NO ENTRARÁ EN POLÍTICA
La Iglesia católica participó en la organización de la sociedad española desde siempre. La burocracia eclesiástica ha sido una constante en la vida del país incluidos períodos liberales.
La ficción de una Iglesia independiente se mantenía solo cuando se analizaban los contactos orgánicos del Estado y la Iglesia. Según Carlos M. Rama: "la vinculación del Estado español con la religión católica y su Iglesia fue única entre todos los Estados totalitarios, incluso Portugal, tan afín por diversas razones derivadas de la geografía y la historia, tiene una actitud muy diferente." "En 1940 la Iglesia fue restaurada en derechos y privilegios que no solamente poseía con anterioridad al Estado laico de 1931, cuando regía la constitución de 1876, sino todavía en aquellos que había perdido hacía 400 años."La situación de la I. como burocracia del Estado se ve después de que la desamortización la privó de sus bienes y tuvo que depender del presupuesto del Estado. Cualquier medida descentralizadora del poder ejecutivo que podía implicar merma en los privilegios de la Iglesia era un ataque.
La Iglesia se embarcó salvo honrosas excepciones en la Cruzada de Franco y prefirió la liquidación violenta de todos sus opositores políticos antes que la reconciliación.
De ahí el atisbo de revolución de la Asamblea Conjunta de obispos y sacerdotes en 1971, pidiendo perdón y penitencia por los pecados de sus predecesores.
Había dirección general de Asuntos Eclesiásticos en el ministerio de Justicia. Los cargos fueron ocupados por opusinos como Balbín Lucas y Alfredo López.
La dicha dirección controlaba la dotación del clero, que se dice llegó a ser anualmente de 9 millones de pts. El clero lo partían en 3: clero catedral, clero parroquial, clero conventual.
Hacia los años 50 antes de apostolizar al clero diocesano, el founder afirmaba que había que atajar la desorientación de los curas y evitar los abandonos. Empezaron la penetración en el clero parroquial especialmente entre curas de Castilla, Galicia, Andalucía, Navarra. En mis tiempo allí se quejaban de que el clero navarro era reacio al opus, habrían tenido altibajos y me extraña que no haya escaldados. Por esta zona tuve ocasión de ver semi ascensos de cura parroquial opus de cuyo nombre no quiero acordarme, de lo que me entra cuando se me viene a la mente.
Oliscón y ventanero, correveidile y más cosas.
Od se interesó en buscar adhesiones del clero rural, sugiriéndoles libros, reuniones que mitigaran su soledad en el campo.
El eje de su estrategia de control de la burocracia eclesiástica se centró en las relaciones con los obispos y en seguimiento metódico de la labor de sacerdotes diocesanos que se inició en los 50. Esta doble actividad se frenó a partir del concilio cuando od alcanzó la cúspide del poder político y hacía todo lo contrario a las directrices conciliares, que iban en la línea de separarse de él.
El alto clero, casi todos los obispos españoles conservaron su posición de antes de la guerra y en eso od fue un aliado. La mayoría de obispos eran curas en 1936, tenían unos 60 años, el founder era de su generación. Así salió el tipo medio de obispo español, sacerdotes celoso, preocupado por el mundo burgués y por los pobres, pero sin contacto ni con el mundo de los trabajadores ni con el intelectual, vigilante cuidadoso de la moralidad pública. Pastoral sobre bañadores. Sin mucho sentido social ni voluntad para buscar más soluciones que las heredadas desde hacía más de 400 años.
En la educación, uno de los sectores donde la Iglesia matiene su influencia social, od se volcaría con celo en los años 60. JLuis Aranguren expone los fallos de la Iglesia española en este aspecto: "el primero consistió en interesarse mucho más por el aspecto político, control de la enseñanza, que por el aspecto propiamente educativo, contenido y métodos. O dicho con otras palabras, planteó el problema de ¿Enseñanza por quién? mucho más que el técnico ¿Enseñanza de qué y cómo? El segundo error fue no haber orientado su actividad docente dándole un giro popular ¿enseñanza para quién?, por miedo, por espíritu reaccionario contestó, para la burguesía."
La burocracia sindical estaba constituida por los afiliados a la Falange durante la guerra, desde 1939 estaban alojados en los Sindicatos verticales. Hacia 1945 pudo hablarse de vertiente nacionalsindicalista del Estado. Luego su influencia fue disminuyendo y en los 60 los 2/3 de los sindicalistas eran franquistas antes que falangistas.
Los burócratas de los sindicatos franquistas recibieron buenos golpes por parte de los opus. En los sindicatos no entraron tan a fondo como en otras zonas del Estado. Todos los jerarcas del régimen franquista se decían militantes del Movimiento, y se denominaba falangista en los años 60 a quien tenía cargo en el COnsejo Nacional del Movimiento, Sec General del mismo, Instituto de Estudios políticos y el aparato burocrático de los sindicatos oficiales.
Una fracción importante de estos falangistas se hicieron opus. "No hay que olvidar, dijo Vidal Beneyto, que entre los miembros y amigos del opus dei que ocupan altos cargos públicos los únicos que tienen un pasado político son precisamente los sedicentes falangistas coo Mariano Navarro Rubio, Vicente Mortes, los hnos Salgado Torres, el sr Eugenio López López, los hnos Lacalle, el sr. Herrero Tejedor, los demás proceden del virginal anonimato tecnocrático."
Fernando Herrero Tejedor pasó a ser fiscal general del Estado y Vicente Mortes llegóa a ministro de Vivienda.
Enrique Salgado se mantuvo años como tesorero del Movimiento, jefe nacional de la Obra sindical del Hogar y Arquitectura. Su hermano entre otros cargos subgobernó el banco de España. Eugenio Casimiro López López fue director general de enseñanza primaria gracias a sus conexiones od.
Siguieron captando entre los sindicalistas: Isaías Monforte, jefe nacional de Cooperación, José Luis Taboada delegado nacional de provincias. Esnaola Raymond, Espinosa Poveda, Licinio de la Fuente, Bosh Estivil, Marco Cecilia de sindicalista vertical a dirigir la obra auxiliar opusina Sarpe.
Entre los políticos ascendentes procedentes de Falange que se adhirieron a od ninguno tan famoso como Adolfo Suárez, protegido político de Herrero Tejedor. Cuando Herrero que iba para primer presidente de la monarquía falleció en accidente de tráfico en 1975, ocupó el lugar Suárez. Había sido presidente de Acción Católica en su Avila natal y secretario del gobernador civil HT. Cuando HT fue trasladado a Madrid, le siguió Adolfo como relaciones públicas de presidencia del gobierno y luego director de la primera cadena de TVE. Más tarde gobernador civil y procurador en Cortes. Otra vez dire gral de radiodifusión y televisión en noviembre de 1969 y de ahí hombre clave de la transición.
El Instituto de Estudios Políticos era el organismo donde los intelectuales falangistas se cobijaron tras la guerra. A finales de los 60 ya había opus por allí: Alvaro Ors Pérez, Laureano, Gonzalo Fdez de la Mora. En Política económica: Mariano Navarro Rubio, JL Villar Palasí, Luis Coronel de Palma, Alvaro Lacalle Leloup, Juan Caldés Lizana.
En política financiera, en instituciones europeas estaban bien representados.
Las polémicas en la prensa fueron frecuentes entre falangistas y opus. Los desacuerdos hubo que arreglarlos en las altas esferas entre Solís, el jefe de los sindicalistas, y Laureano, líder de los tecnócratas. Se pudo apreciar el cerrilismo de los falange y la apertura y europeísmo de los socios de la obra de Dios. El potencial agresivo permanecía soterrado y solo afloraba cuando se metían con la Iglesia o con la obra o la persona de su founder.
El 28 de octubre de 1966 el mismo santo escribió a Solís rogándole que silenciara a la prensa falangista en su campaña difamatoria contra la obra dei. Concluía con una alusión positiva a las luchas entre fracciones políticas y señalaba que se abstuvieran de atacar a algo que estaba por encima de las pasiones humanas, od. "El od no ha entrado ni entrará nunca en política de grupos y partidos, porque su misión no es política", escribió en ABC.
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