UNA PAREJA DE "SUPERS"

 CUENTO INTRODUCCIÓN

Juanito y Juanita vivían en un gran huerto donde la vida diaria estaba bien organizada gracias a la presencia atenta de jardineros calificados que ofrecían consejos sobre comida y vida saludable para ayudar a los conejos bajo su gobierno a merecer algún día ir a divertirse en el gran parque del Edén.

El cuento de Perico el conejo travieso :: Imágenes y fotos

Cada semana, organizaban una pequeña reunión para recordar los principios que deben observar todos los conejos. A Juanita le encantaba porque quería sobre todo conocer este famoso jardín y su Dueño.

Después de unos años, ciertas costumbres le empezaron a parecer extrañas: en particular, la obligación de comer solo zanahorias ... cocidas.

"¿Para qué sirven nuestros dientes", preguntó, "si no es para roer y mordisquear verduras crudas?"

"Es lo mejor para evitar las trampas del zorro", le dijeron. El zorro devora a los conejos que hacen lo que les da la gana. Al consumir solo nuestras propias zanahorias bien cocidas, los conejos ya no tienen que preocuparse. "

Otra de sus recomendaciones fue quedarse mirando el sol dos horas cada día, lloviera o tronara. A veces, los conejitos lloraban de hambre o querían llamar la atención de sus padres, pero los padres estaban demasiado ocupados haciendo los ejercicios que dictaban los jardineros.

Juanito cumplió fielmente las obligaciones a las que se había comprometido cada conejo del huerto. Cuando tenía tiempo antes de entrar en su madriguera para dormir, buscaba un trébol de cuatro hojas para dárselo a Juanita, pensando que ella lo agradecería.

Hay que decir que cada conejo tenía un jardinero de servicio a quien  relataba regularmente sus penas y alegrías a cambio de lo cual recibía una nueva ración de zanahorias cocidas suficientes para dos semanas.

Los jardineros se ponían muy pesados con la limpieza. ¡Había que lavarse antes de ensuciarse! El conejo o coneja tenía que acudir a un jardinero certificado para comprobar que el abrigo brillaba por todas partes. Esta costumbre hizo que algunos conejitos se volvieran muy escrupulosos.

Mientras charlaba con otros conejos que vivían fuera del gran huerto, Juanita se dio cuenta de que había otras formas de llegar al Jardín del Edén que se adaptaban mejor a su naturaleza de herbívoro.

Se lo contó a Juanito, pero Juanito no se inmutó: los jardineros tenían una visión más alta de la situación que ellos, ¡pobres cuadrúpedos! "Exactamente", respondió ella, "razonan como si fuéramos de la misma raza, ¡ese es el fallo! Y a fuerza de descuidar nuestros dientes, ¡terminaremos perdiéndolos! "

Estas reflexiones llenaron a Juanito de estupor. Buscaba un nuevo trébol de cuatro hojas para calmar a su coneja y convencerla de su buena voluntad.


Al final, Juanito se sinceró sobre sus dificultades para entender a su coneja durante una entrevista con su jardinero. Pero éste no dijo nada, no le preocupaban las relaciones sociales entre conejos que vivían en la misma madriguera.
Como ayuda le dió un mini rastrillo y una mini pala.
Así fue como a Juanito se le  abrieron de par en par los ojos del corazón: 

"Este jardinero ha conseguido que confunda tocino con velocidad". Regresó corriendo a casa y le dijo a su Juanita: "Te prometo que a partir de ahora morderemos las zanahorias crudas que hemos recogido, inventaremos nuestras propias volteretas y viviremos con mucho amor! "

“Gracias, gracias, ¡qué feliz soy! respondio Juanita.

Los dos conejos - Mundo Primaria

Al día siguiente, hicieron las maletas juntos y partieron en busca de una madriguera acogedora, sin jardineros.


Reacción de Sophie al cuento:

¡Me gusta mucho la metáfora del conejito! Tuve 10 hijos, y pasé 25 años alternando embarazos y lactancias ¡muy adecuada historieta!

Solicité la admisión en el "Opus Dei" con 19 años, tras un desamor, embriagada por la promesa de afecto estable que encontré dentro de la Obra, y por el ideal muy gratificante de la vocación de supernumeraria, estimulada por mi adorado padre, supernume, con el que tenía una relación formidable.


Corrí a los brazos del primer supernumerario que me cortejó y obviamente a mi padre le pareció  excelente pareja, .. Pasé de una relación fusional a otra, incapaz de experimentar el amor de otra manera. Mala suerte, aparentemente. 

La dificultad fue mi juventud y que no aprendí a pensar antes de actuar,  me tragaba todo lo que me decían sin pensar. Así que  durante años viví como una pequeña, buena, dócil y obediente conejita hasta el agotamiento. 

Mi marido por su parte se mostraba totalmente indiferente a la situación. Mientras yo marcaba las casillas del cumplimiento, él era feliz, y cuando hacía falta se convertía en un ser dictatorial y despótico. 

Por el camino, mi natural bastante libre y caprichoso se apoderó de mí porque prefiero las zanahorias crudas, fui a buscar en otra parte por mi cuenta, ya que él no quería oír hablar de ellas. Todavía no puedo decir si Opus tuvo una influencia sobre su comportamiento, creo que no lo necesitaba para rechazar la reflexión y la apertura. Sin embargo pienso que opus  no le ayudó a tomar conciencia, porque mientras yo pedía ayuda y usaba todos los medios de que disponía: dar la lata a la numeraria con la que hacia la charla, lo mismo con el cura en la confesión, hablarle sin parar de lo que pasaba en nuestra casa:  la violencia, la violación conyugal, la esclavitud misógina, la inmadurez de mi marido para ser padre, la violencia contra nuestros hijos que se le enfrentaban...., ,mi marido supernume seguía su  vida sin preocuparse nunca por nada, y el cura nunca respondió a mia llamadas de auxilio. 

Me dí contra un muro de hormigón: el de la separación absoluta entre las dos ramas opusinas, masculina y femenina, el de la impotencia de quienes se dan cuenta de que hay un problema pero que no tienen poder o no quieren tenerlo para cambiar las cosas.

Terminé dejándolo. Me fui sin mis hijos porque no tenía casa ni salario y me estaba muriendo. Viví en una habitación de prestado y visitaba a mis hijos  todos los días para que vieran que no los había abandonado.

No renové mi compromiso con el "Opus Dei" porque me dí cuenta de que para ellos  el  "compromiso indisoluble" contaba más que mi supervivencia, las numerarias  viven "en la tierra de los conejitos" donde nada malo puede suceder. 

Mi sentimiento de culpa cuando fui supernume era tan fuerte, que cada vez que volvía de la charla o del confesionario, mi marido ganaba terreno… y todo volvía a empezar como siempre sin que nada cambiara una coma. Había que "ser obediente hasta la muerte y muerte de cruz", en cuanto a la santificación del cónyuge no sé qué pensar... 

Sentí que les convenía que no renovara mi compromiso opus, incluso una nume me sugirió, diciéndome que "era demasiado para mí", probablemente lo hizo por caridad (lo hizo porque se lo dijeron que lo hiciera, melona), pero también porque ella no podía luchar, es peligroso salir de tu zona de confort y cuestionar la autoridad de la Obra.
 

 Desde entonces no supe más de ellas. Las únicas personas con las que he mantenido relación  son otras mujeres que podrían dar testimonio del mismo tipo de cosas que yo y que han dejado la Obra.

(...)

El founder decía que había que ser "salvajemente sinceros", creo que lo soy, lo mismo que fui "salvajemente fiel" a mis expensas e iría contra mi  propia conciencia si dijera otra cosa diferente a lo que acabo de escribir.
Sophie Canetan

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Me ha gustado este cuento, cómo empiezan en el opus con buenas maneras y no os preocupéis ,nosotros os daremos zanahorias cocidas todos los días a cambio no os tenéis que preocupar eso al principio luego te dan la pala que hijos de ...... son
Ricardo Pérez Roda ha dicho que…
El problema con el sectarismo fanatico. Los que siguen dentro, se quedan dentro, por las razones y circunstancias que sean. Porque les interesa, porque creen en ello, porque la institucion a la que pertenecen les parece lo mas del mundo mundial. El problema de toda esa gente es que no son personas, estan completamente deshumanizados, son personas insensibles a cualquier afecto humano. Ellos y las Instituciones a las que pertenecen. Viven en su universo, creen en su universo, por lo tanto cualquier acercamiento es inutil. Quizas se den cuenta de su deshumanizacion extrema pero lo dudo. En mi opinion, lo mejor es mantenerse alejado lo mas que uno puede de personas tan deshumanizadas al extremo. De lo contrario de no alejarte, el daño personal que pueden causar en tu vida, puede ser desconcertante, gravoso y muy dañino. No puede existir dialogo, comprension ni reciprocidad, con personas que viven vidas deshumanizadas.
Ana A ha dicho que…
No hay más que mala idea en esos cuerpos
el que no la tiene acaba fuera y enfermo de por vida
"el arte de hacerse el tonto"
el problema es que no hay más que intereses en lugar de humanidad
amor a la justicia y la verdad, a eso lo llaman "complicación"
Magí Ribas Alegret ha dicho que…
Eso, "no hay más que intereses en lugar de humanidad", extensible al entorno familiar de los numerarios/as, y supernumerarios/as, aunque menos. De ahí la reacción airada de la parentela contra los que dan puerta al OD, porque pierden las ventajas que tenían con el hijo, hermano o próximo dentro.

Lo mismo que antes con los que colgaban los hábitos, pero elevado al cubo.

Imaginemos un juez, fiscal o médico con ese "software" instalado, ¿satanismo con otro nombre?

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