INGENUIDAD Y RECTITUD DE INTENCION

A menudo leo mensajes de ex numerarios que se relacionan con numerarios en la actualidad. Creo que es bastante ingenuo pensar que una numeraria se encuentra "libremente", por propia iniciativa, con otra que ha dejado de serlo.



Uno de los momentos más duros y difíciles en mi evolución tras mi etapa escrivariana fue la asimilación paulatina de que ninguna de mis ex cofrades me miraba derechamente y sin prejuicios, buscando  la persona que soy. Coleccioné dolorosas experiencias por ello. Recuerdo una travesía de España de más.de 800 km sin enterarme del trauma que llevaba encima: la decepción de una de la que me había fiado como si fuera mi madre y en efecto en determinado momento lo fue, pero a la hora de la verdad, me dejó tirada y sólo tenía palabras de propaganda.

Es difícil de aceptar porque es muy duro darte cuenta de que aquellas personas en las que tú confiaste toda tu vida en realidad se están aprovechando de esa confianza. Una vez que te tienen en su regazo, te apuñalan. No hay conciencia ni corazón ni sentimientos en nadie del opus. Sólo apariencias de todas esas cosas. Un gran vacío, eso es lo que tienen por dentro.

No hay individuos que piensen y actúen por sí mismos, todos son cumplidores de consignas, "misioneros" en el peor de los sentidos. Cuando un numerario se acerca a alguien que ha dejado la obra escrivariana nunca es un inocente acercamiento. Para ellos siempre serás una ex, nunca un ser humano con una historia, una biografía, unas experiencias que te han llevado a tomar decisiones y a replantearte seriamente tu existencia. Ellas no entienden de eso.

Eres alguien al que hay que "tratar" de manera especial. Alguien a quien hay que aplicar la política de hacer callar.

Una vez que te machacan al máximo, deben conseguir que te avergüences por haberte ido. O al menos que te entre una falsa compasión por la obra de Dios, la compasión que no tienen para hacer sufrir a los demás, se la exigen a todo el mundo para con ellas. En especial si eres de las que puedes contar la realidad de lo que pasa dentro.

Cuando se acercan cual corderos inocentes dan ganas de escupirles a la cara por la nula vergüenza que demuestran. Pero para mi desgracia me siento incapaz de tomarme esa libertad. Con sus simpatías y "delicadezas" buscan anularte como persona frente al resto de la sociedad.
Ya me he encontrado con alguna numeraria, algún cura "como quien no quiere la cosa" en los lugares más insospechados. No puedo pensar que esos encuentros eran casuales. Es su estrategia: después de la violencia viene la "suavidad". La falsa suavidad, como si una fuera tonta.







Un escrivariano siempre es como la botella con el mensaje dentro. No es un ser humano que libremente se acerca a otro ser humano libre y responsable.
Escribí sobre la fuerza que da el "cumplir un encargo", haces cosas que te han mandado y eso te da energía suplementaria.

Esto les plantea el problema que ellas llaman "rectitud de intención".

Recuerdo que se nos hacía predicar y escuchar con frecuencia  sobre la "rectitud de intención", que consiste en que hay que hacer las cosas por tí misma, no para que te vean las directoras. En este punto se manifiesta una de las grandes contradicciones, vivíamos de cara a la galería constantemente. Hay que hacer puntos frente a las que llevan las riendas. Con lo cual la rectitud de intención es la cuadratura del círculo. Más bien siguiendo el ejemplo de vida que muestran, aprendes la doblez, siempre aparentando, disimulando. "Haciendo como que", como que te emocionas con el apostolado, como que eres la que más se mortifica, como que trabajas, como que rezas, como que....etc, etc, etc. De ahí la importancia que se da a todo lo que sea apariencia como lo de poner el agua en los vasos de las demás cuando se llega a la mesa o servir el café. Como si esas bobadas fueran el colmo de la generosidad.

La vida de la "perfecta numeraria" es una vida para afuera, de escaparate.