LA HISTORIA DE JD VANCE. ADULACIÓN

Intersante biografía la de JD Vance, un crápula con buena pinta como todos los colegas que llegan a ese nivel de poder. En su país y en el mundo, ya que es el centro del imperio. Como le hemos visto de conferencias en el CIC y mostrando familia tradicional, santificando el trabajo, últimamente regañando como si fuera un chiquillo al "Presi" de otro país....es útil conocer algo de su vida. Biografía que él mismo escribió y que ya está en Netflix a sus 40 y pocos años.

Empezó siendo Demócrata y diciendo barbaridades de quien ha llegado a ser vicepresidente.Aquí se asegura que pica más alto. Apasionante. 

He visto más vídeos de estadounidenses ilustres, cortados por el mismo patrón de la la canonización de nuestras virtudes favoritas para crecer "allá dentro".

Me ha interesado el tratado de la Adulación y el adulador de Plutarco, porque es una moneda corriente en sociedad para triunfar.

ADULADORES y AMIGOS

Después de la maratón geoestrategia, vuelvo al nervio de la guerra espiritual. Pueden con nosotros porque se agarran a nuestras tendencias más humanas, normales, sanas: hay que quererse a uno mismo. Sin autoestima no hay seguridad, y sin seguridad en uno  mismo, no hay autoconfianza. En condiciones de poco amor y poca confianza en una misma, difícil tomar decisiones, caminar en la vida.

Es un fallo quedarse en la autoestima, el autoconocimiento y la autoconfianza, son condiciones imprescindibles pero no bastan. Necesitamos cultivar el espíritu, hace ejercicios espirituales como en la Antigüedad. Nos pensamos que San Ignacio los inventó, pero vienen de antes y están en otras culturas.

 Somos seres espirituales, de un tipo que viene de la India me quedé con esta frase:  “Estamos navegando juntos por los mares de la inmortalidad, ese es el vínculo verdadero”.

 

Plutarco nos enseña “El inconveniente de tener muchos amigos”. Fundamentalmente porque no puedes atender a todos como se merece cada persona, no se le puede dedicar la energía necesaria a todos y cada uno si son muchos.

“Si pretendemos cultivar amistades que sean verdaderas y provechosas no debemos precipitarnos, sino entregarnos tan solo a las personas cuyas cualidades y  virtudes hemos tenido ocasión de comprobar en muchas ocasiones…

Y es bien cierto que la amistad es una fuerza que como el cuajo de la leche parece perseguir un vínculo igual de estable y sólido entre quienes participan en ella. Y, sin embargo, para que esta unión sea posible ha de ser, sin dudarlo, íntima. Si se pretende trabar amistad con muchas personas, entonces vemos que el vínculo se afloja, y se destensa, igual que el cuajo es incapaz de sujetar la leche si la cantidad de leche supera sus posibilidades. Quien aspira a presumir de tener una gran cantidad de amigos debe vivir de un lado para otro, de un presunto amigo a otro presunto amigo. Y con todo este trajín y movimiento no le permite a la amistad que cuaje con nadie, pues la amistad exige  un trato íntimo que a su vez exige tiempo, y quien tiene abundancia de amigos no disfruta de tiempo para todos, de manera que la energía  de la amistad se esparce y malgasta y se seca sin que llegue a servirle de provecho.”

 

Nos pone en la pista de nuestras falsas amistades opusinas, no eran amigas, eran “ de comercial”. Las “amigas” acababan viniendo al centro por educación ante tanta insistencia. Solo una vez, una me dijo a la cara la verdad de lo que estaba haciendo, éramos adolescentes y fue capaz de soltármelo. Las demás “amigas”, compis del insti o del cole, simplemente me dejaban plantada. Esta me puso las cosas claras: “lo único que te importa es que vaya al centro del Opus”, no era así, pero me estaban formateando para hacer eso. Comunicación unidireccional, machaque constante sin poder contestar ni dialogar porque partíamos de que “Dios lo quería”: hay que hacer apostolado, si no haces apostolado, estás muerta, “hiedes” como un cadáver. Día tras día, mes tras mes, año tras año. Siempre la misma canción. No había variedad de canciones ni de voces en nuestra vida de adolescentes captadas.

Otro ejercicio, desenmascarar al adulador. Es su baza para hacer adeptos, también para recuperar ex adeptos. Tras haberte machacado son capaces de recomenzar con la estrategia aduladora, realmente cuando te dejas tragar por una maquinaria de este estilo pierdes la conciencia, la humanidad, la capacidad de sentir, de aprender, de ser tú misma. Eres un robot cumplidor de órdenes.

“Si bien Platón nos ha asegurado que todos están bien predispuestos a perdonar a quien se ama mucho a sí mismo, esta actitud, entre otros males, provoca el mayor de todos: nos imposibilita juzgar con imparcialidad nuestras propias acciones.

“Ante lo que de verdad ama el amor se queda ciego”

(Me pasa con perros y gatos…animales domésticos en general, inocentes criaturas sin doblez)

Con una sola excepción: cuando el estudio nos ayuda a romper la costumbre de querer lo que nos es familiar y bien conocido, nos predispone a estimar lo que es bueno por sí mismo. Así es como el adulador dispone de mucho territorio fértil donde sembrar sus espinas:

Sobre el amor que sentimos hacia nosotros mismos puede levantar el campamento base desde el que atacarnos. Pues al ser cada uno de nosotros el primer y mayor adulador de cada uno de nosotros, admitimos de muy buena gana a quien desde el exterior viene a sumarse con el testimonio de sus elogios a nuestras convicciones y anhelos.

Aquel a quien se le acusa de dejarse seducir por los aduladores sin duda es el primero en quererse bien a sí mismo, y aliado a su benevolencia ya está convencido de antemano de disfrutar de todas las cualidades; y pese a que reconozco que un hombre puede tener muchas cualidades, no está de más recordar que se trata de una creencia arriesgada y que debemos administrar con mucha precaución.

Si es cierto, como nos asegura Platón, que la verdad no solo es algo divino, sino también el fundamento: “de todos los bienes que pueden disfrutar tanto los dioses como los hombres”, el adulador está en peligro de convertirse en un enemigo de los dioses, muy en particular del dios Pitio, pues el adulador no puede sino contravenir a cada paso la máxima según la cual lo propio del  hombre es “conocerse a uno mismo”; pues el adulador, al inducir a los hombres a engañarse sobre su propia naturaleza, los sumerge en la ignorancia de cuáles son sus virtudes y sus defectos.

 

¿En quién se ceba el adulador?

“Si como sucede con muchos males el adulador se dedicase a ejercer su pésima influencia sobre los hombres indignos y vulgares no sería tan terrible su acción ni tan urgente la conveniencia de atajarlo. Pero así como la carcoma prefiere penetrar en la madera más tierna y dulce que encuentra, el adulador prefiere alimentarse de los caracteres más virtuosos y honrados, de los espíritus más ambiciosos que encuentra entre los hombres.