Instantáneas del franquismo por Fabián Estapé

Me he divertido mucho con este libro, aunque no pillo todas las ironías de Fabián Estapé, me fallan los conocimientos de economía que es a lo que el suegro de Enrique Rojas se ha dedicado. Y por otra parte cuenta hechos tan por lo menudo de su época que habría que haber vivido aquellos momentos para entender a qué se refiere.


 Ha sido un hombre que caía bien en las esferas del poder. Pese a que en este libro de entrevistas-memorias quiere hacerse el original, oveja negra de los tiempos del franquismo, tiene díficil convencernos de ello. En el régimen de Franco se lo rifaban y le llovían los cargos, los Opus Laureano, Ullastres, López Bravo contaron con él para los célebres planes de Desarrollo de los años sesenta, y al tiempo la universidad de Barcelona le ofrecía ser rector, lo fue por dos veces.

Fabián Estapé (1923-2012)

La primera cosa interesante para el tema Opus Dei es que explica porqué entró López Rodó que fue el primero de todos en la Presidencia del gobierno en 1956. Una vez instalado  él fue proponiendo y disponiendo los nombres de los siguientes ministros opusinos, así que no fue casualidad del destino ni mucho menos que no había otros, ni que eran los mejores, ni le debió de coger de sorpresa al fundador, ni era verdad aquello de que no le importaba que sus "hijos" fueran ministros sino que cumplieran las normas...etc. Mistificaciones de los hechos a los que nos tienen muy acostumbrados.

Dice Estapé
"Carrero había conocido a López Rodó cuando, por un problema de su vida personal íntima, el Almirante fue al despacho de un abogado civilista del Opus Dei, Amadeo de Fuenmayor (luego se haría cura y escribió el discutido "El itinerario jurídico del Opus Dei"). Por allí pululaba un muchacho delgado, con bigotillo, que hacía de pasante y que le supo resolver el problema, no por la vía jurídica, sino por la vía del convencimiento, de la oración y de la penitencia. Eso estableció un vínculo indestructible entre ellos. Cuando alguien se proponía separarlos y decía: "Voy a hacer que Carrero se cabree con López Rodó", fracasaba:::

-Y pronto Carrero le impulsa...

-Exacto. Carrero le anima a hacer la carrera. Política se entiende: "He conocido en Santiago a un catedrático catalán que vale mucho. Ante Iturmendi, el ministro de Justicia, ha dado una lección magistral sobre la reforma administrativa del Estado". "Pues que venga a Madrid". "¿Dónde?" "A presidencia del gobierno" y la presidencia era un lugar clave porque de hecho Carrero ejercía de presidente del Gobierno. Y si los ministros pueden influir en el gobierno los viernes, los días de Consejo, desde la Secretaría General Técnica de la presidencia, López Rodó puede influir de lunes a lunes. Le nombraron secretario el 15 de diciembre del 56. Esta es una fecha clave porque ya entonces López Rodó le dice a Carrero que se han de hacer cambios en el Gobierno y que los cambios deberían de ser tales y cuales. Y en los cambios de febrero del 57 en que entran de ministros Navarro Rubio y Ullastres, quien ha influido es López Rodó. Y también en el nombramiento de Gual Villalbí, sin cartera, tras la renuncia de Miguel Mateu a ser ministro. Y este gobierno del 57 ya anunca que estabilizará. El primer ministerio que va adelante, en la línea de la estabilización, es el de Hacienda, que emprende la reforma tributaria."

Otra cosa que he sacado de este libro es que los militares españoles que habían ganado la guerra y gobernaban España no tenían ni idea de economía. El primero Franco. Sólo sabían de patriotismo, un patriotismo tan absurdo que llevaba a no reconocer la inflación por ejemplo, todo lo malo que tenía la economía española eran insultos de los antiespañoles. Ante este barbecho no hacia falta ser un lince para sabiendo algo de economía ser bastante mejor y beneficioso para el país. Que es lo que más o menos pasó con los planes económicos llevados adelante por los opusinos, aunque me pregunto que hubiera sido de esos planes sin los miles de españoles que emigraron y mandaban divisas, al emigrar disminuye el problema del paro ¡qué poco hemos cambiado! y sin el turismo que también se multiplicó en aquella época. 

Como dice Estapé:

"El emigrante a Europa es un señor o una pareja que para dar estudios a sus hijos, se proponen trabajar cuatro o cinco años fuera, para regresar y comprarse el taxi o montarse una tienda. Provincias enteras cierran y ponen el cartelillo: "Enseguida volvemos". Es la emigración de quien va con la maleta de madera a Ginebra. Y encima de hacer desaparecer el paro , esta gente ahorran y envían a sus familiares más de 1,500 millones de dólares al año."

Don Juan Carlos y Laureano López Rodó

"-¿Cómo fuerons sus relaciones con López Rodó?

-Pues fueron cordiales siempre pero no encontré nunca la manera de que esos contactos fueran sencillos y naturales. Somos dos personas que no tenemos un sistema fácil de comunicación. Y no quiero decir con eso que la culpa sea del uno o del otro.

-¿Lopez Rodó era un hombre tan afectado y frío como parece?

-Sí, es un hombre muy ordenado y frío. En muchos aspectos estábamos llamados a no entenderno. Pero, políticamente, yo siempre lo he considerado muy hábil y le reconozco su labor de desgaste desde el primer plan del 64.

-En Madrid, ¿tuvo usted siempre el despacho en Castellana 3, Presidencia del Gobierno?

-Sí, la distribución era la siguiente: en la planta baja estaba López Rodó, en la primera planta Carrero, en la segunda, un servidor y por encima de todo la azotea. A mí me dieron el despacho que había ocupado don Manuel Azaña.

- Y Javier Irastorza, dónde estaba? Porque, por entonces, Irastorza era el secretario general técnico, ¿verdad?

-Tenía el despacho al lado mío. Existía una puerta que permitía la comunicación directa, pero López Rodó, a petición del interesado, la hizo tapiar. Como en los cuentos de Edgar Allan Poe.

-¿por qué?(......)"

A Javier Irastorza (¿numerario?) lo conocí en Pamplona cuando se abrió la facultad de Económicas, ¿lugar para él de jubilacion anticipada?  al llegar de Madrid, dijo sobre el aeropuerto de Noain que era una cafetería con aparcamiento para aviones. Así desprecian los opusinos a la provincia que más les ha dado...

Dice Estapé que ponía música en el despacho y esa música molestaba a los Opus que había.

"¿No lo hacía para provocar? ¿O por lo menos para vengarse del hecho de que López Rodó había sugerido que sus patillas eran demasiado largas y que "a Carrero no le gustan"?

-Era una manera de romper la atmósfera agobiante  que flota alrededor de la gente del Opus. Para mí era como abrir una ventana para respirar. Quizás esta necesidad interior producida una gama más notable de manifestaciones externas. Por ejemplo, cuando me hicieron saber que mi costumbre de cogitar andando en diagonal por dentro del despacho molestaba a Carrero, que estaba justo debajo de mí, adopté la solución más simple descalzarme. Y si venía una visita, el ordenanza veía como me calzaba para recibirle. 

-Hay un puñado de anécdotas de esa época en Madrid. La más espectacular me parece aquella en que, después de encomendar al chófer que llevara a un conocido suyo al aeropuerto, gritó desde la ventana: ¡Eh, para llevar a mi amigo, ponle el condón a la bandera!.

-Siempre se exagera algo..

-Y lo que es absolutamente cierto, porque me lo confesó Javier Irastoza es que usted le tenía completamente aterrorizado. Pero él se lo tomaba como una plaga expiatoria. Cabe suponer que a un hombre tan de comunión diaria, llamarle "beato de nuevo cuño", no le debió de hacer ni pizca de gracia.

-Gracia de Dios, que era la que él contabilizaba, no creo que le produjera demasiada. 

-Ni tampoco no le había de gustar que le manchara la alfombra del despacho con la tortilla de chorizo que usted se comía para desayunar, Y que, con la excusa de disimular la mancha, le pisara las migajas de tortilla hasta dejarlo todo hecho un asco.

-Es que él no era un tipo muy vital y no podía entender mis desayunos. Y eso de pisar la alfombra es otra exageración, porque no lo hacía sistemáticamente. Es aquello de: "Por una vez que pisé, me llaman el Relicario".

-¿Y que me dice de aquella frase que Usted le espetó: "Aunque vayas al cielo por ser tan de misa, te va a tocar columna y no verás a Dios en toda la eternidad"?

-eso pasó una vez que me acompañaron Rendueles, Lerena e Irastorza a Barajas. Cuando nos sentamos en la mesa para comer, Irastorza nos adviritó que era día de abstinencia. Yo pedí sesos rebozados y fui rápidamante informado de que aquello seguía siendo carne y que estaba a punto de pedir que cayera un rayo sobre el avión como castigo. Entonces le respondí que, coño, qué culpa tenían los otros cien pasajeos que habían comido escarola. Y para rematarlo, le dije la frase de la columna que, por lo que veo ha tenido mucho éxito.

Y otro apunte jiennense, Estapé rehabilitó la memoria de otro catedrático español desposeido por los vencedores de la Cruzada, el economista y políitico Flores de Lemus (1876-1941). Eso sí  el interesado llevaba casi treinta años muerto. ¿Le pasará lo mismo a otro jiennense ilustre llamado Baltasar Garzón? por decir algo...Querían su cabeza en un plato y ya la tienen, nadie con poder ha movido un dedo por que no se llegara a este vergonzoso extremo.