EL OPUS DEI, AL DESCUBIERTO
¡Qué botito y hermoso! hace 10 años que investiga en Argentina y Uruguay. Por supuesto en la madre patria estas cosas no pasan y por eso no hay vídeos publicados de investigadores españoles sobre fundaciones españolas que se quedan con las propiedades de tutti quanti, testamento mediante. Cosas del cono sur. De la periferia al centro.
"Me he dado cuenta de que siempre acepté od como una especie de ejército en el que no cuentan los sentimientos, en el que lo más importante era obedecer. Pero si en algún centro me sentí mal fue la casa a la que llegué después de Goimendi.
Eramos 12 numes, la mayoría de más de 40, yo era mucho más joven, estaba cursando filosofía, mi penúltimo año de carrera. Me pusieron de secretaria de numes y agres. Es un encargo que conlleva mucho trabajo, porque las agregadas dan todo su sueldo cada mes, de ahí se les entrega una cantidad fija para los gastos de su casa, lo estrictamente necesario que ha sido fijado por la Delegación. El resto se lo queda íntegro od.
Las agres de aquel centro eran secretarias, administrativas, enfermeras, auxiliares de enfermería y casi todas trabajaban en la uni y la clínica od. Otras eran administradoras de las numerosas residencias para curas y seminaristas de todo tipo y condición que en aquellos 90 había abierto opus en Pamplona y alrededores. Llegaban de todo el mundo para cursar teología en la uni exclusiva opus". (Acabar formando curas, ya tiene tela para una organización que se precia de laica...)
Ana comenzó a ver cosas que no tenía que haber visto.
"En ese centro descubrí el drama de las numes mayores, muchas con desequilibrios psíquicos evidentes. Me dí cuenta porque me tocaba llamar a la farmacia y pedir los medicamentos precisos además de pagar las consultas en el departamento de psiquiatría de la clínica a la que acudían más de una y más de dos de forma regular.
La farmacia era propiedad de un supernume, nos traían las medicinas a casa desde la otra punta de la ciudad. (Farmacéutico con hijo escritor del que he hablado en el blog, para más señas). Y una vez al mes pagaba todo lo consumido. No estaba preparada para entender y razonar que aquel podía ser mi futuro si seguía el mismo camino numeraril. Era feliz en medio de mis dolores propios y ajenos, ocupándome de las enfermas, a la vez ver tanta gente que no estaba bien, me impresionaba".
El sufrimiento de las numes que llevaban muchos años saltaba de pronto a la vista.
"Me habían catapultado a un centro donde podía tocar y ver cada día el resultado del régimen de vida opus sobre las numes. Me duele tener que decir estas cosas, porque quise de veras a muchas de ellas. Las directoras de Pamplona sabían que no ahorraba esfuerzos en mi atención a las enfermas, hacía falta mucha paciencia para soportar la llamada "vida de familia", los almuerzos y cenas con personas que no estaban en sus cabales.
Una de ellas había trabajado como secretaria en el CSIC, en los tiempos plenamente opus de esta institución, donde tanto captaron, en los tiempos de Paniker y Maria del Carmen Tapia. Esta nume de 60 años entonces hablaba sin control y decía auténticas incongruencias. Las demás decían que era porque era mayor, pero la gente mayor de esa edad no se comportaban así. Era una nume inteligente que hablaba varios idiomas, que había convivido con el founder en Roma. Ignoro la evolución de su vida, pero estaba verdaderamente mal.
Una de las manifestaciones de ese malestar era la atención constante que requería de la directora del centro. Siempre estaba llamándola, siempre detrás de ella. Como si fuese su columna vertebral, como si hubiera perdido su personalidad que había sido suplantada por el sistema opusd que se proyectaba a través de la directora. Esa nume que R.I.P aunque no sé cuando, era el ejemplo vivo de lo que les pasa a las numes, la renuncia a la propia autonomía, la sustitución de la propia personalidad por la de la directora.
(Lo he seguido viendo en gente más joven y menos desarreglada mentalmente que Maria Luisa...manipulados total, despersonalizados, el fenómeno "dejo de ser yo y me convierto en alfombrilla".)
"No era posible una conversación normal en aquella casa. Todo intento de hablar con cierta lógica era interrumpido por alguna de las enfermas".
Ana Azanza tocaba con la mano lo que en un programa de televisión alemán en ARD el 4 de mayo de 1984 denominaron Irrenhaus Gottes? ¿manicomio de Dios?
"Era una situación exasperante. Recuerdo otro episodio entre muchos de los que viví. Había una nume relativamente joven que no acudía a la mesa para las comidas y cuando venía no abría la boca. El problema era que cuando me vio aparecer como secretaria hizo una crisis de celos terrible. No salia de su habitaciòn, se quedaba en la cama dias enteros. Otra que estaba "unida" de manera morbosa a la directora del centro. En cierto momento le dijeron que se tenia que cambiar de centro, no hubo modo de que accediera.
Puede parecer increìble pero tenìa tanto quehacer en aquellos tiempos juveniles entre la uni y el centro que no me paré a pensar que había cosas muy raras."
"Estaba tan enamorada de mi vocación, del camino, del hecho de que mi vida era una oportunidad maravillosa para ayudar a tanta gente, de la posibilidad de difundir el mensaje de la santificación en medio del mundo, que todo eso me impedía ver lo que tenía delante de las narices: las numes enfermas, producto de un sistema que reprime al máximo los mejores sentimientos de las personas".
Hoy lo veo más claro: me dedicaba como "voluntaria" a sacar adelante los negocios del opus, no solo trabajaba gratis, trabajaba pagando y endeudándome para el futuro. ¿Quién da más?
En efecto, mi madre pagó la uni, y me exigieron pensión por vivir en el centro, tuve que pedir un préstamo al banco Condal, afiliado del Popular.
No se me ocurrió plantear: "me tiro las tardes con la contabilidad y las agres..."
-Ah no, lo haces por Dios y además paga.
Tonta, tontísima. Y ellas muy sinvergüenzas, sinvergüencísmas. Aunque con la falda hasta la espinilla, el bañador de faldita y la manga corta a mitad de brazo. No más arriba que sería impropio de nuestra condición.
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