DUDOSAS SANTIDADES

Tras extenderse sobre la sospechosa canonización, en el min. 1:07:19 lee un mensaje de un grupo de disidentes que siguen dentro y hoy, 2022, a pocos años del supuesto centenario, se dan cuenta de que "el opus dei ha ido convirtiéndose en un coto cerrado de unos pocos", 

¿alguna vez fue otra cosa que un coto cerrado del que se benefician los que están en la pirámide y sus bufones o pelotas diseminados entre vasallos y con aspiraciones? nunca es tarde si la dicha es buena. Pero me pregunto si ese conjunto de sacerdotes y laicos hoy quejosos que llevan quizás 20, 30, 40 años no vieron desfilar en todo ese tiempo en sus centros respectivos a personas que se marchaban con el oprobio, la calumnia y difamación a la espalda. Qué dura es la vida, ahora os toca a los que os creiáis a cubierto. Las farsas no duran cien años.

 No me alegro del mal ajeno, en este caso padecen mi mismo mal, pero tampoco me dan lástima. Todos tenemos nuestra oportunidad de salir de ahí y poner tierra por medio, por muy duro que sea. Tanta buena gente como conocí en mis años numerariles, aspirantes a santos decían, hombres y mujeres, más mujeres que hombres por supuesto, que sabían y callaron, miraron para otro lado. En mi caso como en todos los casos. No soy una original.  Todo es muy triste, se ha dejado crecer este monstruo de mentiras sin límite y al final se toca techo. Y no hay salida, por mucho que diga Antonio no hay tiempos dorados del Sotanillo, supuesto bar de la callé Alcalá donde tomaban chocolate con churros el founder con los primeros a los que embarcó en sus sueños de grandeza. 

Si Sotanillo hubo allí estaba el mal, un cura que exigía veneración a su persona. Un cura que venía de desobedecer a su jerarquía, que había huido de sus cargos eclesiásticos, y que con el paso del tiempo desarrollaría un tendencia megalómana a disfrazar todas sus ocurrencias de inspiraciones divinas. Muchos le ayudaron, adobaron espiritual y dinerariamente el invento. Pero el origen de la parafernalia seudoespiritual fue él. 

Capaces son de haberse inventado el Sotanillo a posteriori, o de haberlo engrandecido por una vez que quedaron allí. 

El asunto de la canonización amañada, siendo así que Echevarría era juez y parte, pues estaba entre los que postulaban la causa y entre los miembros de la Congregación para las Causas de los Santos, que hace una treintena de años juzgó y dictaminó. Se escandaliza el ponente de que este segundo sucesor del founder que fue, escribiera las típicas maravillas que suelen decir de los que abandonan el barco, y así desacreditar a Carmen Tapia o Alberto Moncada como posibles testigos en el proceso. Yo me canonizo a mí mismo. 

Que a fin de cuentas canonizar no es más que entrar en el canon, la lista de santos. Menciona a un inquisidor aragonés canonizado a quien nadie reza. Muchos otros supuestos santos que fueron borrados en el concilio vaticano II porque no se tenían evidencias ni de su existencia.

Ya sabemos que beatificaciones y canonizaciones son asuntos de propaganda. ¿Qué tipo de persona hoy puede desear verse en semejante compañía en el futuro? Los verdaderos santos me parece son gente oscura, que no sale en los telediarios ni es noticia, conocidos en su casa y alrededores. No tiene porqué, pero el poder y el oropel sea civil, militar, religioso se lleva fatal con la rectitud ética y la ejemplaridad moral de quien da sin esperar nada a cambio. Me pongo a reflexionar sobre el tema y me pregunto ¿qué es la santidad? Desde nuestras premisas actuales Fernando III o Luis IX de Francia, reyes santos por combatir a la morisma, no creo que sea aceptable. Tantos trapos sucios que podríamos sacar a relucir de personajes actuales y pasados que están en los altares de forma cuestionable.

En este librito de Luis Miguel Sánchez Tostado publicado en el año de gracia de 2002, precisamente se alude en la pág 155 a los eventos santificadores oficiales: la santa Sede había despojado de toda santidad a San Cucufato mártir (en catalán San Cugat). Y dice que en su lugar han santificado a un tal Escribá de Balaguer, de quien desconozco vida y milagros".

La novelita es una sátira o parodia: ¿Qué hubiera pasado si los "rojos" hubieran ganado la guerra civil en el 39? que los señoritos y toda su patulea de siervos, criados, manijeros y anejos se habrían visto obligados a echarse al monte. Y a partir de ahí se desenvuelve con mucha ironía una caricatura de la España eterna que dominaba más o menos cuando nació el autor y servidora. Entretenido cuento, aunque Sánchez Tostado lo considere un divertimento sin valor literario.