LOS ORÍGENES

        Ya que hemos de acudir al carisma inicial que se perdió por los vericuetos de la historia, acudamos. 

El recurso a las inspiraciones divinas era una constante justificadora. Basta abrir algún trabajo de investigación sobre la época para descubrir que si inspiraciones de lo alto eran, no llegaban directamente infundidas, antes estaban flotando en la atmósfera y el espíritu del tiempo. 

El fascismo, ideología nacida en Italia tras la primera guerra mundial (1914-18) e importada a España por Onésimo, Ramiro, José Antonio tenía una forma original de enfrentarse al funcionamiento del capitalismo. En vez de promover la revolución proletaria contra el explotador como hace el marxismo, los fascistas entienden que el capitalismo destruye la sociedad, la comunidad.

 

Por eso, no se trata de abolir las relaciones de producción típicas (el empresario explota al obrero) sino de reforzar los principios de jerarquía y autoridad de los empresarios en su empresa. La autoridad, incluso el autoritarismo garantía de orden y si todo el mundo está debidamente controlado ocupando su sitio, redundará en el beneficio social. La sociedad se ve como un cuerpo, cada órgano tiene una función

aquello de "nos da lo mismo ser mano que pie...", o incluso como una máquina...Son metáforas muy limitadas porque en la realidad los individuos humanos no son parte de nada, valen por sí mismos, aún siendo parte y no es extrapolable o solo lo es de modo limitado, la comparación sociedad-organismo vivo.

Ya durante la guerra civil (1936-39) en el campo de Franco se dibuja la supresión de la autonomía organizativa de los trabajadores para asegurar el control férreo y el sometimiento de la fuerza de trabajo.

El Fuero del trabajo de 9 de marzo de 1938 fue resultado de un compromiso entre las derechas "de toda la vida" y los sectores fascistas representados por la Falange Española y de las JONS, Eduardo Aunós y Raimundo Fdez Cuesta.

Coincidían con la Carta del Lavoro italiana y con la Gesetz der Ordnung der nationalen Arbeit alemana.

No más desórdenes obreros ni huelgas ni protestas. Obediencia, el camino seguro de la eficacia y eficiencia. El camino más seguro. Recuerdo que nos enseñaban que ese fue el título de un speech que el día de su graduación en seminario o instituto, dirigió el founder: Obedientia tutior. La obediencia, el camino más seguro. Podríamos añadir al obedientia tutior, siempre que mande yo.

 

El modelo de una empresa bien llevada era prácticamente el ejército. Quisiera saber qué opinión merece hoy a los expertos en relaciones laborales actuales esta forma de organizar el trabajo y si es el modo de proceder en 2022.

El Fuero del Trabajo español incorpora el principio de Jefatura, que adjudicaba al empresario la absoluta autoridad  sobre sus empleados y en la conducción de la empresa, así como la obligación de fidelidad  y obediencia de los trabajadores con el patrono, y la asistencia  y protección de este último hacia aquellos.

Un nuevo orden en las relaciones laborales que imitaban las antiguas jerarquías gremiales medievales (el gremio de los zapateros, de los carniceros, de los caldereros...), inauguraba una nueva armonía capaz de aumentar la eficacia productiva de la economía.

La eficacia, ser eficaz, conseguirlo, get it... era un valor. En especial en la dedicación principal de nuestra empresa: ganar almas para Cristo.  Y para ello se imponía la obediencia y docilidad a la mínima indicación de las dires.  Una empresa que no era humana sino sobrenatural, se nos decía, que el cielo estaba empeñado en que se realice...etc.

El acuerdo de este planteamiento interno con lo que había en los años 30 en Europa y concretamente en España, y luego más aún en la España franquista era completa.

Dudo de que la inmensa mayoría  pueda querer volver a esos planteamientos. Que son el origen.

Aunque hoy estamos disfrutando de un Neoliberalismo autoritario. Liberalismo para el capital que circula sin trabas y se deja esconder en nuestras narices al otro lado de ciertas fronteras en suelo europeo, autoritarismo para los empleados, los trabajadores: Si no te gusta este trabajo mal pagado y muy por debajo de tu nivel y tus numerosos diplomas y másters, hay una fila de candidatos dispuestos al sacrificio.  La nueva esclavitud, trabajar para sobrevivir en los límites de la dignidad, un poco por encima sin exagerar. Hacia ahí nos dirigimos. Con la inestimable ayuda de las guerras excusa para apretar la cadena alrededor de nuestros cuellos, mejor si el apriete lo realiza el gobierno más progresista de la historia de España.

Siguiendo con nuestro espíritu original, ¿recuerda el Fuero del trabajo mucho o poco a textos fundacionales mil veces predicados?:

"En el Fuero del trabajo .... las relaciones laborales eran concebidas como el tejido correspondiente a una estructura orgánica, en la que las diferencias evidentes en el seno de la empresa, expresadas en los gradientes de poder y autoridad así como de competencia técnica eran considerados los componentes necesarios de la eficiencia productiva. Las diferencias que se expresan en la escala jerárquica presidida por el empresario eran una exigencia de complementariedad de funciones  y no debían ser fundamento del enfrentamiento. 

Por lo tanto, esta concepción exigía la aceptación de los subalternos de la jerarquía y autoridad de los empresarios devenidos jefes "naturales" de la empresa y la fuerza de trabajo en virtud de ser quienes estaban capacitados para ese desempeño, por obra de la "selección natural" en el desarrollo social, contribuyendo los trabajadores con su fidelidad y obediencia al éxito de la actividad empresarial, trocando de este modo libertad personal por seguridad y proyectando su autoestima en el superyó colectivo de la empresa.

El objetivo que perseguían estos principios era el de dar forma a la comunidad jerárquica en que debía transformarse todo el sistema productivo en los fascismos; integrando a la fuerza de trabajo de tal modo que cada uno de sus componentes se sintiera al mismo tiempo parte necesaria del conjunto, cualquiera que fuera el escalón que según la gradación jerárquica le tocara ocupar, al tiempo que esa posición subalterna o dominante debía ser entendida no como productor de la arbitrariedad o el privilegio sino como la exigencia del principio de eficacia, inherente a la naturaleza del trabajo industrial moderno". (Alejandro Andreassi)

Incluso si organizaban una rondalla de obreros en la fábrica, el objetivo era que comprendieran la superioridad del Compositor, del Director y la necesidad imprescindible de la disciplina de cada uno en su papel y todos en sus puestos, estar perfecta y espiritualmente unidos.

Toda esta información en VVAA, Fascismo en España, ensayo sobre los orígenes sociales y culturales del fascismo (2005)