EL PADRINO

 En 1928 contrajeron matrimonio Luis Carrero Blanco, oficial de Estado Mayor de la Marina, nacido en 1903 y Maria del Carmen Pichot. Ambos contrayentes vástagos de militares. Carrero pertenecía a los llamados "brahmanes" de la Armada y realizaba tanto actividades de superficie como submarinas. La guerra le sorprendió en Madrid. En junio del 37 se pasó a la zona franquista y precisamente al no haber contribuido a la sublevación le ayudaría a promocionarse en los gobiernos del caudillo, a quien le caían mal los "iguales" por la posible sombra. Siempre quiso acaparar la victoria.

A partir de 1940 cuando es nombrado subsecretario de Presidencia no dejaría de despachar ni una sola semana con el generalísimo. Carrero se definía como un hombre totalmente identificado con la obra política de Franco: "mi lealtad a su persona y a su obra es total, clara y limpia, sin sombra de ningún condicionamiento..."

 

Luis Carrero Blanco (1904-1973 en atentado de ETA)

Se convirtió así en el más fiel y más antiguo de los colaboradores del jefe del Estado. Ascendió a ministro en 1951. Era el segundo de a bordo del régimen, eminencia gris que realizó pinitos literarios, obtuvo algún premio de literatura y también le gustaba la pintura.

 

Como militante de Acción Católica Carrero comenzó a frecuentas los circulos piadosos del poder copados después de la guerra por los Propagandistas de Ayala. Quien le puso en contacto con od fue el ayudante militar de Franco, Jesús Fontán lobe, unos de los militares que simpatizaron con el founder en la época de Burgos. Jesús Fontán presentó a su compañero de promoción en la Armada, Carrero, que ya formaba parte de los mandos de Acción Católica. También había tenido contacto en la Junta Técnica de AC desde 1940 con otros ods:

Por ejemplo Mariano Navarro Rubio, que luego sería un supernume ministro muy famoso porque según dijo su vida se vió truncada por el caso Matesa.

Hasta que empezó la actividad del Consejo Superior de Investigaciones Científicas pasaron apuros nuestros hermanos. Por lo que cuando no tenían dinero el founder de los sablazos acudía a Carrero que le facilitaba sobres de los fondos reservados de Presidencia del Gobierno. Ya entonces a vueltas con los fondos de reptiles.

En la segunda mitad de los 40 el matrimonio de Carrero pasaba por un bache. Decidió separarse por la Iglesia, imposible otra cosa en esta persona y en aquel país. Y pensó en recurrir al sigilo y discreción de que hacían gala los hijos del Padre, como los llamó Moncada. Acudió al bufete de Amadeo de Fuenmayor, catedrático de dcho civil que lo compartía con el catedrático de administrativo también  nume LLR. Ambos tenían cátedra en la uni de Santiago pero con frecuencia estaban en Madrid. Con las comunicaciones de aquellos tiempos.

Para un miembro od una posible separación era ocasión de apostolado con motivo de la profesión. El tándem de abogados, profes, catedráticos, numes consiguió en lugar de la separación la reconciliación. La admiración y el agradecimiento quedaron en Carrero, y años más tarde Laureano sería llamado a desempeñar el cargo de secretario gral. técnico de la Presidencia del gobierno.

En 1947 Carrero viajó a Estoril para comunicar a Juan de Borbón la decisión del caudillo: España se tranformaría en reino. Hubo un comentario jocoso del pretendiente que enfadó a Carrero con él para siempre y ni siquiera saludaría Carrero a don Juan con motivo del bautizo del hoy nuestro rey, en febrero de 1968.

El hispanista francés Jean Bécarud (1925-2014) es uno de los que menciona que el estrechamiento de lazos Carrero-santificadores ocurrió por este incidente matrimonial. Y lo mismo certifica Paul Preston en su monumental "Franco, caudillo de España".

Desde entonces nació una estrecha amistad y Carrero se dejó llevar políticamente por los numes y los supers. Navarro Rubio asegura que como ministro de la Presidencia Carrero tenía que presentar en el Consejo los asuntos del INI, pero "se limitaba a leer lo que le habían entregado. Las discusiones sobre estos temas las teníamos siempre con Planell o con las propias autoridades del INI, a Carrero le llegaban los temas resueltos". Luego cuando se creó la Comisaría del Plan de Desarrollo, CB depositó toda su confianza en lo que decía Laureano. "La amistad con Carrero llegaba hasta los límites de la máxima confianaz política", cuenta Navarro en sus memorias.

A partir de 1951 entre los más directos colaboradores de Arias Salgado, min. de Información que era en realidad un min. de Propaganda, figuraban los que serían los primeros santificadores oficiales de la política. José Luis Villar Palasí y Florentino Pérez Embid. Este nume onubense estaba en el departamento encargado de la censura. Ya residente en Roma desde unos años atrás el founder lo alabó en público: "este hijo mío lo está haciendo muy bien en su servicio a la Iglesia desde la vida pública". 

Mejor imposible: director general de los censores de Franco, que en España no se publicaba cualquier cosa, todo tenía que pasar por la aprobación gubernamental. Libros y películas eran susceptibles de sufrir tijeretazos del censor. Hasta el punto según cuenta de hacer el argumento de la peli irreconocible. Según cuentan quienes vivieron aquellos gloriosos años.

Antonio Tovar (1911-1985), filólogo ilustre y rector de la universidad de Salamanca escribió de ellos: "Cuando la cultura en España, a pesar de los 12 años de Ibáñez Martín en el ministerio de Educación quedó sin absorber del todo por la Obra, con amplias zonas no colonizadas, el opus dei buscó instintivamente otros lugares donde la intemperie fuera menos inhóspita en la vida intelectual de nuestro siglo. Gabriel Arias Salgado sirvió quizás de puente. Cuando cesó en la subsecretaría de Prensa y Propaganda, al pasar ésta un tiempo a educación, halló asilo en la Presidencia junto a Carrero. Allí iniciaría también su brillante carrera López Rodó y también allí hizo sus primeras armas Villar Palasí (...) A la época de Ibáñez iba suceder la de Carrero como patrón. La entrega de los ministerios económicos a fieles del opus dei sería la coronación de la etapa que se iniciaba entonces."

Así en la política española en Dictadura los miembros del od había encontrado un nuevo padrino político en la persona de Luis Carrero Blanco. Y si Escrivá era el padre, Carrero se convertirá en el padrino de la política española, Ynfante dixit.