La hora de José Mota

No pensaba escribir, pero el anónimo que viene arreándonos a las tres, Isabel, gadero, Ana, que hemos osado identificarnos más en este blog me ha inspirado.

Me recomiendas la hora de José Mota, cuando salía con el compañero Juan me hacía más gracia, ahora ya no lo veo. Y si hay algún alumno de primero de bachiller por ahí ¡¡cómo me he reído hoy recordando uno de los sketchs de esta pareja de humoristas!! "Pavo, pollo, ha llegado el cansino".

Una alumna me ha traído un megáfono, mi voz es baja y escasa, y tener que dar voces para que se callen los alumnos añade stress al profesor... Ha sido todo un descubrimiento, esta misma tarde me he ido a mirar micrófonos por ahí, con un poco de potencia del altavoz todos los alumnos se callan y se enteran más.

Que si me autoarreo, sí claro, yo misma me quité el sueldo de varios meses, yo misma abrí los expedientes administrativos, y me amenazo a mí misma con más. Y yo misma fui por las casas de Mancha Real buscando firmas de los padres de alumnos en contra de mí misma. Yo misma me calumnié a mí misma sobre enfermedades inexistentes, y me mentí a mí misma. Yo misma me dejé a mí sin la parte que me correspondía en perfecto derecho de mi madre, y por supuesto cuando le pedí a mi hermano que me mandara fotos de mi padre y de mi infancia, fui yo la que no me las mandé.



"La gracia del loco es llamar locos a los demás", la gracia de este blog es que no hay pelos en la lengua, y se llama a las prácticas opusinas lo que son: fanatismo. Fanatismos hay muchos por el mundo, por desgracia, engaños a menores para sacar partido de ellos, también. He visto la película Slumdog millionaire, en un país con mucha miseria, hay que ver a que se dedica alguna gente: coger niños de la calle y hacerlos inválidos para mendigar. En vez de educarlos.

El opus no se dedica a hacer nada que no le convenga a su crecimiento en poder. Sus labores sociales son un rollazo, como el carnicero que salió en la Noria dando testimonio. Otro rollo. Los supernumerarios cotizados y más numerosos son los que aportan money o hijos, no los carniceros. Mejor money contante y sonante y sin declarar a Hacienda. Y para ser un buen carnicero no hace falta decir ni media jaculatoria cuando se corta el pollo, basta que la balanza no está trucada, y atender bien al público.

El opus también nos volvió inválidos, nos quitó el don más preciado de la persona: la libertad. No nos dejó crecer. Este es el ataque más grave que se les puede achacar. Si sigues dentro eres una niña de 25, 30, 40, 50, 60 años. No hay derecho a eso, los seres humanos maduramos experimentando, dándonos tortas con los demás, interactuando. No metidos en una urna de cristal, de pensamiento único. Sin ir a espectáculos públicos, con unos horarios hiperrígidos, sin poder disponer del propio dinero... Es terrible lo que cuesta reintegrarse en el mundo después de dejar el opus dei porque no sabes ni que las gallinas ponen los huevos.

Y ya dije una vez que conozco monjas de clausura de mi edad que lo han dejado y su experiencia de alejamiento del mundo y atontamiento existencial no es ni de lejos la misma.
En fin, me encanta que se vea de vez en cuando y quede constancia de que no me invento los insultos del opus.

Por cierto que sepáis que como grandísimos fanáticos chiflados, al mismo tiempo que mandan estos impresentables e insultantes correos, se hacen los simpáticos en cualquier momento. Así son: delante de la gente, en la calle, cuando otros están mirando te tratan como si estuvieran haciendo una obra de caridad con alguien "que les ataca". Y las cosas graves siempre por detrás sin dar la cara, como el anónimo que escribe aquí. La hipocresía de esta gente es vomitiva.

¡Qué poco me pegaba pertenecer a algo más retorcido que una columna salomónica!

¡Que me tomo las cosas muy en serio! mira tú por donde salen ¿cómo hay que tomarse la vocación al opus dei? ¿cómo se enseña desde el primer momento a vivir todos los compromisos? ¿cómo algo light y opcional?

En el secreto del confesonario, de sus salitas donde te encierras con la directora para sus actos asquerosos de manipulación, ahí todo es serio, del mismo Dios en directo. Venir a este blog después de 20 años de una vida entregada en cuerpo y alma a decirme: Ana se lo tomó demasiado en serio... ¡Nos ha fastidiado! ¡tenéis una cara más dura que el cemento armado! como titulé una vez: "La vergüenza, esa desconocida".

Claro, yo no valía para que se me tomara en serio. Era demasiado sincera, demasiado recta, imposible contar conmigo en puestos de responsabilidad en el opus dei. Con la mente ya despierta después de tanto zombilandia, "es para mí un gran honor" no haber ascendido y haber provocado discusiones, justo porque me había tragado el anzuelo con un corazón excesivamente puro para el opus dei.

No se puede ser así, tan recta, tan de libro, tan al pie de la letra. Te das con todas las esquinas. Por lo menos ahora lo sé, que los retorcidos son los opusianos.
No pienso cambiar, vivo consciente y feliz. ¡Ya era hora!