MUERTE SÚBITA

 ¿El caso bar España era un cluster de pedófilos de pedigree? ¿tipo Epstein y su isla de famosos? al final parece ser que a Epstein lo suicidaron. 

"En los 90 vivía en Suiza, la formación opus tienen lugar en diferentes ciudades helvéticas. Un día tenía que ir a un retiro a Zurich. Hacía calor, llevaba falda y un top sin mangas que me parecía de lo más decente.

En la estación de tren me reuní con una nume, durante todo el viaje no paró de mirarme con fijeza, me sentí incómoda y acabé por decirle que sí en efecto, llevaba una vestimenta poco pudorosa, mostrando escote y brazos. Me sentí culpable. No abrió la boca pero su mirada lo decía todo. En cuanto llegamos a Zurich me cambié de ropa.

Mi sorpresa llegó cuando la directora del centro me pide que de una charla a las demás sobre el modo de vestirse y la modestia en el vestir. Así que la otra se había chivado de mi ropa, la directora supo reaccionar, me sentí atrapada, me tocaba autoflagelarme en público. Procedimiento más que perverso. Los habra peores.

Un día invite a una amiga que vino con su primer hijo, un bebé de 3 meses. Mi quinta niña tenía la misma edad. Estuvimos toda la mañana de compras. Luego la invité a comer a mi casa. Acostamos a nuestros respectivos bebes en sendas habitaciones.Hicimos pizzas. En cierto momento me acerque a ver el bebe de mi amiga, estaba muy pálido, me pareció muerto. Pero la mantita subia y bajaba con la respiracion. De todas formas sus padres tambien son palidos, pensé. 

Mi marido viene a comer. Comemos, charlamos, tomamos café. Después les toca a los bebes. Cuando estoy cogiendo a mi niña, oigo el grito de mi amiga: su bebé está muerto. Lo cojo en mis brazos y en efecto es como un muñeco de color azul. Mientras que mi marido llama a la ambulancia intentamos el boca a boca. El bebé regurgita un poco y pensamos que es buena señal. La ambulancia llega y se lo llevan al hospital.

Me parece ver la escena a cámara lenta, cuando llegamos mi marido y yo al hospital nos enteramos de la muerte súbita del bebé. Los padres están hundidos, yo no sé qué decir, siento que se me revuelven las tripas y me lo echo en cara. Cuándo había entrado en la habitación ¿el niño estaba ya malito? no me paré a mirar, no me fié de mi intuición, me obsesiona su carita pálida, me siento culpable por no haber hecho todo lo posible por salvar su vida. Yo tengo 5 hijos y mi amiga acaba de perder su único niño.

Ese día me tocaba ir a Ginebra al llamado "círculo", una charla impartida por una nume a las supernumes. Llamo por teléfono para avisar de que no acudiré dadas las circunstancias. Me contestaron que tenía que ir, que sería bueno para mí precisamente acudir al círculo. Acudí descompuesta. Me recibieron de modo extraño. La directora me sermonea sobre que una persona del opus tiene que tener siempre buena cara, alegre. Mi comportamiento no es digno de una supernumeraria, se me ve deshecha y mi reacción no honra al opus dei.

Ni una sola palabra de consuelo ni alivio salió de su boca. No tuve fuerza en ese momento de responder a las críticas, encajé los golpes con breves "Sí" y "no". Me sentía aniquilada y del viaje de regreso a Lausana ni me acuerdo de lo fatal que me encontraba.

Más tarde, revolucionada como estaba por la muerte del primer hijo de mi amigo se lo conté todo al cura en la confesión. Le dije que me sentía culpable que si hubiera escuchado mi intuición el bebé seguiría vivo. ¿Por qué murió ese bebé y no otro? le digo que me cuesta hablar con mi última hija a la que inconscientemente guardo rencor por seguir viva. Necesito que me ayude y me comprenda, que me explique lo que pasa y me acompañe en mi dolor y camino de aceptación.

Su respuesta me dejó todavía peor. Me dijo que estaba viendo las cosas de modo demasiado humano, que no avanzo, que mi reacción es indigna de un miembro del opusdei, que no me entero de nada. ¡Y sigo sin enterarme a día de hoy!

Nadie se preocupa de mis dos hijas que fueron testigos del drama. Mi marido se comporta con la misma frialdad que las numes. Nadie me da consejo ninguno. A nadie parece importarle el hecho. La tragedia de la muerte del hijo de mi amiga quedará como "lo no dicho". Me ví sola en medio de la incertidumbre. ¿Por qué no exploté? Tendría que haber protestado por ese comportamiento inhumano. Pero en aquella época estaba como zombi. Después de la confesión con el cura estaba todavía peor, con más dolor. Me hacía preguntas ¿seré anormal? ¿por qué soy la única que padece por el fallecimiento del bebé? ¿por qué a los demás les importa nada? ¿Soy tan débil?

De todas formas tomé la decisión que sería la última vez que le contaba a un cura del opus mis más íntimos pensamientos y sentimientos. Después de aquello mi relación con opus dei será pura superficialidad. Nada más. Va creciendo mi deseo de abandonar, pero por el momento seguí adelante.