra españoles por motivos ideológicos y políticos. Reanimando las antiguas esencias inquisitoriales que nunca murieron. Con un rebozado fascista, la moda de los años 20 y 30. Dan miedo las proclamas del Director del golpe, Mola, de Franco, de Yagüe, de Varela. Hablan de "limpieza", de "higiene" y así entraron en las ciudades conquistadas por el ejército rebelde, haciendo auténticas escabechinas.

Me ha impresionado de este libro que falangistas y guardia civil hacían el trabajo sucio de matar a los campesinos que decidía la autoridad militar. Llevaban gente de otro pueblo a veces para dar el tiro. Y el vídeo que hay en YT sobre la huida de Málaga de la gente por la carretera con alemanes, franquistas e italianos disparando sobre ellos, pone los pelos de punta. Qué militares valientes, disparando a mujeres con niños de pecho y viejos...vaya oprobio para esos ejércitos, de lo que nunca se habla.

Entre otros aspectos de la escabechina, la destrucción de las familias consideradas "no afectas".  Es una historia de una familia de Obejo, pueblo de Córdoba, contada por Esperanza Barrios. Así habría que contar las historias de horror y destrucción del "opus". No salpican sangre pero los desmanes son sin cuento. De "Los desaparecidos de Franco" pp. 100-102:

Mi padre fue Daniel Barrios Herruzo, y pertenecía a una familia formada por 9 hermanos, que vivían en la calle Cerrillo. Empecemos por Eusebio Barrios Herruzo que fue antes de la guerra el primer alcalde socialista de Obejo. Al final de la guerra fue detenido y enviado a Córdoba. De aquí pasó al campo de trabajo de Montijo (Badajoz). A los 3 años salió en libertad condicional y se estableció en el Vacar con su esposa e hijos. No pasó mucho tiempo cuando a través de una familia de Obejo, entró en contacto con los de la sierra entre los que se encontraba el últmo alcalde republicano de Villanueva de Córdoba:


Resultado de imagen de villanueva de córdobaEn una de las ocasiones en las que intentaba reunirse con ellos, hubo una emboscada de la guardia civil y fue detenido y también su hijo mayor, Bartolomé, que había acudido a avisarle. Este fue a parar a un correccional, y el padre, Eusebio, lo llevaron a Villanueva para interrogarlo y torturarlo. Lo juzgaron en Córdoba y le cayeron otros 11 añs de cárcel que cumplió en Burgos. Volvió muy enfermo y murió al poco tiempo.

Otra hermana Ascensión Barrios Herruzo se casó con José Luque Sánchez, alguacil del ayuntamiento de Obejo durante la República. A los 3 meses de acabada la guerra fue detenido y llevado a Córdoba donde lo condenaron a muerte. Lo llevaron a Burgos durante 14 meses, tiempo que su esposa aprovechó para gestionar la conmutación de la pena a través del abogado militar. Este le pidió 1000 pts para los trámites. Ascension tuvo que vender sus tierras pero al menos consiguió la conmutación. josé Luque no se libró de la cárcel ni de los trabajos forzados en las obras del canal Dos Hermanas (Sevilla). Salió en 1946 en libertad condicional y con destierro a Marchena. En 1950 pudo regresar a El Vacar. Teodosia, otra hermana, fue encarcelada en Córdoba al terminar la guerra. No pudo precisar el tiempo que estuvo en la cárcel. Al salir, tuvo que vender sus tierras, debido a la necesidad y para ayudar a sus hermanos encarcelados, entre ellos, Daniel, mi padre.

Bartolomé Barrios Herruzo pasó a Francia al terminar la guerra, después de combatir en Aragón. Luchó con la resistencia francesa contra el nazismo alemán, siendo capturado e internado en Mathausen, junto con su hermano Justo, donde trabajó como herrero, desde 1941 hasta el 5 de mayo de 1945 en que se produjo la liberación. Después recibió pensión del gobierno francés y se estableció en Francia, a donde logró llevar a su familia. Daniel barrios mi padre, luchó en la zona de Aragón. estuvo con las tropas de Durruti y participó en acciones de sabotaje tras las líneas franquistas (niños de la Noche). Al terminar la guerra fue a parar al campo de concentración  de Benicarló-benicasim. Luego a Burgos y a Córdoba donde lo juzgaron y condenaron a 12 años y trabajos forzados que cumplió junto a su hermano Eusebio. Cuando quedó libre también tuvo que malvender sus tierras sin medios de ningún tipo como sus hermanos.

José Barrios era el más joven. Avanzada la guerr se marchó a reunirse con su hermano Bartolomé, pasaron a Francia y acabaron en Mauthausen, donde trabajó cmo panadero. Una vez liberado del campo en 1945 regresó a España, militando en el partido comunista. Sufrió breve detención, porque los informes de Obejo no pudieron culparlo de nada. Ya en Obejo endió sus tierras y se dedicó a vender quesos por Obejo, Cardeña y Adamuz. Era una tapadera de sus actividades y pertenencia al maquis, el 21 de agosto de 1947 fue cercado por la guardia civil en la sierra de Adamuz y considerándose perdido, se suicidó pegándose un tiro. Su cadáver fue expuesto atado a una reja en el pueblo de Montoro. Francisco Barrios era de los mayores.. No fue a la guerra sino al final, en la llamada "quinta del saco", pero no se vio libre de la cárcel de Obejo ni de los malos tratos y torturas, cuando querían averiguar el paradero de su hermano justo en la sierra....

todo esto me contaba mi madre, Esperanza Cordobés, hija de Benito Cordobés Herencia, uno de aquellos maestros racionalistas de comienzos del siglo XX que predicaban la "idea", emancipación y asociacionismo, anarquista, socialista, fotógrafo y maestro de Castrol del Río, que fue detenido en la noche del 19 de julio en Espejo y trasladado a la cárcel de Montilla. Fue asesinado creemos entre Montilla y el arroyo de Carchena,término de Castro del Río. Tras la desaparición de su padre, Esperanza con sus hermanas, su madre Dolores y su abuela, al aproximarse las tropas franquistas huyeron campo a través, con otras muchas personas, primero a Villa del Río, luego a Andújar, donde fueron acogidas por el Socorro Rojo, trabajando como modistas las dos mayores.
Tras la guerra volvieron a Córdoba capital, no se atrevieron a volver a Espejo. No sufrieron mayores represalias, a no ser tener que callar, vivir con miedos y penurias, bajo la intransigencia y arbitrariedad de los vencedores, sin poder siquiera indagar la desaparición de su padre.

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