Lecciones que Escrivá sacó de la segunda república


Así que ya tenemos otro agregado (miembro del opus célibe que no vive en un centro, es decir, da todo su sueldazo al Opus, menos lo indispensable) seguro, Juan Cotino, ¿que fue director de la policía con Aznar? ¿y ahora cargo en Valencia? interesante.
Hay que ver como degeneran los discursos del opus dei desde sus planteamientos "sobrenaturalistas" y "espiritualistas", hasta su realidad de "aprovechateguis" de los cargos para el enchufe, la colocación, el amiguismo, el sometimiento y la esclavitud de quien cae en su trampa, el pasarse por el forro el estado de derecho. Para hacer lo mismo que otros venían haciendo sin tanta agua bendita no hacían falta esas alforjas.
Sigo descubriendo en la historia. He leído el discurso de Azaña en las Cortes constituyentes de la segunda república sobre el artículo que afecta a las relaciones entre el Estado y la Iglesia. Con particular interés, porque se dice que Escrivá montó su chiringuito opus dei en parte para sortear los obstáculos que la legislacion republicana pondría en el camino de toda asociación religiosa.
En ese discurso Azaña indica los tres problemas que tenía España:
-las autonomías
-la cuestión agraria
-la cuestión religiosa
La república dice Azaña no ha inventado esos problemas sino que estaban ahí, ocultos por los telones de la antigua España oficial monárquica. Cuando esa tercera cuestión pendiente se lleva al parlamento surge el problema político. Y su famosa frase: "España ha dejado de ser católica", que en mala hora la dijo porque los fanáticos del catolicismo combativo de la cruzada han hecho uso y abuso de ella.
No era entonces España un país para sutilezas de discursos demasiado intelectuales, como se vería cinco años más tarde. Y menos la iglesia católica en España estaba dispuesta a la renuncia de sus espacios en pro de la modernización del país. Aunque si se hubieran modernizado como ya habían hecho otros catolicismos a lo mejor no se habría llegado tan lejos en la violencia. He leído también de un autor solvente y conocedor que el anticlericalismo español es de los más furibundos de Europa... o ha sido.
A lo que iba, empieza Azaña por un planteamiento que si hoy resulta moderno para algunos católicos rancios en 1931 debía de resultar explosivo: el verdadero problema religioso no puede exceder los límites de la conciencia personal, porque es en la conciencia personal donde se formula y se responde la pregunta sobre el misterio de nuestro destino.
"Este es un problema político, de constitución del Estado, y es ahora precisamente cuando este problema pierde hasta las semejas de religión, porque nuestro Estado, a diferencia del Estado antiguo que tomaba sobre sí la curatela de las conciencias y daba medios de impulsar a las almas incluso contra su voluntad, por el camino de su salvación, excluye toda preocupación ultraterrena y todo cuidado de la fidelidad, y quita a la Iglesia aquel famoso brazo secular que tantos y tan grandes servicios el prestó. Se trata, simplemente, de organizar el Estado español con sujeción a las premisas que acabo de establecer."
Otro punto del discurso es que frente a los apologistas tipo Menéndez Pelayo que defienden lo que el catolicismo ha dado a España, Azaña ve la cuestión al revés: lo que España ha dado al catolicismo porque una religión no vive en los infolios de sus teólogos sino en el espíritu y en las obras de los pueblos que la abrazan, y el genio español se derramó por los ámbitos morales del catolicismo.... España creó un catolicismo a su imagen y semejanza, en el cual, resplandecen los rasgos de su carácter, bien distinto del catolicismo de otros países, por ejemplo del francés.. Recuerda la creación española de la Compañía de Jesús, como obra ejemplar. (Opus Dei quiere emular secretamente las grandes hazañas de la Compañía en el mundo actual.... es uno de sus móviles no confesados pero que no escapa a observadores como Joan Estruch.)
Sigue Azaña: "durante muchos siglos, la actividad especulativa del pensamiento europeo se hizo dentro del cristianismo..... pero desde hace siglos el pensamiento de Europa ha dejado de ser católico: todo el movimiento secular de la civilización se hace en contra suya, y, en España, a pesar de nuestra menguada actividad mental, desde el siglo pasado el catolicismo ha dejado de ser la expresión y el guía del pensamiento español. Que haya en España millones de creyentes, yo no os lo discuto; pero lo que da el ser religioso de un país, no es la suma numérica de creyentes, sino el esfuerzo creador de la mente, el rumbo que sigue su cultura."
Se demostró que estas palabras de Azaña eran ciertas, porque la victoria de Franco supuso el exilio, interior y exterior, cuando no la depuración, de la mayoría de los intelectuales, artistas, catedráticos en todas las disciplinas. Hemos visto en los posts anteriores lo que ocurrió con la psiquiatría, pero estoy segura de que se podría ir disciplina por disciplina universitaria y comprobar lo mismo. Quiere decir que las cabezas pensantes y creadoras en su mayoría no estaban en falange española ni en las posturas retrógradas. 20 años costó que España "medio despertara" de su sueño de las "glorias imperiales": Por el imperio hacia Dios, ¿no decía eso Franco?.
Por eso porque la cultura ya no es católica en sus aspectos productivos a pesar de los millones de creyentes decía Azaña que el Estado no podía estar a espaldas del sentido general de la civilización.(Habia en esto una sima entre la intelectualidad y los miles de creyentes ¿cuál era la tasa de analfabetismo en España en 1931? otro problemón...)
No quería Azaña una guerra de religión, lo planteaba como una oferta a la iglesia.... Separación de la iglesia y del Estado, era lo propugnado, algo que ya se había conseguido en otros países y que es una señal de modernidad y civilización. Nada de concordatos. La modalidad de la separación era lo que se discutía.
Y ahora viene la cuestión que el opus dei ha sabido capear de maravilla, que tantos y duraderos réditos le está dando en todos los países donde se implanta. Me parece que esos artificios opusinos para que sus casas no sean suyas proceden seguramente o tienen que ver con lo que la segunda república española decidió. Porque la primera casa del opus dei en Madrid antes de la guerra, la famosa Academia DYA ¿en la calle Luchana o Ferraz? ya tenía esta peculiaridad de que el dueño no era Escrivá, el fundador, sino una sociedad civil, donde el nombre y cargo de los titulares nada tenía que ver en principio con la iglesia católica ni con una asociación religiosa ni mucho menos con el proselitismo feroz característico del opus dei "ab initio".
Primero, la república suprimió el presupuesto del clero. Y segundo ¿qué hacer con los bienes eclesiásticos? Hace Azaña una reflexión histórica sobre lo que ocurrió con los bienes eclesiásticos desamortizados por Mendizabal. Después de Mendizabal durante treinta años no hubo órdenes religiosas en España, pero una vez que volvieron en vez de precipitarse sobre sus bienes perdidos se precipitaron sobre las conciencias de la gente para recuperarlos. Curioso porque el opus dei hace exactamente lo mismo...
Pero luego Azaña se plantea el tema de la libertad de conciencia y el choque con el bien de la República. No se pueden suprimir ninguno de los dos términos del problema. Porque además hay órdenes religiosas, pone ejemplos, de las bernardas de Talavera o las clarisas de Sevilla, cuyos votos no son un peligro par la república. En este punto se distingue de los jacobinos franceses que arrasaron con todo lo que oliera a voto religioso durante la revolución. La orden religiosa que a Azaña le preocupa son los jesuitas por su "cuarto voto" de sometimiento a una autoridad distinta de la del Estado, el papa. Y con la disquisición de los votos también Escrivá procuró que en su "orden" no hubiera votos ninguno para que ninguna república laicista del futuro la pudiera disolver o acusar de sometimiento a una autoridad distinta del estado. Hay que decir que la ausencia de votos religiosos no impide que el sometimiento opusino a las directivas de los mandos sea absolutamente férreo, como pienso que ninguna otra "orden" religiosa osa exigir a sus miembros.
El otro aspecto de los "no votos opusinos" sería cara a la iglesia. ¿por qué se les ha permitido "hacer de su capa un sayo" en esta importantísima cuestión?.
El ministro de Justicia, Fernando de los Ríos, había defendido a las hermanas de la caridad que trabajan en los hospitales. Pero Azaña le responde que debajo de la aspiración caritativa de casas de beneficencia, actividad admirable se esconde el proselitismo de una religión que no podemos tolerar. "¿No sabemos que al pobre hospitalizado se le hace objeto de trato preferente según cumple o no los preceptos de la religión católica?" esta frase no sé si es un recurso retórico o así era en la España de entonces.
Y la gran cuestión en la que Azaña se muestra inflexible: la enseñanza. La acción continua de las órdenes religiosas sobre las conciencias juveniles es cabalmente el secreto de la situación política por que España transcurre:
"¿Permitiriáis vosotros que un catedrático en la universidad explicase la astronomía de Aristóteles y que dijese que el cielo se compone de varias esferas a las cuales están atornilladas las estrellas? ¿Permitiriáis que se propagase en la cátedra de la universidad española la medicina del siglo XVI? No lo permitiríais; a pesar del derecho de enseñanza del catedrático y de su libertad de conciencia, no se lo permitiría."
Sin llegar a tanto como explicar la astronomía de Aristóteles, algo así ocurrió en la universidad española en 1939. ¡Quién le iba a decir a Azaña que la república iba a acabar tan terriblemente mal! "A más a más" con la creación de una "orden" religiosa que era la quintaesencia de todos los defectos que él había visto en las antiguas órdenes por su oposición al progreso del país, y con todas las tretas inventadas y realizadas para escapar al control civil de sus miembros:
"¿No querías caldo?, taza y media."

Comentarios

Isabel C ha dicho que…
Ana, gracias por la aclaración en la sesión de cine. No sé por qué tenía asumido que "la vocación" se adquiría al nacer. No imaginaba que pudiese ir más allá de la hª del hombre.

Cotino, por lo que he leído y recuerdo, era director de la policía con Mayor Oreja de ministro del Interior. Estuve en búsqueda en esa época, no medió orden judicial para ponerme en búsqueda y de hecho me buscaron incluso antes de estar apuntada en los ordenadores. Supongo que nunca sabré cómo unos Certificados Médicos, emitidos por un tío del opus dei, con falsedad a espaldas del interesado, dan tanto de sí.

Soy consciente que era poca cosa como para que se interesaran en mí gente tan relevante (en mí no, pero para sacar a Enrique Rojas del lío, bien pudo ser). Al igual que en el Colegio de Médicos, tampoco he sabido si Ana Pastor tuvo algo que ver con el archivo de mi 1ª denuncia (sigo... pq a Enrique Rojas, de momento, no se le va a juzgar por cómo se las apaña para conseguir lo que consigue y considero que es un deber de ciudadana, aunque tampoco sé si otros miembros del Opus Dei, consiguen lo mismo que Rojas, quizás todos no sean tan ladinos e involucren a la gente sin saber donde se involucran).

Y sí ¿quién se lo iba a decir a Azaña? y a los españoles, que íbamos a tener una dictadura capaz de sentar normas y costumbres que se convertirían en derechos adquiridos, difíciles de erradicar.

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