APOSTOLIZANDO DIPUTADOS

Tierry Meyssan Presidente de la Red Voltaire contaba en enero de 1.997 que se había formado un grupo de parlamentarios franceses dirigidos por Christine Boutin que se reunían fuera de la Asamblea Nacional. Formaban un denominado “Grupo de estudio sobre la familia y la infancia”, las reuniones eran todos los martes por la mañana y empezaban con un momento de oración.

Realizaron por su cuenta un informe que entregaron al primer ministro en el palacio de Matignon en el que proponían importantes reformas en el ámbito de referencia. La iniciativa recibió el apoyo de la revista Famille Chretienne, la familia es la célula básica de la sociedad y estos parlamentarios hacen algo útil implementando la doctrina de las encíclicas papales sobre el tema.

Palais Bourbon, sede de la Asamblea Nacional Francesa

Después los parlamentarios anunciaron una reunión con sus tropas de seguidores en un local parisino conocido por ser lugar de asambleas ciudadanas, la Mutualité. Allí un grupo 20 diputados explicaron que había que organizarse y que en cada región se pondría en marcha un comité en defensa de la familia. El nuevo grupo social se llamará “Place aux familles” y estará bajo el patronazgo no sólo de esos parlamentarios sino también del cardenal Lustiger, hoy fallecido, que creó un secretariado pastoral de Estudios Políticos del que se hizo cargo el Abad Maillard de la Morandais, partidario de Balladur, muy conocido por sus lazos con la extrema derecha. El presupuesto disponible de dicho secretariado era más importante que el de la Conferencia Episcopal en Francia. La pregunta es ¿para qué querían tanto dinero? ni idea. Tanto dinero equivalía a la financiación de una campaña electoral

cardena Lustiger

 
        Dicho Secretariado Estudios Políticos actuaba como si fuera una capellanía para parlamentarios. Organizaba  peregrinaciones, una vez al año iban al Vaticano, en el último viaje del que se tiene noticia había más de un centenar de parlamentarios. Juan-Pablo II los recibió en audiencia y en su discurso dio orientaciones sobre lo que hay que votar y en particular sobre la cuestión del derecho al aborto. Cuando Juan Pablo II viajó a Reims, un autobús de parlamentarios se desplazó desde la Asamblea Nacional al encuentro con el pontífice. Por supuesto el viaje lo hacían a título puramente individual y sin connotación política alguna.
 
        Siguiendo el mismo principio hay organizaciones político-religiosas susceptibles de invitar a parlamentarios a conferencias del estilo, aunque no se sabe, porque el lugar está habitualmente cerrado a miradas indiscretas. 

Así, justo al lado de la asamblea nacional, el “Opus Dei” disponía y dispone de un centro de reuniones, de conferencias de nombre Garnelles. Muchos empresarios y ministros han acudido para expresar y explicar sus puntos de vista en materia política, y sobre todo cómo piensan en la aplicación de la doctrina social de la Iglesia en la política francesa. Ciertos parlamentarios acudían con más frecuencia y es posible que el Opus Dei separando el grano de la cizaña, proponga a los mejores que se asocien a su particular camino espiritual.
      
 Santificación personal es lo que venden. Subrayan que no hacen política, si se les ve a menudo en las instituciones políticas es pura casualidad, todo lo hacen a título personal, la organización queda al margen. Pero como en esta organización todo el mundo acaba por pensar parecido, es normal que al final todo el mundo vote parecido. Cuando se constituyen grupos de presión como éste, no pueden identificarse con uno u otro partido. Les es preciso encontrar apoyos en el mayor número de grupos políticos posible.  En todo momento disponen de interlocutores privilegiados en cada uno de los grupos políticos.
      

 En cada uno de esos grupos hay una personalidad política especializado en intervenir del lado del grupo de presión. Esta forma de actuar se podría aplicar a situaciones diferentes, pero si lo aplicamos a los ejemplos que citaba previamente, se vería que el Frente Nacional mantiene relaciones privilegiadas y directas con la Santa Sede. Extraño ya que la teología católica es universalista, mientras el FN se pretende al contrario muy nacionalista. El cardenal Joseph Ratzinger era el número dos de la Iglesia católica  como prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe. Denominación que sustituyó a la Santa Inquisición. Ratzinger cansado por su trabajo en el Vaticano se fue de vacaciones al monasterio de Santa Madeleine du Barroux.
       
Casualmente se trataba del monasterio dirigido por Dom Gérard Calvet que adquirió notoriedad por su participación en comando antiabortista y al que se acusó de instigar un atentado en el cine Saint Michel. Alrededor de Dom Gérard Calvet hay numerosos monjes y "órdenes terceras”, es decir personas que no son clérigos, que son laicos pero que han pronunciado algunos votos y que viven de manera casi permanente en el monasterio. Por ejemplo los principales redactores del diario "Presente". Otro personaje público terciario es una tal Marie-Joseph Mitterand, hermana de quien fuera presidente. Así pues, el cardenal Ratzinger descansó en el Monasterio de Barroux. Y fue probablemente donde se reunió con el comité ejecutivo del F.N. Hubiera sido descortés mantener al cardenal al margen. Todos los encuentros serían pura casualidad.
      

 A veces se produjeron dificultades como cuando  J-M. Le Pen anunció que iría a Reims a ver al Papa porque había sido invitado. El episcopado francés se puso muy nervioso negando dicha invitación. Pero el hecho es que la Santa Sede lo había invitado. 

 

En la extrema derecha del Movimiento para Francia de Philippe de Viliers el interlocutor privilegiado era el cardenal Alfonso López Trujillo, quien fuera entonces presidente del Consejo Pontificio para la Familia. López Trujillo había sido secretario general del CELAM (Conferencia de Obispos Latino-américanos), y fue acusado por un gran número de religiosos, incluidos obispos católicos en América Latina de haber sido el mayor perseguidor de los teólogos de la liberación, y de estar implicado en la eliminación física de varios de esos teólogos y en el asunto de la ejecución de los jesuitas de El Salvador. También López Trujillo se tomó unas vacaciones en Francia.
     
 
  Llegó a París, y como cardenal debía anunciar a la nunciatura apostólica el viaje y visitar al Nuncio o embajador vaticano. Pero como el viaje era de carácter privado, olvidó ese pequeño detalle, se alojo en casa de sus amigos sacerdotes y aprovechó el tiempo libre para ir de cócteles. Hombre bastante mundano, que por azar se reunió con miembros del Movimiento pour la France. Coincidió con las elecciones europeas. Se dijo que De Villiers recibiría menos del 1% de los votos. Pero una tarde el cardenal Trujillo se reunió con De Villiers y con Pasqua. Y al día siguiente Pasqua declaró a bombo y platillo que había que votar a Philippe de Villiers. Así se produjo el despegue de dicha lista.