MUDANZA OBLIGADA
Aquí arriba Jean Pierre, los amantes de la montaña de la zona, reconocen "el monstruo de monte", como un pez con la boca abierta. La importancia del "parecer" se puso de manifiesto todavia mas con el affaire Da Vinci de Code. En este caso od se preocupó únicamente de proteger su sacrosanta imagen, mas que la doctrina católica cuestionada por Dan Brown. Od pudiera haber sacado a la palestra a su legión de expertos para combatir las alambicadas tesis teológicas del bestseller. En efecto, este libro propone puntos de vista controvertidos. Como el arrianismo, la herejía que decia que Jesús no era el Hijo de Dios, o que Jesús propuso una doctrina oculta, o osadas ideas sobre la familia del Mesías....se podía haber discutido. Pero lo único que sacaron fue su imagen bondadosa y benevolente y su adhesión incondicional a la enseñanza papal. Un argumento de autoridad.
Cuando salió la película Da Vinci code od lanzó su operación transparencia a nivel planetario. En NY un supernume africano, un golden boy de la finanza, casado con 3 niños, contestó a las preguntas de los periodistas. Se llama igual que el monje albino de la película. En Francia varios centros desde Toulouse a Estrasburgo organizaron jornadas de puertas abiertas para la prensa.
Como si od fuera opusiano antes que católico, como la imagen de la Iglesia importara menos que la suya propia. En Canadá el dr Pierre Mailloux, medico psiquiatra, dice en la radio que Jesús era un esquizofrénico. Que yo sepa nadie od reaccionó, no se movilizó un solo supernume para defender a Cristo. Esta prelatura solo lucha por su reputación. ¿Está dentro de la Iglesia? ¿es un anejo a la Iglesia? ¿es el nuevo santo de los santos?
La obsesión por el escaparate llega lejos. Colisiona con el desinterés frente al dinero que debería ser la propia de una organización que busca la santidad. En 1990 vivíamos en un piso de 60 metros cuadrados. Estaba embarazada de mi quinto. Y la directora espiritual me dijo que no podía seguir así, que mi piso daba una mala imagen de la obra: tenemos que pensar seriamente en una mundanza. No era la primera vez que me lo decía, pero en aquella ocasión lo decía de modo imperativo y firme. Semejante consigna solo tenía como inspiración el cuidado de las apariencias. Nunca se preocuparon del bienestar real de mi familia.
Lo único que les preocupaba era que si tenía invitados iban a llevarse una mala imagen de la obra al ver mi casa. Cuando nació mi quinto niño obedecimos y nos mudamos a un sitio más espacioso.
Además de la casa, el coche también "da imagen". Teníamos un mini bus Mitsubishi de segunda mano un poco feo. Nos lo había cedido una familia numerosa. Era espacioso, iba bien, nunca se averiaba. Lo feo era la carrocería, tiene algunos roces y óxidos. Los asientos y las alfombrillas se veían viejos pero a pesar de todo nos iba estupendamente. No les iba a los opus ya que la numeraria como parte de la dirección espiritual me dice que tenemos que comprar un coche de más calidad porque el que tenemos no da la imagen adecuada de una familia de la obra. No teníamos dinero y por ello no cedimos....
Cada miembro od tiene que comportarse como si de un hombre anuncio se tratara, cada familia tiene que ser una familia ideal que los demás tengan ganas de imitar. Vivíamos en una continua representación. Cada uno tenemos un papel, teníamos que dar imagen perfecta, como si estuviéramos en un reportaje del ¡Hola!
"Un santo triste es un triste santo", otra cita a menudo repetida. Ya que estamos en un camino de santidad tenemos que estar siempre alegres. Se nos promete el cielo, paraíso, la aureola, no podemos estar tristes. Llenas de esperanza y confianza en Dios, de alegría espiritual. La tristeza está prohibida, ¿qué ejemplo íbamos a dar a los demás si estuviéramos tristes? nadie tendría ganas de seguirnos, por eso la sonrisa siempre de oreja a oreja. La apariencias, siempre las apariencias. ¿donde queda el espiritu de verdad? ¿al hacernos del opus perdemos la humanidad? ¿dejamos de ser iguales al resto de los mortales?
Desde mis primeros pasos en el opus cuando me hice super en Roma tenia que haberme dado cuenta de la mascarada. Tuvimos una tertulia reunion con el prelado, Alvaro del Portillo en una lujosa residencia opusina en los alrededores de Roma. Entramos en la sala, las numerarias se volvian locas colocando un jarron de flores, el canapé, el estrado...Todo el mundo super agitado, estábamos como en una colmena. Todas quieren saludar al padre, tocarlo, que te bendiga. No entiendo el frenesí, es la primera vez de mi vida que asisto a un fenómeno semejante. El ambiente se electriza, cada cual revisa cómo va vestida, peinada, maquillada.
Justo antes de que aparezca el prelado se me acerca una supongo nume y me da un papel. Me dice que es una pregunta que tengo que hacer a del Portillo. Miro el papel, tengo que preguntar sobre la confesión. No es un tema que me apasione, pero ya que me han designado para hacerlo tengo que asumir. Cuando me acercan el micro, me levanto y pregunto. No entendí nada de lo que el prelado me contestó en español, me tradujeron fatal. Pero pongo cara de que ha parecido interesante y bien, sonrío y me siento. En mi interior me pregunté en qué puesta en escena estaba participando, no habia sitio para la espontaneidad. Todo estaba preparado de antemano, preguntas, respuestas, todo. Me da la impresión de no ser yo, no me reconozco, me callo y me trago una vez más la situación.
Criticaba por dentro pero no tenía la valentía para reconocerlo, me lo echo en cara a mí misma. Me faltó personalidad para resistir a lo que me estaba pasando y a la vez me pregunto si soy la unica que se siente asi. Ya entonces quise irme de Roma, salir del grupo, no oír hablar de vocación, de camino de santidad, de opus dei, pero me quedé, seguí siendo buenecita como si fuera una niña pequeña.
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