TOTALITARISMO Y FANATISMO
Las máximas y consignas elaboradas por el propio Padre/fundador son tajantes y no dan lugar a controversia. Así leemos en Camino:
941: "Obedecer..., camino seguro. - Obedecer ciegamente al superior..., camino de santidad. - Obedecer en tu apostolado..., el único camino; porque, en la Obra de Dios, el espíritu ha de ser OBEDECER O MARCHARSE".
484: "Tu deber es ser instrumento".
617: "Obedeced, como en manos de un artista obedece un instrumento - que no se para a considerar por qué hace esto o lo otro - seguro de que nunca se os mandará cosa que no sea buena y para toda la gloria de Dios".
622: "¡Qué bien has entendido la obediencia cuando me has escrito: 'obedecer siempre es ser mártir sin morir!”".
619: ”... nunca olvides que eres solamente ejecutor".
Por su parte, las Constituciones de la Obra de 1950 (no vigentes hoy en la letra, sí en el espíritu) abundan en la obediencia; citaremos como ejemplo algunos de sus artículos:
Artículo 31.3.- Dondequiera que haya dos miembros del Instituto, a fin de no verse privados del mérito de la obediencia, ha de guardarse siempre una cierta subordinación, por medio de la cual el uno quede sometido al otro según orden de precedencia".
Artículo 148.- La incorporación al Instituto exige un voto privado comunitario reconocido de obediencia. En virtud de ese voto, todos los miembros del Instituto, Numerarios y Oblatos (más tarde llamados Agregados), profesan una obediencia plena y en todos los aspectos al Presidente General (a partir de 1983 Prelado, hoy Moderador) y a los propios superiores.
Al neófito del Opus Dei se le dice textualmente: "Renuncias a ser tú, para ser Opus Dei".192 No existe abdicación tan completa del individuo en provecho de un aparato burocrático como la que se lleva a cabo en el Opus. Escrivá escribió en una de sus misivas a sus hijos: "El que pone la mano en el arado no debe volver la cabeza atrás". En la Obra se practica una intransigencia a ultranza, en una actitud orgánicamente totalitaria.
Hay una canción o himno que se canta a menudo en 109 centros e instituciones del Opus Dei. Se titula "Anda, borrico". También otra letrilla dice: No se va de mi memoria / lo que me han dicho al llegar / Vas a ser burro de noria / Borrico siempre serás...
El propio Antonio Senillosa, ex-diputado y que ocupó una dirección general en el Ministerio de AAEE manifiesta que'”" no es partidario de "obedecer ciegamente al superior" según reza la máxima 941, añadiendo que "Camino me parece un libro delirante y de una aterradora pobreza intelectual".
En la Obra se repite machaconamente y con insistencia: "¡si no puedes alabar, cállate!por directivos de la Obra y personas muy preparadas.
La obediencia ciega se conjuga con el control de los miembros, que abarca el control de gastos, lecturas y horario de actividades, A independientemente de que al militante se le dan directrices a través de la confesión, cuyo secreto se viola para participar al superior en los planes político-religiosos de la Obra.
Cada semana el Opus edita una lista de novedades literarias clasificadas y calificadas según su estricta observancia.**” Un círculo al lado del título de una obra significa que puede ser leída por los socios con cuidado. Dos círculos que sólo puede ser leída por directivos de la Obra y personas muy preparadas. Tres círculos es la condenación al olvido: nadie puede leerlo.
Las revistas de información general están prohibidas. Como decía el Fundador "hay que cuidar la vista, la revista y la entrevista".
Nos cuenta una ex-miembro de la Obra que una vez se dirigió a la encargada de la biblioteca para que la dejase un libro para leer. Recuerda que la dió El principito a pesar de que tenía 23 años y ya lo había leído doscientas veces. Cualquier libro que, según sus inefables criterios contenga peligro, no se puede leer.
Otro ejemplo: testimonia M. R. Son que pasó 14 años de su vida en el Opus. Fue presionada para que ejerciese su profesión tal como la Obra deseaba. Tras estudiar Filosofía y Letras ejerció como profesora de arte y decoración; fue la directora de Delsa, empresa que coordina las librerías del Opus y después, durante seis años, directora de la sala de arte Neblí. Debido a su prestigio, a los 15 días de salir del Opus ya dirigía la Sala Durán de Madrid. M. R. S. opina que "en el Opus no se te deja avanzar como persona, ni pensar. Tus directoras viven obsesionadas por los peligros que conlleva una vida laboral normal para una mujer. Si llegaba a casa más tarde de las 21,30 había bronca. No podía tomar café con un cliente y para hablar con él tenía que tener la puerta abierta. Profesionalmente no podía leer nada sin el correspondiente permiso".
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