INFALIBLE
Hace exactamente 150 años, el 8 de diciembre de 1869, el Papa Pio IX convocó el Primer Concilio Vaticano que dejò un legado duradero: la infalibilidad del Papa: una "carga" y una "oportunidad" para la Iglesia según el teólogo Jan-Heiner Tück.
En un ensayo publicado en en el "Neue Zürcher Zeitung" (NZZ) Tück se ocupa de la infalibilidad del Papa proclamada por dicho concilio. El Papa es infalible en cuestiones de fe y moral cuando habla "ex cathedra", es decir, en calidad " de principal pastor y maestro de todos los creyentes ", no como un particular.
Según el teólogo se excluyó entonces la posibilidad de apelar a otra instancia, como el concilio por ejemplo: "No se menciona la corresponsabilidad colegial de los obispos en la dirección de la Iglesia". Con la infalibilidad papal se buscaba contrarrestar corrientes como el llamado galicanismo procedente de Francia según el cual las decisiones doctrinales del Papa sólos serían válidas en caso de haber sido aprobadas por los obispos.
Los obispos no son instrumentos del Papa
Sin embargo, según Tück: El concilio Vaticano I "ocultó, pero no excluyó" la corresponsabilidad de los obispos en la dirección de la iglesia universal.
Pío IX el papa "antimodernista" justificó una declaración de los obispos alemanes contra el entonces canciller Otto von Bismarck quien había descrito a los prelados los describió como meras "herramientas" y "funcionarios" del Papa que ponía en guardia a los jefes de estado de Europa sobre la "monarquía absoluta" del Papa. Pío IX puso fin así "a una interpretación maximalista de los poderes disciplinarios y docentes papales".
Concilio completado en el Concilio Vaticano II
Según Tück, el Primer Concilio Vaticano habría "permanecido como un torso sin cabeza" debido al estallido de la guerra franco-alemana en 1870 que lo interrumpió abruptamente con la entrada de las tropas de Garibaldi en Roma. El Concilio Vaticano II (1962-65) complementó un siglo después las declaraciones de primacía con la doctrina de la colegialidad de los obispos. Tuck estima que falta claridad en todo ello.
En la constitución dogmática "Lumen gentium" sobre la iglesia hay dos "conceptos opuestos" yuxtapuestos: una visión jerárquica y una posterior comprensión de la "comunión" (comunidad) de la iglesia antigua. Equilibrar ambos conceptos "un problema pendiente pendiente que llega hasta hoy".
Centralismo romano "fatal"
El centralismo romano con sus efectos "fatales" como fue la disputa del modernismo a principios del siglo XX, revivió bajo el pontificado de Juan Pablo II (1978-2005).
Tück se refirió a los nombramientos de obispos realizados al margen del voto de las iglesias locales, a prohibiciones de discutir de ciertos temas o la acción de Roma contra algunos teólogos como Hans Küng, quien en 1970 publicó un libro que ponía entre interrogantes la infalibilidad papal, y le costó la retirada de licencia eclesiástica para enseñar teología católica.
Según el teólogo vienés, el objetivo sería una "primacía de la comunión" y, por lo tanto, un ejercicio del poder papal que tenga en cuenta a las iglesias locales en la gestión de la iglesia universal.
"DESCENTRALIZACIÓN FELIZ" bajo Francisco
El Papa Francisco ha tomado medidas en esta dirección, a través de encuestas en la gente de la Iglesia y el establecimiento de un consejo de cardenales aunque sin una "interacción legalmente regulada de las diferentes instancias". A pesar de que la autoridad papal es "el escollo del ecumenismo" con el que chocan ortodoxos y protestantes, al mismo tiempo todos se dan cuenta de que la unidad de los cristianos es deseable y urgente, y el Papa tal y como se presenta en la Iglesia católica es una oportunidad para la unidad, enfatizó Tück.
Es preciso un equilibrio entre la "visión jerárquica de la Iglesia adaptada a la primacía papal" y la colegialidad de los obispos, es decir, su participación en la dirección de la Iglesia universal. El Papa Francisco ha iniciado una "descentralización saludable" que requiere una salvaguarda de la ley de la iglesia. Es indiscutible que necesita un garante para la "unidad de la iglesia mundial culturalmente policéntrica".
Iglesias orientales independientes como "iglesias étnicas"
Las Iglesias orientales, que durante décadas no han convocado un sínodo panortodoxo, son una buena muestra de que "la sinodalidad por sí sola no basta". En Moscú y en otras partes de Europa del Este, el nacionalismo político es exagerado, y las iglesias autocéfalas han degenerado en gran medida en "iglesias étnicas". A esto se sumarían las continuas rivalidades entre los patriarcas.
En contraste, la primacía del Papa hace que la Iglesia Católica tiene un garante de la unidad en todos los países y naciones. Esta herencia del Vaticano I es "prometedora si es compatible con la herencia del Vaticano II en el sentido de un primacía de la comunión".
En un ensayo publicado en en el "Neue Zürcher Zeitung" (NZZ) Tück se ocupa de la infalibilidad del Papa proclamada por dicho concilio. El Papa es infalible en cuestiones de fe y moral cuando habla "ex cathedra", es decir, en calidad " de principal pastor y maestro de todos los creyentes ", no como un particular.
Según el teólogo se excluyó entonces la posibilidad de apelar a otra instancia, como el concilio por ejemplo: "No se menciona la corresponsabilidad colegial de los obispos en la dirección de la Iglesia". Con la infalibilidad papal se buscaba contrarrestar corrientes como el llamado galicanismo procedente de Francia según el cual las decisiones doctrinales del Papa sólos serían válidas en caso de haber sido aprobadas por los obispos.
Los obispos no son instrumentos del Papa
Sin embargo, según Tück: El concilio Vaticano I "ocultó, pero no excluyó" la corresponsabilidad de los obispos en la dirección de la iglesia universal.
Pío IX el papa "antimodernista" justificó una declaración de los obispos alemanes contra el entonces canciller Otto von Bismarck quien había descrito a los prelados los describió como meras "herramientas" y "funcionarios" del Papa que ponía en guardia a los jefes de estado de Europa sobre la "monarquía absoluta" del Papa. Pío IX puso fin así "a una interpretación maximalista de los poderes disciplinarios y docentes papales".
Concilio completado en el Concilio Vaticano II
Según Tück, el Primer Concilio Vaticano habría "permanecido como un torso sin cabeza" debido al estallido de la guerra franco-alemana en 1870 que lo interrumpió abruptamente con la entrada de las tropas de Garibaldi en Roma. El Concilio Vaticano II (1962-65) complementó un siglo después las declaraciones de primacía con la doctrina de la colegialidad de los obispos. Tuck estima que falta claridad en todo ello.
En la constitución dogmática "Lumen gentium" sobre la iglesia hay dos "conceptos opuestos" yuxtapuestos: una visión jerárquica y una posterior comprensión de la "comunión" (comunidad) de la iglesia antigua. Equilibrar ambos conceptos "un problema pendiente pendiente que llega hasta hoy".
Centralismo romano "fatal"
El centralismo romano con sus efectos "fatales" como fue la disputa del modernismo a principios del siglo XX, revivió bajo el pontificado de Juan Pablo II (1978-2005).
Tück se refirió a los nombramientos de obispos realizados al margen del voto de las iglesias locales, a prohibiciones de discutir de ciertos temas o la acción de Roma contra algunos teólogos como Hans Küng, quien en 1970 publicó un libro que ponía entre interrogantes la infalibilidad papal, y le costó la retirada de licencia eclesiástica para enseñar teología católica.
Según el teólogo vienés, el objetivo sería una "primacía de la comunión" y, por lo tanto, un ejercicio del poder papal que tenga en cuenta a las iglesias locales en la gestión de la iglesia universal.
"DESCENTRALIZACIÓN FELIZ" bajo Francisco
El Papa Francisco ha tomado medidas en esta dirección, a través de encuestas en la gente de la Iglesia y el establecimiento de un consejo de cardenales aunque sin una "interacción legalmente regulada de las diferentes instancias". A pesar de que la autoridad papal es "el escollo del ecumenismo" con el que chocan ortodoxos y protestantes, al mismo tiempo todos se dan cuenta de que la unidad de los cristianos es deseable y urgente, y el Papa tal y como se presenta en la Iglesia católica es una oportunidad para la unidad, enfatizó Tück.
Es preciso un equilibrio entre la "visión jerárquica de la Iglesia adaptada a la primacía papal" y la colegialidad de los obispos, es decir, su participación en la dirección de la Iglesia universal. El Papa Francisco ha iniciado una "descentralización saludable" que requiere una salvaguarda de la ley de la iglesia. Es indiscutible que necesita un garante para la "unidad de la iglesia mundial culturalmente policéntrica".
El teólogo Jan-Heiner Tück |
Iglesias orientales independientes como "iglesias étnicas"
Las Iglesias orientales, que durante décadas no han convocado un sínodo panortodoxo, son una buena muestra de que "la sinodalidad por sí sola no basta". En Moscú y en otras partes de Europa del Este, el nacionalismo político es exagerado, y las iglesias autocéfalas han degenerado en gran medida en "iglesias étnicas". A esto se sumarían las continuas rivalidades entre los patriarcas.
En contraste, la primacía del Papa hace que la Iglesia Católica tiene un garante de la unidad en todos los países y naciones. Esta herencia del Vaticano I es "prometedora si es compatible con la herencia del Vaticano II en el sentido de un primacía de la comunión".
Comentarios
He ejercitado el derecho de acceso a la información pública ante el Ayuntamiento de Tarragona, concerniente a este tema. ¿Resultado? la callada por respuesta. Así se lo dije al Secretario General del Consistorio, Joan Anton Font Monclús (ingresos anuales 130.000 euros), no pienso contribuir a justificar ampliación de plantilla con mis recursos por negativa al acceso.
PD. La Iglesia Catedral de Tarragona, infrautilizada (sólo un 16% del tiempo), tiene su santa campana tocando horas y cuartos, 24/24, todos los días del año, audible a varios kilómetros. Más les valdría, como los países nórdicos, convertir las iglesias en biblioteca.