Sorpresas y renovaciones

¡Qué sorpresas te da la vida! a lo mejor es por la crisis, pero hoy me he encontrado en el insti dos nuevos alumnos que vienen del Altocastillo. Uno me ha dicho que sus padres querían que siguiera en el opusino colegio y el otro que ya llevaba nueve años y queria cambiar.

El año pasado también nos llegó otro. Ya digo, a lo mejor es que los bolsillos este año no dan para más, o a lo mejor hay otras razones. ¡Quién sabe!

Otra cuestión: hay que ver los curas que se han reunido en Granada que han ido a buscar para una conferencia al único caso conocido en España de catedrático de psiquiatría que no es ni una cosa ni otra. Y por cierto aprovechando que me han dicho que se puede enviar un mensaje muy fácil al presidente ZP por internet a través de la página de la Moncloa he aprovechado para decirle que el PSOE tendrá muchos defectos, pero que yo sepa no andan presentando libros de falsos psiquiatras y falsos catedráticos como Ana Pastor y Mayor Oreja. A lo mejor lo usan de argumento en el próximo debate parlamentario ¿te imaginas Isabel?

Y que todos los disgustos de mi vida sean los escritos de Jiménez en opuslibros. ¿Dónde hay que firmar?

Sobre el agobio de recibir la carta de dispensa, eso son las comeduras de tarro opusinas en las que no entré. Me dió igual la dichosa cartita: a tomar por saco. Cuando llegó a mi domicilio fue directamente del buzón al cubo de la basura en dos pedazos y sin abrir. Por cierto, no llegó por correo ordinario ¡Jamás! Una numeraria la depositó en mi buzón sin sello. ¡A saber dónde, cuándo y cómo la habrían escrito! ¿quién me garantiza que se tomaron la molestia de mandarla desde Roma correo en mano?

El problema para mucha gente que está en el camino hacia la salida es que son una piltrafa humana, están medicadas, depresivas, zombies perdidas, dependientes totalmente de las directoras que las manejan como peleles. Te meten el miedo al infierno, a la condenación eterna si abandonas. El agobio que percibes en muchos testimonios es un agobio inducido por el opus a sus víctimas. De ahí que esperen la carta de dispensa como una especie de clemencia del gran rey hacia sus súbditos, que les descargue de un compromiso, para el que, según te dicen, has sido creada. Pero bueno, esto les pasa a las pobres. Las ricas entran y salen sin tanta historia.

Verdaderamente qué enfermedad es el opus... y me llaman a mí enferma, ya hay que tener valor.

Tú lo has dicho: esta gente está como una regadera. Así es, y ya ves qué mundo que las regaderas andan dirigiéndolo.

Sobre el 19 de marzo, vaya paripé. Se dice que es el día en que las que han hecho la oblación, incorporación por un año, tienen que renovar sus compromisos. Pero es un poco absurdo porque no es público, sino que cada una en misa dice lo que quiere por dentro. Con lo legalistas que son esta gente ¿qué valor jurídico tiene lo que una persona se dice a sí misma por dentro? no he estudiado derecho pero me parece que eso no sirve de ná. Al acabar la misa le comunicabas de modo privado a la directora que ya habías renovado, "que ya". ¿Y eso no es también un poco tontaina? La mayoría de las mujeres supernumerarias sólo han hecho la oblación y es el 19 de marzo cuando tienen que llamar al centro para decir "que ya".

Pero meses antes ya se ha hecho un estudio en el consejo local de las que pueden presentar un problema para renovar o porque no quieren o porque se las va a echar. Todo eso se ha hablado con la delegación, se han hecho informes, entrevistas con la interesada. Así que lo normal es que todas las previstas llamen. Alguna se despista, se les recuerda a todas en el último círculo antes del 19 y en el último retiro que por favor llamen cuanto antes. Total, que hasta las 12 de la noche del 19 las directoras de las casadas están pendientes del sonido del teléfono para ir tachando los nombres. Y si a las 12 de la noche falta alguna ¡consejo de guerra! y agobio general. Porque se entiende que ya no forma parte de la prelatura.

De mis últimos san Josés recuerdo una que se perdió en un hotel de Almería, que se le olvidó, parecía que se nos hubiera muerto alguien en el consejo local. Al final dimos con ella. Y dos que tomaron las de Villadiego sin el acuerdo de las directoras.

Pero dudo del valor jurídico real de este día de llamadas telefónicas, todo es de palabra, secreto nada queda escrito. No tienes un carné, un papel, algo. En ninguna parte consta tu pertenencia. Sólo internamente consta para las directoras que te piden todos tus datos. Pero ni para la iglesia ni para la sociedad civil consta. El valor jurídico de un compromiso, si me he enterado bien de lo que es el derecho, tiene que ser algo reconocido en la sociedad en general. El opus no es la sociedad en general, no me vale que para ellos cuente sino cuenta para nadie más. Esos compromisos tan serios que te hacen vivir tendrían que tener un reconocimiento social, sino se está jugando con los derechos humanos.

Por eso es tan difícil saber quién pertenece y quién no. Se conocen entre ellos, y entre ellos saben quien sigue yendo al círculo y quien ya no se le ve más. Pero para el resto de la sociedad la pertenencia es algo perfectamente opaco que nos obliga a andar deduciendo por indicios, como me ha pasado a mí con el "ciclista", que no hay forma de saberlo desde tan lejos. Y no pienso contratar a un detective para averiguarlo. Algo que a ellos les sale gratis, los detectives, quiero decir.

En opuslibros.org alguien que trabajó en asesoría o el consejo contó que internamente a cada "fiel" se le asigna un código que es, creo, la fecha de admisión y las iniciales de la delegación en la que se te concede la admisión. A lo mejor en los papeles opusinos yo era "15 09 84 /dlpf", si esos papeles caen en manos de extraños, es decir, cualquiera que no sean las supermegadirectoras de alto rango, no se sabe de quién se está hablando. En toda buena sociedad secreta el descodificador no está a mano, y ellos son la mejor del género.