ADIÓS A FRANCISCO

En 17:19 aparecen Salinas y Ugaz.

He estado escuchando a los comentaristas españoles habituales: Arme, Rubén, Coronel y ppra opusina de servicio...no tratan los temas de gobierno en los que Francisco ha mostrado mano firme, ni los cambios de aires que su paso por el Vaticano supusieron. Desde pagar la factura en Santa Marta tras el cónclave hasta el intento de embridar al mayor lobby católico, que utiliza el traje talar y el ritualismo como disfraces. 

Tampoco de aquellos zapatos viejos frente a las zapatillas rojas hechas por el sastre romano para el anterior Papa, ni de su abandono de los palacios para residir alejado de la curia, ni su viaje a Lampedusa, él mismo hijo de emigrantes, tuvo gestos y obras de cercanía con los parias de la sociedad. Más allá del problema político y los manejos que se están realizando, un cura no puede mostrarse lejos de quienes sufren y son los últimos.

Que se trajo sirios en el avión, que colocó duchas en la plaza de san Pedro para los sin techo...

No han mencionado que ha colocado mujeres, monjas de toda la vida, no "numerarias de esta secta" en puestos de responsabilidad vaticanos.

Los nombramientos de cardenales venidos de países de la periferia del mundo. Pastores con "olor a oveja" como él decía. 

Dicharachero pero se metió en charcos en la política interna administrativa y de gestión de la Iglesia.

Capaz de cambiar y reconocer sus errores, un cura de 80 años que en 2018 llegó a Chile confundido sobre el cura Karadima, y dió un giro total. Hasta el punto de nombrar a Juan Carlos Cruz víctima

de ese cura asesor para la defensa de los menores. De ahí nació la primera cumbre antipederastia de la Iglesia católica en febrero de 2019.

Hubo errores, fallos, meteduras de pata, sí, seguro, porque se arremangó y hubo de enfrentar enemigos. Consciente de que los tenía, no se engañaba sobre las antipatías que despertaba dentro y fuera de la Iglesia.

Mi sensación es de desconfianza frente a lo que vendrá. Si no es un hispanohablante y procede de esa periferia del mundo, aterriza en Roma sin saber de los temas espinosos...da miedo. 

El africano que suena, el cardenal Sarah ha mostrado sus simpatías por los "santificadores", piensa como ellos.

Curiosamente Bergoglio ejerció de químico, tuvo un trabajo laico ocupándose de la higiene de los alimentos antes de descubrir su vocación religiosa en 1957.

No como otros, que han santificado el trabajo profesional "naciendo" prácticamente y "muriendo" en un palacio romano, o siempre en trabajos de mando sobre las almas, jamás en el tajo.

Ninguno de los españoles comentaristas ha mencionado el asunto Sodalicio, cómo el Papa se enfadó por el robo de tierras comunales a los campesinos de Piura, ni saben de Paola Ugaz. Muy concretamente, una periodista que en noviembre de 2022 va a Roma, se entrevista con Bergoglio y a raíz de ese encuentro, llegó la comisión de investigación a Lima al verano siguiente. Paola le contó de sus "desgracias" a manos de los sodálites: denuncias, asalto a la casa de Salinas. No estaba en las nubes y sabía de la actuación mafiosa. Abril de 2023 destitución del obispo Eguren, el protector de la secta peruana.

Por no hablar del asunto Cipriani, cardenal opusino al que se le perdonó sus malos pasos y no lo supo aprovechar. Han pasado eventos en este papado dignos de recordar,

Para mí quedará como el Papa que dijo Numerario de esta secta.

Descanse en paz, y nunca mejor dicho, tras haber vivido en esa corte de intrigas a la que llegó desde Argentina en 2013.

A este si me nace  rezarle y pedirle ayuda.

Con lo importante que es el escrivarianismo en España, NINGUNO de los comentaristas compatriotas ha mencionado los motus ¿propria? que tienden a limitar su poder, ni las denuncias argentinas, ni los trabajos que han sacado a la luz dineros, herencias, manejos.

No me extraña que Bergoglio no pisara nuestro país: opuslandia del derecho y del revés. Qué empapados estamos, y cuánta boca cerrada en los temas importantes que de verdad nos afectan a los españoles. En especial a los católicos españoles engañados. Ni existimos.