CURAS QUE INDAGAN

No hay que concederles embustes, como ese de que se escoge libremente la modalidad vocacional, no se escoge nada, te encasquetan lo que la burocracia decide tras estudio de "tu caso y circunstancias". No es cierto  que un buen día la directora ve en su oración que tienes vocación y te lo tiene que comunicar,  un buen día  desde la delegación o asesoría regional se da el visto bueno para que la ibme opusina designada se lance en picado a por la presa. Muy bien por todas las falacias descubiertas en el vídeo, pero no te quedes corto. Como dice el pueblo, "mienten más que hablan".
Y muchas gracias por todo lo que ha pasado entre bambalinas de lo que no nos habíamos enterado, como que algunas estaban en la miseria y cerraron acuerdo monetario por pura necesidad, desligándose de la causa judicial.
Lo que dices de Fazio es imposible decirlo de cualquiera que llega a esos niveles de mando,  está en el secreto.

En el número de septiembre de Mundo cristiano, revista para la familia que durante muchos años dirigió el cura nume Jesús Urteaga, aparecía el reportaje de las ordenaciones de sacerdotes numerarios que se habían celebrado en Torreciudad en agosto. No sé si lo hacían coincidir con la fiesta de la Virgen tan característica de ese mes. Sí sé que mientras los supremos jefes no fueron obispos, es decir, hasta 1991, tenían que convencer a algún prelado, obispo, arzobispo para que les hiciera el favor de conferir tan indispensable sacramento a los numes designados desde la casa central de Roma para ello.

Ignoro si los eclesiásticos que tienen vela en este entierro siguen ignorando o más bien hacen como que ignoran o mejor no meneallo este extremo; de que si la vocación de numeraria auxiliar era una imposición decidida en un despacho e impuesta a la interfecta bajo pena de condena eterna, la vocación de sacerdote no transitaba por diferente camino. Es como para plantearse qué valor tienen esas ordenaciones de curas que no decide uno, sino que le viene impuesta.

En esa revista del mes de septiembre podíamos ver los caretos de los interfectos, cuanto más exóticos mejor (filipinos, australianos, japoneses, estadounidenses, indios....) que habían recibido la Ordenación Sacerdotal, además de conocer a la familia en muchos casos que había venido de las antípodas para ocasión tan especial y además de informarnos sobre el apabullante cv de los candidatos al sacerdocio. 
No se me ocurre mejor forma de santificar una carrera de abogado, ingeniero, físicoquímico, biólogo, experto en marketing, en banca, en negocios internacionales que tras 4, 5, 10, 20 años acabar vistiendo sotana porque así lo han decidido el prelado y sus asesores. Cuestión de obediencia, hay que abandonar los estudios, las carreras más brillantes para ser cura si el Padre así lo pide.

Si esto es propio de laicos que se santifican con su trabajo que venga Dios y lo vea detenidamente.
Todo nos parecía tan  normal, te has criado en ese ambiente y desde temprana adolescencia, años en los que esa revista empieza a entrar en casa, es lo corriente, colgarlo todo para ser cura. Impresionante reportaje en Mundo Cristiano, el primero al que se apantalla con el todo del asunto, carreras prometedoras abandonadas es el encargado de administrar el sacramento.

Ya hemos dicho que desde los primeros años 40 se dió cuenta de que necesitaba curas "a su imagen y semejanza". No curas para ir a una parroquia rural a "confesar viejas" y dirigir el rezo del rosario. Curas para las peculiares tareas apostólicas centrípetas opus. Es decir, para seguir captando como esos mismos curas probablemente fueron captados en su adolescencia con el "con que" de la santificación del trabajo ordinario.

Una de las características de los curas a su imagen y semejanza era la indagación. Los había más o menos delicados, pero en general, indagaban, hacían preguntas incómodas, ya que estabas de rodillas en un confesonario, ya que llevaban sotana y tú no, ya que administraban el sacramento y tú no, aprovechaban para introducir "el gancho del trapero", expresión fundacional, y sonsacar. Solo recuerdo recién pitada una conversación arrodillada de ese tipo que si se diera en este momento me levanto y me voy ¿con qué derecho el ensotonado aquel cuyo nombre he olvidado me hacía esa asquerosa pregunta?
no la voy a decir y es bastante menos asquerosa de lo que otros han contado, pero qué lástima de bofetones no dados algunas veces....

El derecho a enterarse dentro y fuera de la confesión ejercido por parte de los curas también está en Fortunata y Jacinta (1886-7), cap. IV de la segunda parte. Figura así mismo el "casamenterismo" de algunos clérigos cualidad de la que también algunos numes curas presumían, arreglanoviazgos..... 





Y por cierto, en esta novela "obra de Dios" se refiere a una obra benéfica, un asilo, un hospital, un orfanato... como las que lleva a cabo doña Guillermina Pacheco, virgen y fundadora que se caracteriza por solicitar dinero, tejas, ladrillos, hierros, cemento para sus construcciones en beneficio de los miserables, no en beneficio de cuentas en las islas del Canal:

"Aquel clérigo arreglador de conciencias, que se creía médico de corazones dañados de amor, era quizá la persona más inepta para el oficio al que se dedicaba, a causa de su propia virtud, estéril y glacial, condición negativa que, si le apartaba del peligro, cerraba sus ojos a la realidad del alma humana. 

Practicaba el apostolado por fórmulas rutinarias o rancios aforismos de libros escritos por santos a la manera de él, y había hecho inmmensos daños a la Humanidad arrastrando doncellas incautas a la soledad de un convento, tramando casamientos entre personas que no se querían y desgobernando, en fin, la máquina de las pasiones. Era como los médicos que han estudiado el cuerpo humano en un atlas de anatomía. Tenía recetas charlatánicas para todo, y las aplicaba al buen tuntún, haciendo estragos por donde quiera que pasaba. 

"De esta manera, hija mía", añadió, lleno de fatuidad, "puede darse el caso de que una mujer hermosa llegue a amar entrañablemente a un hombre feo. El verdadero amor, fíjese ud en esto y estámpelo en su memoria, es el del alma por el alma. Todo lo demás es obra de la imaginación, la loca de la casa".

Un lugar común sobadísimo el de la "loca de la casa", que se nos enseñaba como si fuera el gran hallazgo, si lo dijo la santa de Avila, hallazgo, en nuestros tiempos ya no bastaba.

"Bien, ¿está ud dispuesta a ponerse bajo mi dirección y a hacer todo lo que yo le mande?", propuso el cura con hinchazón de vanidad que le daba aquel papel sublime de leñador de almas cascadas.
-Sí, señor.
-¿Y cómo estamos de doctrina cristiana?
Dijo esto en un tonillo de superioridad impertinente, lo mismo que dicen algunos médicos: "A ver la lengua"....

Y más adelante sigue con sus consejos amorosos a lo divino que son una risa y gran humorada galdosiana:

"Me comprometo a curarle a ud de esta enfermedad de la imaginación que consiste en tener cariño al hombre indigno que la perdió. Conseguido esto, amará ud al que ha de ser su marido, y le amará con ilusión espiritual, no de los sentidos..., ni más ni menos. ¡Oh, he alcanzado yo tantos triunfos de estos; he salvado a tanta gente que se creía dañada para siempre! Convénzase ud: en esto, como en otras cosas, todo es ponerse a ello, todo es empezar....Imagínese ud lo bien que estará cuando se nos reforme; vivirá feliz y considerada, tendrá un hombre respetable y habrá quien la adore, no por sus gracias personales, que maldito lo que significan, sino por las espirituales, que es lo que importa."

Comentarios

Entradas populares de este blog

LISTAS ATRASADAS DE MIEMBROS Y SIMPATIZANTES DEL OPUS Dei

Otra consulta memorable de Enrique Rojas, supernumerario del Opus Dei y psiquiatra de postín

SEXO EN EL OPUS DEI, TEORÍA Y PRÁCTICA