SUPUESTO ANTIFASCISMO DE PODEMOS

Publicado por el Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CIQI)

«El antifascismo» de Podemos: una tapadera para el gobierno del Partido socialista español anti-obrero

Por Alejandro López
13 julio de 2018

El nuevo gobierno minoritario del Partido socialista (PSOE) español, apoyado por el partido de pseudo izquierda Podemos, ha anunciado una serie de medidas simbólicas de memoria histórica con respecto al régimen fascista español del general Francisco Franco de 1939-1975.

Los restos de Franco han de ser trasladados del Valle de los Caídos que se convertirá en un memorial a las víctimas de Franco en la guerra civil de 1936-1939. El ministerio del Interior en manos del juez conservador Fernando Grande Marlaska, ha ordenado una investigación sobre las medallas al mérito concedidas al policía y torturador franquista Antonio González Pacheco, más conocido como Billy el Niño, que en la actualidad tiene 71 años. La 4 medallas habrían aumentando su jubilación en un 50%.

Las pretensiones antifascistas del PSOE y Podemos son un fraude político. El nuevo gobierno retoma la política de austeridad y militarista del anterior gobierno de derechas del PP, partido descendiente político del régimen de Franco. La semana pasada toda la UE incluido el gobierno del PSOE, adoptó políticas antirrefugiados exigidas por los gobiernos de extrema derecha de Italia y Austria para impedir la entrada de refugiados y retenerlos en vastos campos de prisioneros.



Esta política fascistizante desmiente las pretensiones antifranquistas del PSOE y de Podemos. Tras haber dejado la reforma laboral de PP intacta así como el presupuesto austericida de 2018, el  PSOE discute en la actualidad más recortes en el presupuesto de 2019. Las primeras estimaciones hablan de un recorte de alrededor de 7 mil millones en gasto social. El PSOE sigue con la previsión de duplicar el gasto militar como lo había establecido el PP y ha aprobado planes de Iniciativa europea de intervención de la UE con vistas a una Armada común.

El nuevo gobierno intensifica los ataques a los derechos democráticos. No sólo siguen los políticos presos tras el referendum de Cataluña, sino que mantiene la ley mordaza. Ley que limita la libertad de expresión, prohíbe las manifestaciones y concentraciones masivas e impone multas a los que protestan y los comentarios en redes sociales. Hasta 48.000 euros han supuesto ya las multas a los acusados de utilizar las redes sociales contras las fuerzas de seguridad del Estado.

La promoción por parte de Podemos del nuevo gobierno PSOE como fuerza antifranquista es una tentativa cínica de disimular la amenaza de un régimen autoritario impuesto por la UE y el PSOE en el sigl XXI mediante las mentiras sobre el fascismo del siglo XX.
 
Pablo Echenique, secretario de Organización de Podemos, ha declarado: «creemos que el gobierno va en la buena dirección pero hay mucho que hacer en lo relativo a memoria histórica, se ha hecho poco estos últimos años.»

Ha exigido que el PSOE «quite las medallas a Billy el Niño y lo conduzca ante la justicia». » El PSOE «tendría que garantizar que las víctimas del franquismo tengan acceso a la justicia y puedan actuar contra los malos tratos sistemáticos padecidos por los que lucharon por la democracia y sufrieron en nuestro país».

Si los torturadores fascistas disfrutan tranquilamente de su jubilación con buenas pensiones, se debe sobre todo al papel reaccionario del PSOE y a los precursores estalinistas y pablistas de Podemos.
Frente y contra las luchas revolucionarias de la clase obrera española en los años 1970, defendieron el régimen capitalista y la amnistía general de los crímenes fascistas. Tras la transición al régimen parlamentario de 1978, dicha amnistía fue aplicada por el jefe del gobierno Felipe Gonzalez, de 1982 a 1996, que supervisó y aseguró la promoción a los más elevados puestos de la administración, judicatura, policía a numerosos franquistas.

En cada etapa de su existencia, las pretensiones antifascistas del PSOE y de Podemos chocan con sus profundos lazos históricos entre su política capitalista y el antiguo régimen del general Franco. Podemos ha planteado una moción en el parlamento que insta al gobierno a «promover todas las acciones apropiadas [...] para la investigación y persecución de los crímenes cometidos durante la dictadura de Franco» y para retirar las «distinciones, recompensas y medallas» otorgadas a los torturadores de la policía de Franco.


La resolución pide al PSOE que «modifique» la Ley de amnistía de 1977 propuesta por el PSOE y el Partido comunista español estalinista  (PCE) y adoptado por el régimen franquista. Podemos pide vagamente que cambie la ley para que los tribunales españoles puedan «investigar, perseguir e imponer las sanciones a las personas responsables de haber cometido el crimen de genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra».

Pero a la vez y sin embargo los dirigentes de Podemos insisten en que no habría que imponer castigos severos a los criminales franquistas. Tras depositar la moción el secretario general de Podemos Pablo Iglesias declaró: «Nuestro país tiene una tarea pendiente con las víctimas de Franco y esta resolución es simplemente para que se haga justicia.» Subrayó que la justicia con las víctimas no tiene nada que ver con la venganza o abrir viejas heridas sino “con la adaptación de nuestro país a Europa”.

Miguel Urbán – representante de Podemos en el Parlamento europeo es miembro de la facción pablista del partido ligada al Nuevo Partido Anticapitalista de Francia, ha mostrado su acuerdo y ha dicho que “no se trata sólo de gestos y de memoria, se trata de construir la democracia y la justicia.»
Un gobierno PSOE apoyado por Podemos va a demostrar que es un enemigo encarnizado de la clase obrera, sean cuales sean las medidas simbólicas antifranquistas que adopte. Tras las afirmaciones insípidas según las cuales la lucha contra el fascismo es democrática, más que una lucha por el poder socialista dirigida por la clase obrera, hay décadas de ataques contrarrevolucionarias estalinistas y pablistas contra el trotskismo. Está ocurriendo en el momento en el que la UE y el PSOE instalan la vasta red de campos de concentración, es un aviso urgente para todos los trabajadores con relación a estos partidos de pseudo izquierda como Podemos.

No quieren oponerse a la austeridad de la UE, sino estar al lado de las guerras y los ataques de la extrema derecha a los derechos democráticos. Están indisolublemente unidos a las tendencias neofascistas por lazos históricos con la élite dirigente europea y el aparato de Estado. Es una señal de la urgencia que tiene construir un Partido una sección española del Comité de la Cuarta Internacional (CIQI), capaz de movilizar una gran oposición al capitalismo entre los trabajadores y darle una perspectiva socialista et revolucionaria.

Iglesias, antiguo dirigente de las juventudes estalinistas, quiere criticar el franquismo pero rechaza abrir viejas heridas. Usa el mismo slogan que sirvió al PP para oponerse a toda discusión sobre los crímenes del fascismo, precisamente porque toda discusión seria actual revela que las pretensiones antifascistas de los estalinistas y pablistas son fraudulentas.

Los nexos cercanos al régimen franquista se vieron a lo largo de las décadas de política contrarrevolucionaria estalinista y pablista ras la segunda guerra mundial. Tras haber jugado un papel clave en la represión de la lucha contrarrevolucionaria de la clase obrera en los movimientos de resistencia antifascistas que lucharon en Grecia, Italia y en Francia, el Kremlin y sus aliados españoles de la posguerra mantuvieron el capitalismo europeo. Incluida la España franquista.

UN POCO DE HISTORIA


En 1956 el PCE publicó un comunicado en el que anunciaba que estaba dispuesto a trabajar con todas las fuerzas políticas que favorezcan la reconciliación nacional. Sobre esta base el PCE apoyó a la iglesia católica, policía y ejército de Franco con vistas a “un cambio pacífico” en España. En
1974 rebautizaron a esta política «Pacto por la libertad», lo que permitió al PCE forjar nuevas alianzas no sólo con el PSOE, también con el partido carlista monárquico y con la secta católica Opus Dei.

Así se reveló la debilidad de las fuerzas pablistas que se separaron del Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CIQI) en 1953, acción basada en la perspectiva según la cual los estalinistas se verían forzados a proyectar una orientación revolucionaria”.

Las fuerzas pequeño burguesas del movimiento pablista que se separaron del CIQI, renunciaban al marxismo y a la política revolucionaria. En lugar de eso protegieron al flanco izquierda de los estalinistas mientras que el PCE, PSOE y los franquistas se reunían en una alianza política contra el peligro de la revolución proletaria en España.

Para el PCE y los pablistas, la caída del régimen franquista en 1978 se haría a través de la reconciliación con los fascistas y no con el derrocamiento del capitalismo y de la clase dirigente fascista. Sobre esta base, los estalinistas buscaron una alianza con el PSOE, lo que Podemos ha seguido manteniendo hasta hoy.

El PSOE fue refundado en los años 1970 bajo la dirección de Felipe González como partido capitalista explícitamente hostil al marxismo y funcionando en perspectiva de colaboración (con lo que quedaba) del régimen de Franco. Con la ayuda del Departamento de Estado americano y los socialdemócratas alemanes y franceses, los “renovadores” de González sustituyeron a la antigua ejecutiva del partido en el congreso de Suresnes del PSOE en 1974. A medida que las huelgas alcanzaban auténticos récords en España y en Europa, el PSOE junto con el PCE se propusieron bloquear el acceso al poder de los trabajadores.
 

En enero de 1977, antes de las primeras elecciones democráticas, González se reunió con el jefe de gobierno Adolfo Suárez, ex secretario general del Movimiento, el partido único franquista. Según Jaúreguir,  el dirigente nacionalista vasco que asistió a la reunión, exigieron que el gobierno otorgara la amnistía por todos los actos y crímenes de intención política entre el 18 de julio de 1936 y el 15 de diciembre de 1976».

Defendieron que la amnistía al fascismo fuera institucionalizada. Un «gran acto solemne es necesario para perdonar todos los crímenes y las atrocidades cometidas por las dos partes en la guerra civil antes, durante y después hasta hoy”, cuenta Jáuregi.

Pocos días antes de esta reunión, Gonzalez había dicho al canciller alemán Helmut Schmidt que era preciso que el gobierno otorgara una amnistía total como medio de reconciliación.

Al mismo tiempo el PCE surgía como gran defensor de la amnistía para el fascismo y la Ley de Amnistía en particular, Marcelino Camacho, dirigente de CC.OO., sindicato dominado por el PCE, y diputado del PCE declaró: «Queremos abrir la puerta a la paz y a la libertad. Queremos terminar un capítulo y comenzar otro nuevo. Nosotros los comunistas que fuimos tan gravemente heridos y que sufrimos tanto, hemos sin embargo enterrado nuestros muertos y rencores. Estamos determinados a avanzar firmemente en esa vía de la libertad, en esa vía de la paz y del progreso.»

Algunas semanas después de la Ley de Amnistía, Santiago Carrillo, al frente del PCE durante décadas, declaró en un mitín “que quería hacer una cruz sobre la guerra civil de una vez por todas” para “superar de una vez la división de los Españoles entre vencedores y vencidos”.
A día de hoy la dirección de Podemos saluda a Carrillo, asesino de revolucionarios durante la guerra civil española, que defendió el infame proceso de Moscú por los que Stalin liquidó a los viejos bolcheviques y que ayudaron a Stalin a organizar el asesinato de León Trotsky.


 


Como decía Iglesias en la necrológica de Carrillo en Público en 2012, «Santiago pudo tener muchos defectos y es seguro que fue responsable de decisiones innobles contra otros comunistas, pero nunca fue un mediocre. En mi vida he tenido la oportunidad de conversar con figuras políticas prominentes que no puedo mencionar aquí, pero ninguna me hizo sentir el honor  y el privilegio histórico que sentí al conocer a Santiago. Nadie ejerció con tanta altura la dignidad de ser Secretario General. A pesar de todo, Santiago era uno de los nuestros. Hasta siempre..»

El apoyo de Iglesias a Carrillo, lo mismo que el apoyo a un gobierno de derechas del PSOE que sigue la política del PP, es un signo del papel que un día podría tener el partido.
Una crisis sin precedente del capitalismo europeo y español está erradicando a la velocidad de la luz la distinción entre ex franquistas, socialdemócratas y sus aliados de pseudo izquierdas. Podemos es un partido pequeño burgúes. Va a mostrarse profundamente hostil a los verdaderos movimientos de oposición que se preparan en el seno de la clase obrera.
Original en inglés 9 de julio de 2018.