PUERILES CONSPIRACIONES

  

Aprendiendo ballet en medio de un slum de Nairobi

Los seguidores de E quisieron realizar la síntesis entre ellos y la generación que hizo la guerra y habían llegado al poder. Se creían muy capacitados para ejercitarlo. Además de Carrero, otro padrino político fue Ibáñez Martín.

"En esta España caben la generación que termina y la que ahora comienza. La primera pide paz, continuidad, respeto; la segunda quiere progreso, desarrollo, creación. En la síntesis de ambas que ahora es viable, radica la posibilidad de una España futura que de nuevo tendrá que aportar algo al mundo" escribió RCS.

Los seguidores del founder se consideraron los representantes ideológicos exclusivos de la nueva generación, aquella generación de posguerra que despuntaba a finales de los 40. Los miembros confundían la parte con el todo y sólo alcanzaban a ser una fracción de dicha generación, pero ello no fue óbice para atacar a los coetáneos, recurriendo al fascismo clerical.

La generación de posguerra fue descrita por uno de ellos bajo el seudónimo de Juan Triguero, "fue aquella generación de jóvenes universitarios españoles, serios, rigurosos, que entre los años 40 y los 50 prometían ser los prohombres de la regeneración moral del país (...) aquella legión regeneradora que sentia el catolicismo como misión, la Hispanidad como destino y la política como moral; que fundaban publicaciones ardorosas como Alférez, La Hora y Alcalá y que habían hecho suya la sublime pamplina aquella de "mitad monjes y mitad soldados". 

La teoría orteguiana de las generaciones se aplicaba aquí:

"Nuestra generación...", "el destino generacional de..." La Guerra civil había dejando flotando en el ambiente la mitología del héroe. Los muchachos querían ser héroes de algo y como no podían serlo en la guerra eran los héroes de....su generación."

El grupo de intelectuales od sólo eran una fracción de la generación de la posguerra pero disponían de medios suficientes gracias al CSIC y se dispusieron a editar revistas como Arbor con cargo al presupuesto del Estado, lanzando proclamas de "nueva generación" como si fueran los portavoces o los únicos. En el núm de Arbor nov-dic de 1947  hay un art. de RCS titulado "nueva generación": Una nueva generación acaba de llegar a la vida española, en un estado de espíritu realmente singular en la historia contemporánea. Es este un hecho cierto con el que hay que contar, y que en adelante no podrá ser soslayado por nadie que quisiera comprender la efectiva y actual realidad nacional....La tarea quedó perfectamente delimitada y trazada en 1939. Eliminadas las heterodoxias religiosas que se convertían en heterodoxias nacionales, la reanudación y cumplimiento de nuestro destino obligaba a a la nueva generación a trabajar por la cultura católica."

En 1947 decía: "en nuestra sólida concepción de la vida, las instituciones educativas y de pura invest. científica científica adquieren la plenitud de su valor".

Sin grandes sobresaltos las primeras vocaciones  se habían alojado en instituciones educativas como el IB Ramiro de Maeztu y de  investigación como el CSIC, de ahí pasaron a ocupar cátedras universitarias, direcciones gral. en ministerios, entraron en el mundo de los negocios, en esferas financieras y se expandieron por todos los organismos del Estado incorporando nuevos socios y alcanzaron los ambicionados ministerios económicos hasta lograr afianzar un gran poder tanto político como económico.

Al principio la norma era usar "instrumentos ajenos" pero en 1951 Ibáñez Martín fue despedido del min. de Educación. Algunos se vieron obligados a emigrar de sus puestos pues la política del nuevo ministro Ruiz Giménez no les convenía. El grueso de los numes siguió en el CSIC con más cautela. 

Y empezaron a poner en pie sus instrumentos como el cole de Bilbao, La uni de Navarra, revistas como Nuestro Tiempo y La actualidad española. Estaban en forma en los años 50.

Hubo ataques virulentos contra la competencia, es decir, otras tendencias cobijadas bajo el dictador. Ataques que tuvieron el efecto de darles conciencia como grupo. El ataque contra terceros siempre fue una medida para calibrar el grado de agresividad del fascismo en potencia. Ya lo dijo el ideólogo de cabecera Ramiro de Maeztu "ser es defenderse", y no voy a ser yo precisamente quien le quite la razón. 

El año 1953 marcó la época del mayor esplendor en el poder de los propagandistas católicos al llevar la confesionalidad del Estado a ultranza y conseguir la firma de un concordato entre España y Vaticano. Y se celebró un memorable Congreso Eucarístico Internacional en Barcelona.

 

Joaquín Ruiz Giménez (1913-2009) fotografiado en la época en que "secularizaba" el régimen

Al mismo tiempo, miembros de la o que ya eran catedráticos como RCS, Florentino Pérez Embid, Antonio Fontán, Laureano, Jesús Arellano y otros denunciaban de modo sistemático en tertulias internas la traición a los ideales del franquismo de Joaquinito, como llamaban al nuevo ministro de educación, y se organización para tratar por todos los medios al intento de Ruiz Giménez, según ellos nefasto, de secularización de la tradición española.

Aquellas conspiraciones tenían un carácter pueril, como muchas otras cosas dentro de la famiglia, pero mostraban un talante antidemocrático y lo que ahora aún peor es que su propia secularización, siendo como eran miembros de un ISecular reconocido por la iglesia les importaba poco. La actitud obsesiva contra el ministro JRG llegó  a estar tan presente que Antonio Fontán, p.e., dijo que "él llevaba de examen particular cómo hacer cada día algo contra Joaquinito".

Empezó a vislumbrarse una clara división del trabajo entre los miembros od: el trabajo intelectual y el trabajo material. UNos eran los pensadores capaces de elevarse a la teoría, los pensadores activos como RCS y otros que sacaban su pensamiento elaborando la ilusión que el grupo se hacía sobre sí mismo. Los otros tenían una actitud más receptiva de los pensamientos, y eran los realmente activos, tenían menos tiempo de hacerse ilusiones. Como la cigarra cantarina y la hormiga laboriosa.

RCS sería durante la dictadura la piedra de escándalo para todos los que quisieron discutir las ideas representativas opusinas. José M Fontana reconoció públicamente en el diario Arriba, 11-07-56, que había contraído deuda de gratitud con RCS por su franqueza y por la perfecta disección de la estructura, de los papeles distribuidos y de las funciones asignadas (...) Nunca había visto con tanta claridad la esporádica misión de guardia - bombero, situado en un lugar bien visible para llamar y distraer la atención, ni nunca los caballeros que sirven sus fines propios, pero influyen y condicionan la política, habían confesado tan paulatinamente su actividad y aspiración a Maese Pedro (...) Pero institucionalizado el sistema, hecha pública su constitución y dinámica ¿qué se le puede reprochar? Cada uno irá a lo suyo: unos a la acción política a través de asociaciones no políticas, otros a recibir y a defender."

La importancia de RCS está en su producción como ensayista, que descubría las ambiciones y proyectos políticos de od. Sin embargo las constantes de su trabajo fueron la justificación ideológica a toro pasado y la superficialidad en el análisis de la coyuntura, es decir, el oportunismo político.

A veces recurrió a un enfoque liberal que intentaba disimular sus fuertes convicciones antidemocráticas y así confesó: "que por la relación que ha tenido con mi propia experiencia, tan solo quiero referirme a Maritain cuyo libro "Antimoderne" influyó descisivamente en mi primer período, aunque menos que sus libros posteriores de teórico de la libertad y la democracia."

Cabe preguntarse ante esta afirmacion si habían asimilado tan bien a Menéndez Pelayo, Ramiro de Maeztu, Carl Schmitt y Donoso que consideraban innecesario el citarlos o se se debía al disimulo con el que se intentaba esconder el fascismo clerical que era su base.

Herbert R. Southworth, el primer historiador crítico serio de la historiografia franquista autoensalzadora descubrió las patrañas del grupo en su libro El mito de la cruzada de Franco. En referencia un ensayo de RCS titulado "Literatura universal sobre la guerra de España" señala:

"si el muro con que la censura ha mantenido en la ignorancia al pueblo español durante 25 años se resquebrajase, todo este cuerpo de información en su inmensa mayoría crítico del régimen y de la sublevación de Franco, estaría al alcance del lector español. Puesto que no puede ser ocultado por más tiempo, los intelectuales franquistas deben diluirlo convenientemente a través de sus interpretaciones (...) La posición intelectual de estos publicistas franquistas es, desde luego curiosa. Escriben frecuentemente sobre libros que no pueden circular en España, libros que se suponen no poseen ni críticos ni lectores. Un detenido estudio del libro de RCS muestra que la lista intelectual del od se basa casi íntegramente en el trabajo de otros y en que ha leído muy pocos de los libros sobre los que pontifica.

La vaguedad y el desorden que caracterizan el trabajo de RCS se deben en gran parte a la utilización desconsiderada de las obras de otros 2 críticos Aldo Garosci y Jürgen Rühle. Por lo tanto puede afirmarse que el intelectual del od toma su material de fuentes secundarias y en forma arbitraria, caprichosa y artificial con el fin de desacreditar políticamente a los enemigos del régimen franquista y no de informar debidamente a los lectores españoles."

Los innumerables libros de RCS fueron recopilación de artículos, ensayos o notas, publicados en numerosos periódicos o revistas de España y en algunas de Europa. Su posición como director del Dep. de Culturas Modernas en el CSIC le permitió trabajar sin preocupaciones y sin carencia de medios en un terreno y estratégicamente inmejorable.

El contaba de sí mismo: "nacido en una familia de cristianos viejos, mi formación fue de signo tradicional. Hijo de un obrero metalúrgico que había sido uno de los líderes del sindicalismo católico en Valencia y después creó una modesta industria, me eduqué entre gentes de derechas." Quintacolumnista en la guerra civil, luchó en el bando republicano formando parte de las Brigadas Internacionales, lo que no fue obstáculo para que se hiciese ACNP y luego catedrático después de adherirse al od. Luego llegó a afirmar que fue la última vocación antes de la guerra, y aunque consta que se entrevistó con el founder en 1936, su miltancia fue efectiva a partir de 1940. Doctor y prof. adjunto de filosofía y letras en 1940, catedrático en 1942, no ocupa su puesto docente en la u. de Madrid hasta 1946. Un año antes había empezado su carrera de publicista con el ensayo "Valoración europea de la historia española".

Publicó 7 libros y otros trabajos menores. Su obra se puede dividir en dos períodos de una década cada uno. A partir de 1949 aparecieron España sin problema, Teoría de la Restauración, La configuración del futuro y Política de integración en 1955.

En 1953 publicó en Ecrits de Paris el art. "La política interior de la España de Franco". El ataque político a las demaś familias franquistas fue tan violento que fu destituido de su cargo de dir. del Dep. de culturas modernas en el CSIC, que tan bien le había venido para su trabajo de publicista. Animado por la propaganda gratuita de la destitución y haciéndose el perseguido por la dictadura publicó en 1954 y de modo confidencias un panfleto de 80 páginas "España después de los tratados" donde insiste en su posición teórica atacando duramente a sectores de la dictadura refractarios al fascismo clerical como los falangistas del aparato sindical o el equipo liberalizador de Ruiz Giménez. También llegó a hasta atacar duramente la censura de prensa que ya estaba en manos de opusinos.

A mediados de los 50 culminaban la fase de instrumentos ajenos y pasaban a instrumentos propios que les llevaría a una actitud política más decidida y en la que la agresividad ideológica iba a tomar formas nuevas.

Todo de Ynfante que lo investigó a fondo.