IMPUTADO

Angel el más rapidillo en reaccionar a la noticia de la imputación de Fazio. 

Por primera vez sale un letrado que fue nume en Colombia y según dice hoy reside en Brasil. Lástima que no sepa poner punto y aparte en su discurso, al menos una persona formada en leyes que los conoce y no se llama a engaño sobre sus reales intenciones, cómo van a intentar capear el temporal y qué es lo que verdaderamente les preocupa. 

Oficialmente han dicho que están encantados de ir a explicarse ante un juez,  de primeras que vaya a hacer lo posible por tomar las de Villadiego, se verá, no conocemos el futuro.

 El mero hecho de que personaje tan destacado sea señalado por una acción que sabemos es "fundacional", por tanto, "tan de Dios como lo demás" es un hecho notable, reseñable y que marca un antes y un después. Hasta aquí llegastéis, la iluminación divina cuestionada por los jueces, ¡ya tardaba!

También recogen el contraste entre el sermoncito del gran jefe y sucesor en el IESE sobre el trabajo, el empleador y los trabajadores y esta acusación de trata y explotación.

Lástima que el anterior pontífice les reconociera un "carisma": explotar al prójimo, servirse de él para el propio engrandecimiento y culto no es acción carismática ni lo parece. Quienes formamos parte, vivimos en carne propia que lo del trabajo bien hecho en las altas esferas no se daba: su dedicación al espionaje, vigilancia, almacenamiento de info y cruce de la misma entre diversas oficinas para mejor sacar provecho no es un trabajo digno de ese nombre. Es labor propia de servicios secretos de los países, los llamados "agentes de inteligencia" de las potencias que pintan en el juego geopolítico mundial. Que una institución so capa de catolicismo y con la protección de Roma se dedique a lo mismo que el Mossad es muy lamentable. 

Fortunata y Jacinta, la obra cumbre de Galdós, ya alcanzado el oficio de novelista, muestra una España y sobre todo un Madrid hoy desaparecido. Miseria en los barrios, enfermedades, analfabetismo y contraste sangrante entre las clases acomodadas y el pueblo. A parte del detalle de que se haga eco de la Abadesa de las Huelgas, me llama la atención hechos y dichos, costumbres que van desapareciendo si no han desaparecido ya, algunas de ellas llegaron hasta la España de Franco y aún después. Pero la gente joven actual no tiene idea de esas cosas, no las transmitimos ni nos expresamos como nuestros mayores, vamos dejando atrás la idiosincrasia de la España retratada por Galdós. Que duda cabe de que en ese humus, en esa sociedad, nació, creció y se reprodujo el engendro escrivariano, ha durado mientras ha habido restos de aquello, pero vamos a otro mundo. Tratan de sobrevivir como sea, viven del cuento puesto que no saben vivir de su trabajo, pero el cuento se les va acabando.