MALTRATO INTERNACIONAL

 Sí es increíble lo de Irlanda y son increíbles tantas barbaridades juntas, hoy me he dado cuenta de que los alumnos de 16-17 no tienen ni idea de la historia que nos ha precedido, la historia negra inquisitorial.

Y es una edad como para saber ciertas cosas, la inquisición les suena, pero desconocen que en Baeza sin ir más lejos, está el palacio del Inquisidor, precisamente mira tú qué cosas ocupado por los hijos del Padre desde hace 40 ó 50 años. Más adecuado imposible. Ignoran que si en otros países, por ejemplo en Italia, la Inquisición romana la emprendió con los primeros científicos para que hablar del caso GG, en la misma época aquí la inqui nuestra se dedicaba a las denuncias de judaizantes. Es decir, el tema que nos marcó, de los falsos conversos.  A mí me parece que esta historia del peso desmedido y duradero de la iglesia católica en España con sus luces y sus sombras debería de saberse ya en el instituto. Los alumnos no tienen responsabilidad de no saber, yo tampoco a su edad estaba informada.

 Pero son cosas básicas, porque estas prácticas han moldeado este país, cultura, carácter, modos de ser.

Y sin embargo oficialmente se siguen promocionando los defensores de lo indefendible, y se sacar a relucir que todo son cuentos de nuestros enemigos.

Pues sí Maria Elvira, guapa, y los de Oviedo también un encanto, si no hubiera padecido lo padecido, más la nula reacción de la sociedad española ante nuestros testimonios y el miedo pánico que todo este tema suscita, puede que leyera tus libros y me haría denunciadora de los "negrolengendarios". Pero aquí una que se puso cilicio con 16 a.  por consejo de sus "directoras" no está para gimnasias mentales. La dicha leyenda es nuestra propia responsabilidad. 

Yo no entiendo ahora a mi edad que es la de mi madre más o menos cuando me hice nume, qué puede pasar por la cabeza de una madre para dejar que una hija de 15 a sea objeto de esas y otras prácticas medievales. Desconozco si lo supo, es probable, porque yo era muy de dejarme el cili en el cuarto de baño, tanto en mi centro como en mi casa. Quizás no, de cualquier forma me parece absolutamente bochornoso, que gobernando los socialistas por primera vez desde la guerra civil, tantos padres y madres como se dice ahora, no se enteraran o se enteraran y dejaran hacer, de que sus hijos adolescentes utilizaran esos instrumentos de tortura. Mentalidad "católica retro franquista dictatorial" que alucinas.

Y es solo la superficie de las barbaridades. 

Observo por mis lecturas que en vecinos países, p.e Irlanda, p.e Francia se ponen a contar explotación laboral, sexual, psico de niños y mujeres sobre todo por parte del clero en diversas congregaciones religiosas y es un no parar. También sobre la libertad del clero secular en tema sexual, no tengo datos, ignoro totalmente y me baso en lo que otros dicen, pero aseguran que ha sido muy normal que los curas tengan sus apaños. Lo importante es que no se sepa. Sin embargo de todo esto en nuestro país no ha salido nada de nada de nada. A pesar de la importancia y peso de la institución eclesiástica en nuestras vidas y formación desde hace siglos.

Entonces no sé qué pensar, si es que está todo integrado, ya se sabe y se prescinde ampliamente de denunciar que el sol sale por el Este y se pone por el Oeste, o si realmente, el clero español y las congregaciones españolas o presentes en España son distintas y el nivel es otro.

Otro comentario de Françoise sobre violencia de las congregaciones y los curas contra niños:

https://www.lenversdudecor.org/1888-Le-scandale-des-freres-de-Citeaux.html

 Cito diferentes tipos de explotación cometidos por la institución religiosa. En pedofilia destacan los Hermanos de las Escuelas Cristianas, los jesuitas son famosos. Podría citarle a Pierre-Jean de Béranger que evoca estos hechos en sus canciones. Hay muchos otros.

En la abadía de Port-Royal se practicaba la tortura y la humillación. Bastante cercano a lo que describe Diderot en La Religieuse, que no es una obra de plena ficción ya que el libro fue escrito en homenaje a su hermana,  monja a la fuerza y ​​que acabó suicidándose desesperada. La historia de la monja es en gran parte la historia de su hermana. Solo cambia al final ya que la joven no muere a diferencia de la hermana de Diderot que termina suicidándose.

 

 Sobre el uso del hierro a rojo vivo para marcar a los niños en los orfanatos, me enteré  hace mucho en un viaje que hice con mi hermana a Venecia. El guía nos dijo que Vivaldi había puesto fin a esta práctica con  los niños del orfanato de la Pietá, se indignó y habló de ello muy al consejo ducal. No creo que mintiera.  Más tarde descubrí que esta práctica no era específica de los orfanatos venecianos, sino que se extendía a todos los orfanatos, todos eran religiosos y de toda Europa. Así que me  pregunté  por qué el clero podría querer marcar a los niños pequeños mientras afirmaba defender el humanismo y el cuidado de los niños abandonados. 

 

Comprendí que, lamentablemente, al leer varios artículos sobre el tema, había razones de propiedad para que los niños siempre estuvieran endeudados y se les cargara de todo el trabajo. Los niños eran así eternos deudores de la institución que los acogió y crió. Y en caso de fuga, era más fácil identificarlos y sancionarlos. 

Gracias por agregar un artículo. Noto que a ti todo te parece normal no te resulta tan impactante como a mí. Me sorprende tu reacción . Para mí, marcar a un individuo y aún más a un niño es una forma de mutilación, tortura, dominación extrema y humillación. Es la negación del individuo en sí mismo. Que el clero lo practique sin cuestionarse la esencia de la práctica y su significado me parece muy serio. Incluso si era parte del uso social. Al igual que con la oblatio, el clero católico no se diferencia de la sociedad civil. De la misma manera procedió sin cuestionar el fondo del asunto. Y es impactante que afirme actuar de manera diferente debido a los valores religiosos

 

En este punto mi indignación sube un nivel: Lo que me indigna es la falta de precisión de este tipo de prácticas en los niños. Es importante que los creyentes comprendan lo que ha estado sucediendo durante siglos y por qué el clero de hoy cuando usa la violencia contra los niños, tiene una larga práctica de humillación. Continúan haciéndolo sin haber tomado nota de la barbarie de estas prácticas. De hecho, es el siguiente paso lógico. 

 

 Me parece fundamental comprender la génesis de la violencia de todo tipo contra los niños dentro de las instituciones religiosas. En cuanto a la separación de los adultos, solo los dormitorios de los niños estaban separados. 

Excepto que los supervisores del dormitorio son adultos y también religiosos. Y sabemos lo que pasaba. ¿Debo recordarles el caso Estaimpuis y cómo el supervisor pedófilo religioso reunía a los niños? ¿Debo contarles acerca de las prácticas similares de Lawrence Murphy en el Instituto de Jóvenes Sordos en los Estados Unidos? ¿Debería citar a Pierre-Jean de Béranger cuando menciona estos hechos entre los jesuitas y su uso del látigo en las nalgas de los muchachos para librarse de las prácticas pedófilas que les infligieron? 

 

 Pero es obvio que si no hablamos de ello o si lo ponemos todo en perspectiva, no entendemos el cómo y el por qué. Eric Baratay  escribió su tesis para poner en perspectiva el juicio de Císter y tratar de promover el negocio de Joseph Rey. No es casualidad que su tesis fuera utilizada para el proceso de beatificación. Fue un trabajo por encargo. Descubrí al leer varias de las tesis de Baratay (completamente diferentes) que él formaba parte de una red política y social de la que también formaba parte Barbarin. 

Se entiende cuando leemos la conclusión de Baratay a su tesis sobre Císter y Joseph Rey. Pero leyendo otras tesis de Baratay que nada tienen que ver con este tema, sin embargo, lo entendemos aún mejor. El problema es, por supuesto, que los creyentes ignoran todo esto. A partir de ahí, el trabajo de relativización de Baratay parece un trabajo de un universitario cualquier y por lo tanto objetivo. Cuando se hizo para servir intereses político-religiosos de extrema derecha católica.

 

 Barbarin está en la misma red que Baratay y las monjas de San José. Cuando Barbarin envió a Preynat a las monjas, gracias a Baratay, ya había obtenido una garantía para que avanzaran en la beatificación de Joseph Rey. Es una historia de intercambios de servicio entre miembros de un mismo círculo ideológico y político. No tiene nada que ver con la trama. Es simplemente un entendimiento entre personas que se conocen muy bien y comparten las mismas ideas y los mismos objetivos político-religiosos.

 

Si el clero católico romano fuera transparente y reconociera la violencia y los usos violentos que se hacen a los niños desde sus inicios en sus institutos, congregaciones no me vería obligada a hacer lo que hago y decir lo que digo. Me parece lamentable que me corresponda a mí ( una creyente anónima) tener que explicar estas cosas y que en ningún momento los curas lo mencione. Pero por el contrario, estos comportamientos, estos hechos, estos usos se ocultan.Me enfada . Este silencio no solo no sirve a la institución, sino que contribuye a desacreditarla por completo.

 

El colmo de la denegación y reescritura de la historia es cuando afirman (el anterior Papa lo hizo) que la violencia criminal contra los niños por parte del clero católico es reciente, procede de mayo del 68, producto de una sociedad supuestamente decadente. Pero la violencia contra los niños viene de tiempos muy antiguos, desde los primeros días de la institución. De su organización y su forma de considerar sus necesidades de personal, su forma totalitaria de gobernar, de meter  al individuo en una jerarquía, de tratarlo con violencia como si fuera una forma de educación. Cito fuentes académicas que nadie o muy pocos aquí han leído. Saber. Porque eso me parece lo mínimo para que la gente aprenda sobre el tema. 

 

Estoy segura de que antes de plantear estas preguntas, nunca te molestaste en leer este tipo de documentación. Estás tan convencido de que todo lo que hace el clero es grande y santo, en todo lugar y en todo momento. 

 

 Por otro lado, me preocupa  comprender la génesis de la violencia criminal clerical. Solo tengo buenos recuerdos de los curas a quienes conocí personalmente. Por eso me sorprendió mucho cuando descubrí esta historia hace unos 20 años. Nunca pensé que la Iglesia pudiera haber cometido tales horrores en el pasado, mucho antes de que saltaran los primeros casos en los medios de masas. 

 

 La institución clerical repite sus crímenes a través de los siglos. Ella los perpetúa como perpetúa su mitología. En esto, no es diferente de las instituciones civiles y militares. Todas las instituciones tienen esta característica en común. Pero es muy importante decirlo con claridad. Y tanto la documentación judicial como la académica lo demuestran. Lo digo porque es verdad, pero nadie suele mencionarlo. 

 

Y es grave en la medida en que  la población se ve tentada a creer la versión clerical que restringe los casos judiciales y los delitos y el maltrato a los niños a los años 60 y 90. Lo cual es por supuesto falso. No descontextualizo. Digo que una institución clerical debería, contrariamente a las costumbres de la época, haberse diferenciado de las demás en la medida en que se enorgullece del hecho del mensaje crístico y de las virtudes más elevadas que las demás, de ser mejor y más humano con los niños. 

 

Ese argumento solo una farsa, en la Iglesia ha habido  prácticas criminales similares y usos bárbaros que  exactamente en las mismas proporciones que otras instituciones civiles desde sus inicios en el siglo IV. Y a lo largo de la historia. El clero hace todo lo posible por exponernos sus virtudes y presentar una versión ideal, romántica y heroica de sus obras. Por ello debemos restablecer el equilibrio y hablar de los temas que molestan y que, por el contrario, muestran una realidad mucho más sórdida y cínica que caritativa y santa. 

 

Quiero hacerlo porque tuve acceso a esta información, que me ayudó a comprender ciertas realidades delictivas clericales sobre el compromiso de mi padre en el "Opus Dei" y luego su asesinato por el Milicia opusiana, así como los miembros del clero que autorizaron su asesinato y por qué. Pero esta información me ayudó a comprender la realidad estructural y jerárquica del clero. El cómo y el por qué de la pedofilia, el abuso, la recurrencia de la violencia, la mentira, las humillaciones.

 

 Como parte de mi profesión docente, y en particular de los cursos de artes aplicadas que imparto, descubrí a través de planos de abadías, conventos, pero también documentación universitaria todo un suplemento informativo sobre estos temas, también variado. de documentos que denuncian estos crímenes y barbaridades. 

 

Se lo cuento a mis alumnos porque la historia industrial del siglo XIX se basó en parte en el clero católico para reclutar y explotar el trabajo infantil. Finalmente, en la ciudad donde vivo, hay varias penitenciarías religiosas. Resulta que en mi círculo de amistades figura el dueño de una parte de estos edificios, quien está muy documentado sobre su historia y lo que allí pasó (tenía familiares cercanos en estos establecimientos). Así que tuve la suerte de tener información específica sobre estos temas. Y también leí mucho para entender si era solo algo nacional o internacional. Y, lamentablemente, comprendí que se trataba de una práctica internacional. Con las mismas barbaridades, los mismos crímenes, los mismos argumentos.

 

 Philippe Poisson habló de "maltrato internacional" y tiene toda la razón. Es lo que hay, lo que no significa que no exista su equivalente en la sociedad civil, sino que el clero haya internacionalizado sus prácticas criminales. Es importante que los creyentes se enteren. Creo firmemente en el intercambio de información. Para progresar en una mejor convivencia y salir de la ignorancia, de las falsas pretensiones.

Y dado que la jerarquía eclesial sigue sin enfrentarse a su historia y sus demonios, los creyentes deben hacer el trabajo de desenterrarla y sacarla a la luz. Muy distinta de la novela que la institución clerical nos viene contando desde nuestra infancia. No es lo mismo que contaron Agnès Richomme, Abbé Laurentin o Jean Guitton. 

Françoise