MANUAL DEL ÉXITO

"La vida da mil vueltas, ya te lo avisé, ahora estás abajo y yo estoy arriba", canta la Trevi. Me sirve: de las tertulias youtuberas de a cuatro extraigo que se están disolviendo sin que nadie los disuelva. Me baso en lo que cuentan que hacen en estos momentos. Volviendo a la nada: ni siquiera parodia de vida de familia, ni formación en verano, "cada uno que haga lo que quiera tras una charla mañanera". Van para cofradía de adoradores del Santísmo Sacramento. Se hablan entre sí por Wasap, ¿qué sentido tiene viviendo en la misma casa? quizás entendí mal. 

E insisto en que no sé qué pinta la nume en esos coloquios,  parecemos un adosado del opusd. ¡Les habéis puesto una denuncia! Prefiero a Guillermo, Maria Elena, Claudia, Gianfranco, Ascensión, Ricardo y tantos que ¡al fin! ya era hora, están poniendo cara a esta historia desgraciada, y tienen mucho que contar, nos ilustran y enseñan. Verdaderamente cada uno vivimos nuestra propia y solitaria desgracia frente a la manipulación de la que éramos objeto, y salimos adelante como pudimos. No dejan de sorprenderme las historias de ex, ¡20 años después!

La versión in ya la sabemos y estuvimos convencidos de ella, hay que superarla. 

MANUAL DEL ÉXITO

Para su apostólico fin, los socios del o cuentan ya con una preciosa guía que el founder ha escrito en sus ratos libres: Camino. Una colección de frases, un libro de reflexiones pías, que aún es sustento espiritual para 100.000 personas. El teólogo von Balthasar lo definió como un manual para boy scouts. El escritor Luis Carandell lo considera "un remedo mediocre de los Ejercicios de San Ignacio".

Más bien esto último y así pasará a la historia el primer instituto secular, luego prelatura personal con obispo,  y finalmente prelatura sin obispo. No se quedan en mentecatos, dear Gervasio, han hecho mucho daño para que ahora  nos conformemos con esa palabra además de engañar y engatusar, quitando obstáculos de en medio, a como dé lugar para salirse con suya. Pie en pared solo lo ha puesto Francisco. Hasta él, eran los reyes del Mambo y su palabra iba y volvía a Roma.

Otra cosa es que el final de esta historia consista en un barrido bajo la alfombra y que a nadie se le pida responsabilidades ni dé cuentas, como ha ocurrido ya con tantos otros hechos ignominiosos de España.

Es más que imitación de los Ejercicios. Escrito en lenguaje de confesonario, el librito encierra claves que permiten entender mejor el fenómeno Escrivá y su imparable marcha hacia el altar; con el picante adobo de la fe. Camino es un manual para triunfadores, un evangelio del éxito. Los trucos de Dale Carnegie y demás expertos en relaciones sociales que florecieron años después (Cómo tener éxito en los negocios, Cómo dirigir una empresa...) no mejoran los consejos de E., que en esto fue decididamente un hombre adelantado a su tiempo.

Camino no solo permite alcanzar el cielo: también ayuda a vencer e las empresas terrenales, incluidas las de carácter apostólico. El hombre que diseña E. anuncia el triunfador de los años 80: duro, juvenil, dinámico, resuelto, paciente, discreto... Trabaja mucho y sabe guardar las distancias: no se permite amistades íntimas ni familiaridades. Frío y calculador, practica el autocontrol, tiene el corazón  cerrado "con 7 cerrojos" y hace un uso interesado de los afectos: "La caridad...su eficacia os maravillará". Sabe disimular su orgullo, sonreír sin ganas y aún siendo superior a los demás, va para santo y está en posesión de la verdad: ambas cosas dan mucha seguridad, evita los aires de suficiencias. Si hay que fumar, se fuma y si hay que decir tacos, se dicen.

E. recomienda mostrarse humilde, la humildad siempre da buen resultado, no flaquear ante el inferior, no dar muchas explicaciones ni intentar convencer ("no pretendas que te comprendan") no discutir ("de la discusión no suele salir la luz"), no dejarse apabullar por las caídas.

Un montón de consejos prácticos, empapados de devoción, que aún hoy pueden resultan utilísimos para quien tenga que batirse el cobre en una empresa, una redacción, una oficina o un ministerio. Lo fueron, desde luego para aquellos jóvenes profesionales, de santa ambición, que guiados por E participaron activamente en la reconstrucción de posguerra.

Mientras ellos iban escalando puestos, como obligados al divino plan de apostolado, el founder hacía pasillos en las proximidades del poder. En 1947 dirigió un retiro espiritual al general Franco en el Pardo. Ricardo de la Cierva ha asegurado a la revista Tiempo que encandiló al caudillo que incluso "pensó en hacerlo vicario general castrense".

Pocos después, la providencia colocó a sus hijos en el ámbito del futuro Rey de España. Algunos participaron en una histórica reunión donde se sentaron bases para la educación del Príncipe. Tuvo lugar en Molinoviejo, una finca que el Opus tenía en Segovia. Desde su fundación: la expansión espiritual fue acompañada por una sistemática expansión inmobiliaria: una casa de retiro por aquí, un colegio mayor por allí, un palacete, una residencia, un santuario...etc.

En la posguerra, los negocios de enseñanza empezaron a despegar: las residencias se llenaron. La inversión había sido mínima. Los estudiantes pagaban incluso por adelantado para que les compraran la cama. El opus pudo pronto abrir casas en los núcleos universitarios más importantes y en algunas ciudades extranjeras.

En 1951 por primera vez un hijo de E. comenzó a santificar la Administración Pública del franquismo. Florentino Pérez Embid, director general de Turismo. Seis años después, otro conseguiría la primera cartera ministerial. A partir de ahí durante más de 15 años, Franco tuvo en el opus dei una importante cantera de altos cargos.

Fue el almirante Carrero, hombre fuerte del régimen, quien les permitió buscar la santidad desde sus gobiernos, en los que no sólo podían firmar penas de muerte y dar sustento  espiritual al régimen: también contribuyeron  a su modernización.

Cambio 16, marzo 1992