NUESTRO QUERIDO ATRASO SOCIAL
Y yo la paso bailando, cantando, logrando tanto sin tí....aunque te piensas que desde que me fui estoy deprimida...
Nos cuenta Vincenç Navarro en "El subdesarrollo social de España, causas y consecuencias" un libro de 2006:
"Otra teoría ampliamente extendida, propagada en múltiples casos por sectores de la nomenclatura del Régimen Dictatorial Español=RDE fue que el carácter fascista del Estado cambió con la entrada a partir de los años 60 de lo que se ha llamado "los tecnócratas del Opus Dei",
que iniciaron un proceso de modernización del Estado que condujo en su vía final al proceso de la transición que desembocó en la democracia. Esta es la postura mantenida por Stanley Payne en el artículo citado, así como por Fabián Estapé, asesor de López Rodó, una de las figuras más importantes del "Opus Dei" en el RDE.
Esta teoría ignora varios hechos que cuestionan los supuestos sobre los cuales se construye. En primer lugar, el "Opus Dei" fue fundado por una persona, EdB, que, además de ser guía espiritual del dictador (le organizaba retiros espirituales de carácter personal), se identificaba plenamante con el RDE y su ideología.
Es más, la organización del "Opus Dei", caracterizada por su fanatismo, su intolerancia religiosa, su estructura altamente jerárquica, con actitudes basadas en el secretismo, el elitismo y el autoritarismo, con un control psicológico permanente sobre sus miembros (que explica, por cierto, que el Parlamento belga lo catalagora en 1997 como secta, otorgándole el mismo rango que a la Iglesia de la Cienciología), es producto en sí del RDE, puesto que su desarrollo y expansión fue resultado del apoyo que tal régimen le dió.
En 1939, año en que Escrivá, que apoyó entusiásticamente el golpe militar de 1936, escribió su obra camino, el OD era prácticamente inexistente. Su introducción en gran escala en el RDE ocurrió con la Ley de Ordenación Universitaria de 1943, que obligaba a que la universidad "acomodara sus enseñanzas a las del dogma y la moral católica y a las normas del Derecho canónico vigente, en armonían con el Estado Nacional Sindicalista, ajustando sus enseñanzas a los puntos programáticos del Movimiento".
El ministro de Educación José Ibáñez Martín, un hombre de ultraderecha y estrechamente vinculado a Falange, además de dirigir la purga del magisterio y la represión intelectual en la universidad, nombró a una de las personas más nefastas del mundo académico español, José M Albareda (amigo íntimo de Escrivá y miembro dirigente del "Opus Dei"), secretario general del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el CSIC, creado en 1939, con lo que el Consejo se convirtió en el vivero de cátedras universitarias para miembros de OD y otros personajes RDE entre los que se encontraron dirigentes del Movimiento Nacional como bien ha señalado Sartorius y Alfaya en su libro La memoria insumisa.
Y en la universidad había una clara cooperación entre el sindicato fascista (el SEU) y el "opus Dei". ¿Quién no recuerda en Cataluña las facilidades que el dirigente del Movimiento Nacional en la Uni de Barcelona, el catedrático Alfonso García Valdecasas, dio para que el Opus controlara puntos clave de esa institución, donde yo estudié en los años 50 y 60?
ES POR TANTO ERRÓNEO considerar al opus y a los tecnócratas identificados con él como los portadores de un proyecto predemocrático que desembocó en la transformación del sistema. En realidad, el Opus Dei intentó reproducir la ideología totalizante del RDE. En 1990, Laureano López Rodó todavía insistía en que Franco había tenido el gran mérito de vislumbrar la irrelevancia de la democracia y la necesidad de sustituir a los políticos por tecnócratas. Es sorprendente, por cierto, que en el artículo citado anteriormente Payne considere esta filosofía del "Opus Dei" como predemocrática, puesto que la democracia nunca fue el objetivo de tal movimiento.
La simbiosis de ese grupo de poder con la ideología del Estado permite cuestionar el impacto liberalizador o democratizador de los tecnócratas del opus dei. En realidad López Rodó, la figura más emblemática del od en el Estado español, fue uno de los creadores del odiado Tribunal de Orden Público, bajo cuyos auspicios se asesinó, torturó y encarceló a miembros de la resistencia antifascista. Es más, el propio López Rodó fue una pieza clave en la eliminación de cualquier pensamiento crítico en la universidad.
En realidad fue Manuel Fraga Iribarne, una persona del Movimiento Nacional, quien apuntó hacia los primeros resquicios de una prensa más abierta mediante la Ley de Prensa de 1966, aun cuando él mismo no tuviera ningún reparo en reprimir cualquier amago de crítica con los medios. Por cierto, quisiera aquí señalar que el mismo Fraga tampoco tuvo ningún reparo en definirse como fascista, al menos al principio de los años 60. Así, en junio de 1961, en un acto en la universidad de Barcelona en el que dio una conferencia, un grupo de estudiantes le gritamos "¡Fascista!", antes de emprender una forzada huida, y él se cuadró y, brazo en alto, dijo: "Y con honor. ¡Arriba España!". Cerca de 200 personas que abandonaron la sala pueden atestiguar el hecho.
Mujer en Badajoz, amamantando a su hijo durante un mitín por la reforma agraria, mayo 1936
La obsesión de estos "tecnócratas del Od", como lo fue la del Movimiento, fue reproducir el Estado franquista sin Franco, un Estado que no tocara las bases del RDE. Como bien dice Santos Juliá, a este designio obedeció la Ley Orgánica del Estado y la solemne proclamación de Juan Carlos de Borbón como heredero de la Jefatura del Estado a título de Rey. Es también dudoso que elementos influyentes del RDE estuvieran dispuestos a favorecer un proyecto democrático como el que surgió al final de la transición.
Stanley Payne apoya esta conclusión citando una charla entre Franco y Suárez, en la que supuestamente Franco preguntó a Suárez si el futuro del régimen sería "inevitablemente democrático", a lo cual Suárez, por lo visto respondió afirmativamente. "En ese momento, escribe Payne, Franco dejó de prestarle atención y no dijo nada más." Es más, según Payne, "Franco se dió cuenta de que su sucesor se orientaría hacia un sistema democrático". He de admitir mis profundas dudas sobre la veracidad de este intercambio que Payne aporta como prueba de su tesis.
Si fuera así, ¿cómo se explica que ni el rey ni Suárez ni ninguna otra persona influyente del RDE propusieran en sus primeras propuestas de reforma un sistema auténticamente democrático y que sólo tras la presión de las izquierdas aparaciera este proyecto plasmado en la Constitución? En tales explicaciones de la transición se da un peso excesivo a los cambios dentro de la nomenclatura del RDE, olvidando el papel clave que jugaron las movilizaciones populares y el peligro de contagio de la revolución de los claveles a España."
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