DEBATE. MI VIDA SEX EN EL OD
Armesilla, dosis de realismo: la historia se utiliza como arma política, es inevitable, déjense de ingenuos expositores de la misma que no son activistas.
Existe el poder, existe la geopolítica, existen los intereses de los Estados y no es que haya que presentar batalla, la batalla es la realidad. Si nos han puesto verdes, pongámoslos verdes a ellos, que hay de donde. Qué charla tan animada tuvieron en el puerto de Cartagena, todavía con la inútil mask incluida para hablar por el micro. El que se hace llamar Un tío blanco hetero, famoso creador de contenido en "tu tube", se presenta como simpático propaganista juvenil de los de la gaviota. Se menciona al opus pero es de broma, según dicen. Nadie en la mesa "pertenece". No sabemos.
En el asunto canonizaciones se nos olvidó mencionar la película Camino, en la que precisamente
se trata el tema de su instrumentalización en favor del prose y la propaganda entre los jóvenes.Hay que destacar que el primer proceso de beatificación que intentaron fue el del ingeniero Isidoro Zorzano, nume, ¿supo él que era nume o esa palabra la inventaron después?, fallecido joven de tuberculosis me parece. Pero por algún motivo quedó en el tintero. Luego vino Montsita Grases, joven nume barcelonesa fallecida de cáncer de hueso sin ni siquiera centro de estudios. Qué partidazo le sacaron a esta vida ejemplar. Tampoco sé por donde va. Y muchos otros vinieron luego. Obsérvese que entre los primeros de la fila no hay "hijas pequeñas", las preferidas. ¿Quizá Dora del Hoyo tiene ya estampa? así que el asunto canonización es fundacional, primordial y básico. Pero quien solo piense en vida en llegar a los altares, por definición estropea ese camino.Él sí lo pensaba de sí mismo y de sus secuaces. El móvil de mi entrada no fue mi futura y eventual canonización. Asumí una especie de deber kantiano impuesto por el Creador y transmitido por las directoras de esta institución que en mi y en mi familia pusieron ojos y apuntaron disparando a matar. Recuerdo el aspecto misional del asunto, si cada año puedes acercar a tantas personas, ¿te imaginas a cuántas a lo largo de tu vida? Dolores hacía las cuentas y salían como 5000. Así que entré por los supuestos 5000. Salí por cuestión de supervivencia. Ella se fue antes que yo.
ANTONIO CARLO BROLEZZI, SAO PAULO, BRASIL. Mi vida sex en el od.
Un testimonio fuerte e intenso, en términos de vivencia y de fuerza narrativa es el de Antonio Carlos Brolezzi. Profesor de matemáticas en la uni de Sao Paulo, de 40 años, nume 10 años. Brolezzi escribió un libro que dió mucho que hablar: Memórias Sexuais no Opus Dei (2006)
que podría traducirse Memorias de la sexualidad en el od. El testimonio salió en abril de 2006 y provocó violento debate en todo Hispanoamérica y lusoamérica, porque acusaron al autor de sensacionalismo a cualquier precio, provocando el recato del lector católico. En realidad al leer el libro y conversar con su autor, estimo que su relato si es intenso y fuerte en ocasiones, nada tiene de porno, sino que destila conmovedora delicadeza.
Brolezzi cuenta su historia con extrema honestidad y veracidad. Presenta hechos y deja libertad de juicio al lector. CUanta la visión del opus en materia de libertad y de sex, las anécdotas sobre el sexismo del founder, la ausencia total de espontaneidad en las relaciones. No hay rencor, solo quiere que opus y simpatizantes lean el libro.
"Nací el 5 de febrero de 1965 en Santo André, una ciudad industrial del estado de Sao Paulo. Soy el tercero de cuatro hijos. Tengo un hermano mayor, una hermana mayor y otra más joven. Mi madre trabajó 14 años en una fábrica textil. Tras el nacimiento de mi hermano dejó el trabajo, con el sueldo que había ahorrado pudo comprarse un frigo. Mi padre trabajaba en múltiples empleos a la vez, se dividía en día entre técnico de análisis de sangre en un laboratorio, agente inmobiliario, líder sindical del laboratorio de la industria de neumáticos (Pirelli). En realidad, su pasión era la política e intentó presentarse a varias elecciones, pero no logró vencer. En esta pasión perdió la mayor parte de sus recursos, todo lo que le quedaba después de subvenir a los gastos de criar 4 hijos."
Brolezzi cuenta cómo entró en contacto con od por primera vez: "Mis padres no había oído hablar del opus dei. Mi hermano en 1984 llevaba 2 años frecuentando un centro sin que mis padres lo supieran. Cuando me llevó pensé que se trataba de una actividad de la universidad de Sao Paulo. Empecé a acudir a un curso de Astronomía impartido por profesores de la USP en el centro Cultural Itaim, Tenía 19 años y no sabía en qué me estaba metiendo.
En el centro nada indicaba "Opus Dei" o algo similar. En esa e´poca me estaba preparando para entrar en la universidad, en la facultad de Matemáticas. Tras varios meses acudiendo a las actividades culturales y científicas de Itaim, un "amigo", por indicación de los directores del centro, un joven llamado Alcides, nume con el que tenía confianza, empezó a introducir en nuestras conversaciones sobre estudios el tema de la religión y la cuestión del significado de la vida. Siguiendo el esquema de convencimiento paulatino que en od llaman "el plano inclinado", pasé por todas las etapas hasta la considerada y denominada "crisis de vocación". Cuando llegas a este punto, no tienes salida, ya te han capturado".
En su libro Brolezzi no niega que fue atraido por factores de carácter social. Asistiendo a las conferencias del centro, el joven se daba cuenta del aspecto cuidado y bello de los participantes que contrastaba con su vestir desarreglado. Alcides además se arregló para ganarse la confianza de la madre de Antonio Carlos, empujado por el consenso de su madre y de su hermano, abandonó toda resistencia.
Cuenta que decidió entrar por dos razones, mejorar y conocer a una chica. Viendo el estilo de los asistentes al centro, Brolezzi imaginó que sus novias o amigas tenían que ser guapas y arregladas. Bajo la presión de Alcides, Antonio decidió pitar. ¿Cuándo pitó eras consciente de lo que significaba tu elección?
"En absoluto. Te presentaban la idea del opus dei como si te estuvieran invitando a formar parte de un club. A mis 19 años. No me lo tomé en serio, si lo hubiera hecho me habría dado un susto de muerte. Por su parte ellos sabían muy bien lo que estaban haciendo, te hacen sentir bien con la idea de ser miembro pero no te permiten pensar en las consecuencias de semejante decisión".
Las técnicas usadas para convencer son siempre las mismas:
"Amistad y confianza, un nume, en mi caso Alcides, se convierte en "tu mejor amigo" en un par de meses. No lo tienen difícil porque a esa edad no sueles tener amigos con los que puedas hablar con sinceridad total. En el od hacen lo posible para que les reveles tus sueños más íntimos, tus sufrimientos más escondidos. Dejas tu alma en sus manos. Se convierten en los guardianes de tus más íntimos secretos, así es como te captan."
Antonio Carlos tras haber sido admitido en la universidad, abandonó su ciudad y se fue a vivr a Sao Paulo. Acudía al centro Itaim.
"Era una casa de estilo americano de dos plantas. Por fuera estaba hecha de ladrillo y los acabados en madera blanca. Dentro estaba decorada de manera elegante y formal, al estilo antiguo, impactaba cuando se entraba la primera vez. A la vez que me preparaba para la universidad trabajaba en un banco".
En su libro Brolezzi describe el primer retiro espiritual en el que conoció al padre Rafael, que le preguntó sobre su familia ya en la primera confesión. Antonio empezó a llorar, empezaba el proceso por el que un nume se va distanciando del mundo externo, empezando por la familia. Describe las actividades del centro. Todas las semanas tenía una charla con el padre Luiz, que era su director espiritual. Empezó a colaborar en las actividades del Club Nautilus, al que acudían muchachos entre 8 y 13 años. Las actividades se intensificaron, empezó a enseñar inglés, inició los estudios universitarios.
En esta fase comenzaron las dudas:
"6 meses después del pitaje les dije que me gustaría dejarlo, la vida de adscrito, el nume que todavía no vive en el Centro, es una locura. Esta era mi jornada tipo: te despiertas al amanecer, ducha fría, trayecto en autobús a la residencia opusd, oración en común, misa en latín, si había gentes no opus se sustituía el misal latino por el portugués, desayuno en la panadería más cercana, vuelta a la universidad, pues vivía en el CRUSP, la residencia de la uni. Lo más absurdo esra que tenía que ir en autobús al centro opus y volver después de la Misa atravesando 2 veces una ciudad inmensa y todo ello antes de las 8 a.m.
Tras las clases y el almuerzo en la uni, siempre con algún compañero con el que tenía que intentar una amistad para luego llevarlo al centro, tenía que volver al residencia opus. Allí durante el tiempo de la tarde, que había que pasar en silencio, llevaba el cilicio durante dos horas mientras estudiaba. Luego hacía la "confesión" con el director laico, aunque en la obra no lo llaman confesión, sino charla fraterna para distinguirla del sacramento. Luego era obligado hacer la oración de la tarde, había que rezar media hora. Después teníamos una tertulia, una reunión en la que nos juntábamos todos y después los encargos materiales. Seguían otros momentos comunitarios, el círculo de san Rafael, una formación para los chicos de san Rafael, o el círculo breve, una charla pensada para los adscritos. Luego una tertulia interna a la que solo acudían los miembros del opus en la que se hablaba de los chicos de san rafael, del apostolado, de las personas con las que habíamos estado y de las amistades que estábamos intentando atraer, carne fresca para el opus.
Luego venían las actividades burocráticas, como visitar al secretario del Centro para pedir dinero firmando un recibí del dinero que te consentían para comer en la uni y para el autobús. La jornada terminaba con el examen en el oratorio. Después llegaba el silencio de la Noche. En mi caso tenía que subirme a otro bus para volver a la residencia donde dormía unas pocas horas en espera de otra jornada agotadora".
Después de 6 meses Antonio Brolezzi había adelgazado considerablemente y dudaba de la vocación.
"Decidí que me iría sin decírselo al director. Y aquí empieza la novela que opus construye en torno a quien se quiere marchar. En mi caso, estuve 9 años y medio queriendo salir. Algunos pasan todavía más tiempo. Depende de cuanto has dejado que opus te influya. En mi caso me embrollaron bien durante muchos años. Escribí el libro para explicar cómo fue".
Brolezzi superó la primera crisis y firmó su petición de admisión el 19 de marzo de 1985. El celibato apostólico le pareció irrelevante en el momento de firmar la carta que luego iría a Roma. Reconoce que no tenía las ideas muy claras sobre su futuro.
Una vez en el opus dei su curiosidad le valió duras reprimendas. Encuentra una caja en la biblioteca, dentro hay objetos extraños: disciplinas, que describe minuciosamente. Después descubrirá que la disciplina es la verdadera novia del nume. Brolezzi describe cómo usó por vez primera este instrumento:
"Nacho me ordenó que lo usra durante una de las convivencias de formación inicial. La explicación era que había que sentir dolor para identificarme con Jesucristo y con su vida en la tierra. Juntos estábamos salvando a la humanidad. La disciplina hacía daño, pero el dolor más grande estaba en el alma que empezaba a degradarse por usarla".
"La primera vez que la usé, me dí fuerte durante varios minutos mientras recitaba una oración al founder, acabé siendo engullido por el evento, aunque en lo más íntimo de mi ser no me podría acostumbrar a aquella barbarie. Lo mismo pasó con el cilicio. El cinturón de metal con pinchos anudado en torno al muslo me perforaba la piel y me hacía mucho daño. Pero la primera vez que lo usé tuve la sensación gloriosa de ser el hombre que había ayudado a Cristo a llevar la cruz, el cirineo. Tras haber cumplido con las mortificaciones recibí la recompensa del ego y la consideración del director".
Ferruccio Pinotti
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