MIEDO A LO NUEVO

Me refiero a diálogos como éste, en público, que todo el mundo pueda oír y ver,  tu m'as très bien compris.

Hasta el min 40 se refiere a Argentina, sale Repsol. Y a partir del 40 cómo piensa el mundo el capital financiero internacional.LO de los 3 tableros en la geopolítica internacional, min 59.00 es "imperdible".

Marcelo Gullo defiende la hispanidad, y siendo argentino, se dice "español de América". Muchas ideas de Gullo recuerdan al founder de Falange, cuyas coincidencias de vocabulario y planteamiento con nosotros son llamativas. Los ex Opus deberían de leer los discursos del  founder de Falange y  seguidores, y asombrarse como yo he hecho esta mañana de las similitudes.

Falange también tuvo "círculos de Estudios".  

En algunas cosas tienen razón tanto Gullo como Falange auténtica (llegó a haber 4 Falanges en 1977) ¿no es cierto que capitalismo, que nos afecta, nos ha desespiritualizado? y mucho más hoy que hace 90 años.

Gullo empieza por Argentina en este vídeo pero sigue por la geopolítica hispana en general. ¿Acaso a nuestros políticos españoles no les falta como allí patriotismo, honestidad y comprensión de lo que pasa en el mundo?

Afirma que el capitalismo financiero internacional nos destruye espiritualmente: con el progresismo (abortismo eugenista, ideología de género) y el relativismo (falta de fe en valores asentados, con independencia de la ex de Dios). Además de la leyenda negra contra España. Le doy la razón y agradezco su claridad. 

Este es un ejemplo de diálogo entre personas con argumentos que  creen en lo que dicen. Es un gusto escucharle. No vais a perder vuestro precioso tiempo haciéndolo. Cómo es el neocolonialismo actual.

 Sencillez, claridad, seguridad, convicción y capacidad de transmitir su pensamiento. Ya he comprobado que pese a las apariencias no se dedica a la santificación de su trabajo, se declara católico y de momento cuando le han preguntado sobre Francisco, al menos en España no ha querido pronunciarse. Prudente.

Politi, experto en Vaticano: la Iglesia en situación de guerra civil

 

A pocos días de la cuarta asamblea sinodal, el periodista Marco Politi revela  su visión de las tensiones entre Alemania y el Vaticano. Politi denomina "guerra civil clandestina latente" a la fricción entre "reformadores" y "lentos"  en la Iglesia Católica y asume firmemente que el 70 por ciento de la curia está esperando al próximo Papa. Espera una decisión sobre el cardenal Woelki lo antes posible después del final del camino sinodal.

 

Pregunta: Francisco está en su décimo año de papado. ¿Ha perdido aliento? La archidiócesis de Colonia aún no ha tomado una decisión sobre el cardenal Woelki, la situación es similar a lo que pasó al cardenal Barbarin en Lyon. ¿Está el Papa harto de los conflictos que conllevan tales decisiones?

 

Politi: Con el cardenal Barbarin vimos cómo Francisco  a veces se comporta de modo táctico. Deja pasar tiempo antes de tomar una decisión. Al final, Barbarin tuvo que renunciar. Mi evaluación personal es: en este momento, cuando la Iglesia alemana todavía está discutiendo el camino sinodal, no quiere intervenir. No quiere sacar a uno de los protagonistas de la discusión. Por eso hay que esperar a los acontecimientos.

Por otro lado, diría que es un error interpretar los conflictos en la Iglesia de tal manera que un país como Alemania se enfrenta al Papa en Roma como un gran monarca que decide todo. Los papas ya no son omnipotentes como en el pasado. Ya  lo pudimos ver con Ratzinger. En otros tiempos los papas tal vez podrían seguir siendo autocráticos si eran conservadores. Pero cuando se trata de implementar reformas, los papas deben evaluar el equilibrio de poder dentro de la Iglesia universal. Esto significa que como Papa tienes que tratar con diferentes países y el clero de cada lugar. Tiene que tratar con obispos pertenecientes a diferentes tendencias.

A menudo se olvida que desde el comienzo del pontificado de Francisco, en la primera gran discusión sobre la reforma de la familia, sobre la cuestión de la comunión de los divorciados vueltos a casar, hubo una oposición internacional muy fuerte.Y la oposición  tuvo éxito. Si leemos los documentos de los dos sínodos de 2014 y 2015, en ninguna parte dice que se puede dar la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar. El ala reformista no logró obtener una mayoría de dos tercios. El Papa decidió entonces actuar por una pequeña puerta trasera, en su documento "Amoris laetitia", en una nota a pie de página. Eso abrió entonces el camino para que se diera la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar en todas partes, si el sacerdote lo quiere y el obispo está de acuerdo.

Así se mostró el equilibrio de poder dentro de la Iglesia Católica y no ha cambiado en los últimos años. Incluso se podría decir que después del sínodo familiar empeoró aún más. Por ejemplo, en el Sínodo sobre la Familia de 2015, muchos obispos y cardenales escribieron libros reforzando la antigua enseñanza. No ha habido los mismos llamamientos de los reformadores. Los conservadores recogieron 800.000 firmas capitaneados por el cardenal Burke. Hace unos años, se puso en marcha una iniciativa en los países de habla alemana para apoyar al Papa Francisco con un llamamiento. No había 100.000 firmas.

Francisco recibe mucho apoyo dentro de la Iglesia y también fuera de la Iglesia y lo recibe por su línea de una iglesia que no es autoritaria sino que es una iglesia misericordiosa que se preocupa por las personas y que también se preocupa por la injusticia social o el impacto del daño ambiental en la situación social de las personas. Pero cuando se trata de tomar partido dentro de la iglesia, los conservadores, están mucho más dispuestos a dejarse oír que los reformadores. Por eso desde hace años hay  una guerra civil clandestina latente en la Iglesia Católica.

 

Pregunta: ¿Qué papel juega el camino sinodal y también las tensiones que existen entre el Vaticano y Alemania?

Politi: Alemania está sola en este asunto. Pero lo mismo está pasando en Estados Unidos, por ejemplo, en el tema de la comunión para los políticos que tienen una postura liberal sobre el aborto. Por el contrario, ni los obispos europeos ni africanos se pronuncian ni expresan su descontento por lo que está sucediendo en el camino sinodal. Hay poca discusión a nivel de la iglesia universal. Probablemente por eso Francisco quiere un sínodo mundial para hablar de comunión, compañerismo, participación y misión. Habrá que ver cómo se desarrolla la discusión. 

No lo olvidemos: los grandes cambios del Concilio Vaticano II no vinieron del Papa. Los grandes cambios en el Concilio vinieron de los obispos - de Francia, de los Países Bajos, Bélgica, Alemania e Italia. Ahí es donde los obispos se involucraron. Es lo que está faltando hoy a nivel mundial.

Pregunta: ¿Cómo ve el Vaticano a Alemania y el camino sinodal? El conflicto es innegable.

Politi: Pues sí, pero no olvidemos que es un conflicto interno alemán, incluso si tiene lugar en el Vaticano. Los cardenales de la Curia o ex cardenales de la Curia como Brandmüller y Müller son cardenales alemanes que se pronuncian desde Roma contra ciertos puntos del camino sinodal en Alemania. A veces incluso lo hacen con mucha vehemencia. Fue el cardenal Brandmüller quien dijo que el Camino Sinodal es una especie de protestantismo. La acusación de un cisma también procede de ahí. Así que esto es inicialmente una pelea en casa de Alemania.

Luego también hay una gran parte de la Curia que simplemente tiene miedo a lo nuevo. Están asustados y no saben qué decisiones tomar. Tienen miedo de lo que sucederá si, por ejemplo, hay un clero casado y temen que se pierda la posición especial del clero célibe. También tienen miedo teológico, al sacerdocio femenino, por ejemplo. Diría que es una mentalidad conservadora, pero en gran parte también es una actitud temerosa.

Hoy en la Curia, el 20 por ciento está abierto al Papa, el 10 por ciento está en contra y el 70 por ciento está esperando al próximo Papa. El punto es que sabemos que estamos en el atardecer de este pontificado, y no tienen una idea clara de quién debería ser el próximo Papa y cuáles deberían ser sus políticas. En los últimos 50 años hemos visto que personalidades muy interesantes con diferentes direcciones teológicas y diferentes actitudes filosóficas han dado su impulso. Pablo VI, Juan Pablo II, Ratzinger y Francisco, todos dieron su impulso, pero la gran crisis estructural de la Iglesia católica y también de las demás iglesias cristianas, es decir, las iglesias tradicionalmente estructuradas, no se ha detenido. Es un problema que debe abordarse.

En cuanto al camino sinodal en Alemania, sabemos que Francisco está por un lado a favor de discutir y hablar. Por otro lado,  teme que haya divisiones en la Iglesia universal o en la misma Curia, pero a veces hay que tener cuidado con los matices en los gestos vaticanos. En la primavera, llegó un comunicado de Roma que decía que el camino sinodal alemán no podía tomar ninguna decisión vinculante en lo que respecta a la doctrina. Por supuesto, los obispos alemanes respondieron que no está escrito en ninguna parte. Son propuestas que se están elaborando.

Este comunicado era oficial, pero llegó sin la firma de la oficina de prensa del Vaticano. No fue firmado por un obispo, cardenal o cardenal curial. Esto muestra algo que me dijeron en Buenos Aires sobre el arzobispo Bergoglio: Francisco a veces va en zigzag. Por un lado, dice que los católicos alemanes deberían abrir el camino. Luego dice que tengan cuidado. Y luego viene un comunicado que tiene dos caras, porque se supone que debe tranquilizar a los conservadores y seguir siendo una pequeña señal para los reformadores.

Pregunta: ¿Dónde puede acabar todo esto? El Sínodo Mundial termina el próximo otoño. Y Alemania quiere terminar su sínodo en la primavera de 2023.

Politi: Creo que el Camino Sinodal es un proceso muy importante porque en este momento la comunidad católica alemana está a la vanguardia en el intento de reformar la Iglesia. Son reformas fundamentales. El papel de la mujer, la posición del sacerdote, pero también cómo se ejerce la autoridad y la violencia, son problemas muy fundamentales. Creo que en este sentido el camino sinodal en Alemania será un hito, que luego estará sobre la mesa para toda la iglesia católica mundial, tal como lo fue con el sínodo de la Amazonía. Son momentos importantes en los que discutimos y reflexionamos y hicimos sugerencias concretas.

La gran pregunta es qué sucederá en el Sínodo Mundial. Hasta ahora, como observador, debo decir que no he visto nada especial a nivel mundial del tipo de movilización que existía antes del Concilio Vaticano II. Entonces no solo estaban los obispos, había teólogos, laicos e iniciativas de grupos que ya estaban pensando en cómo debería ser la reforma de la liturgia. Reflexionaron sobre la relación con los judíos y las relaciones con los hermanos y hermanas de las demás iglesias cristianas y con las demás religiones. Hubo mucho trabajo preparatorio.

Pero hoy no veo nada especial en el trabajo preparatorio a nivel mundial. Tampoco veo nada especial en Italia. La gente habla de manera muy general y dice que hay que escuchar a la sociedad, incluso a círculos muy alejados de la Iglesia. Pero luego leo, por ejemplo, un documento de trabajo de la Conferencia Episcopal Alemana, que definitivamente trabaja a fondo a la manera alemana y dice: No hemos logrado entrar en diálogo con aquellos que están lejos de la Iglesia. Y por otro lado, no se ha movilizado tanta gente dentro de la comunidad católica en Alemania como cabría esperar. Mucho en este momento histórico depende de lo que diga el Sínodo Mundial. Está la cuestión de si habrá un momento en que se encienda el fuego de la discusión o si todo quedará en un proceso burocrático.

 

 

 

Renardo Schlegelmilch