IRREGULARIDADES
Se detectaron irregularidades en el proceso de beatificación. Miembros od habían solicitado a obispos y sacerdotes el envío de cartas al Papa en apoyo de la causa, violando el requisito de que estas cartas sean espontáneas según dice el código IC en su número 2.077.
De las 6000 cartas que llegaron unas 2000 pertenecían a obispos, el canon citado dice que los obispos que las remitan deben haber conocido personalmente al beato y la propia documentación del proceso atestiguaba que el founder sólo había conocido a 128 obispos. No obstante, una instrucción de 1935 de la Congregación de Ritos dejaba abierta la posibilidad que dicho conocimiento se podía referir sólo a la "fama de santidad del candidato" y no al candidato mismo, subterfugio legal que fue utilizado por el od.Otra irregularidades provenían de los testimonios. De las 2.101 páginas del proceso que los recogen, 839 eran las declaraciones de Portillo y Javier Echevarría, los 2 íntimos. Pero lo más llamativo es que se dijo que no hubo pruebas para afirmar que la actividad del candidato no tuvo nada que ver con política ni economía, no se incluyeron documentos sobre las estrechas relaciones del od y su founder con el régimen de Franco.
Giancarlo Rocca, religioso paolino, analista competente, opinó que "la excesiva velocidad del proceso no beneficia a nadie, y pone en tela de juicio su legitimidad. La mayor parte de los archivos eclesiásticos y civiles sobre el período de la vida de Escrivá siguen cerrados ¿Qué pasa si cuando se abran se descubren documentos comprometodores?."
Mientras algo ocurrió que era insólito que no había pasado en otros procesos. Por intervención directa del Papa Juan Pablo II el Vaticano adoptó íntegramente la postura del od y lejos de considerar que había irregularidades, asumió los datos como normales tanto en la fase de instrucción del proceso como "en la heroicidad de las virtudes", o en la prueba del milagro. El "promotor de la fe" concluyó:
"considero a la luz de los testimonios del proceso que la prueba más sólida de la autenticidad del elevado grado de la vida mística que alcanzó el siervo de Dios viene precisamente de su continuo esfuerzo de identificación con la voluntad divina y de aquella humildad que (...) después de 50 años de sacerdocio vivido intensamente, hacía que se considere como un niño que balbucea."
La palabra clave de esta beatificación fue aceleración. Todo se haría antes y más rápido que cualquier candidato antes o después. La santidad tan rápida estaría a la altura de los intentos por llegar a ser la primera superdiócesis, tras buscar a la vez la veloz beatificación junto con el estatuto de prelatura perso, por la sintonía ideológica sin discusión opusd-papa polaco.
Respecto al milagro presentado supuestamente obra del candidato y ocurrido en 1976, el proceso instruido en la curia diocesana de Madrid tuvo lugar en 1982. Una monja religiosa carmelita de la Caridad, presentaba tumores y un sacerdote nume que era su confesor afirmó que habían desaparecido en un plis plás.
La monja pertenecía a uno de los 92 conventos de la orden que se habían negado a modernizarse tras el concilio Vaticano II, y de su asistencia espiritual se encargaban opus sacerdotes. El milagro sería que gracias al founder la monja se había salvado de una muerte asegurada. Sin embargo no había sido ella sino su familia, los Navarro Rubio, especialmente vocacionales, quienes habían rezado al futuro santo. Recordemos que una era nume, el otro ministro de Hacienda y presidente del Banco de España en los 60. Según testimonios del entorno de la monja ella nunca pensó en pedir nada a un aspirante a santo.
Aún más, la curación milagrosa fue tan secreta que la propia superiora solo se enteró varios años después por la prensa. La monja murió a los 82 a. de una enfermedad que no tenía relación ninguna con aquella de la que había sido milgraosamente curada según la documentación aportada por od.
En junio de 1976, sor Concepción Boullón Rubio tenía 76 a., el médico que la atendió declaró que no se realizó ninguna biopsia dado el mal estado de la enferma. Vino luego la presunta curación. Una religiosa que la cuidaba, Pilar Prieto, contó que unos días después cuando volvieron al médico, le encontró un pequeño resto de los bultos en un pie, del que se decidió hacer biopsia. El resultado fue calcificación distrófica sobre inflamación previa.
El examen histológico mostró que no era un tumor. Un tumor o neoplasia consiste en proliferación celular anómala que posee caracteres definidos microscópicos que habitualmente definen un comportamiento biológico de gran o escasa agresividad. Por el contrario, la calcificación distrófica es un proceso que si se analiza al microscopio nada tiene que ver con un tumor, aunque desde un punto de vista superficial puede formar un bulto o tumor. Este proceso consiste en la infiltración o depósito de sales cálcicas en zonas de tejido que han sufrido un proceso de muerte celular, bien sea secundaria por falta de riego sanguíneo, inflamación o traumatismo.
Un ejemplo de tiempos pasados eran los ganglios linfáticos del cuello o mediastino afectos de tuberculosis que se cargan de sales cálcicas dando una apariencia típica al tacto o radiografía. De modo ocasional pueden ocurrir fenómenos de calcificación distrófica en las zonas muertas de algunos tumores, por ejemplo, el llamado epitelioma calcificante, un tumor benigno que jamás progresa de modo agresivo. Asímismo, en niños pequeños algunos tumores malignos de rapidísimo crecimiento pueden presentar una calcificación distrófica.
Como los resultados de la biopsia eran decepcionantes para apoyar la curación milagrosa, intervinieron médicos de la uni de la clínica universitaria de Navarra que no se atrevieron a pronunciarse. Hicieron informes evasivos. Aunque otros se pronunciaron en contra, señalando que no era tumor sino calcificación. El catedrático de patología Anatómica y miembro nume Jesús Vázquez mantuvo serias dudas al respecto, pues un caso de calcificación distrófica difícilmente podía servir de base para una curación milagrosa.
Hasta el propio decano de la facultad de medicina,el hoy camino de santidad, Eduardo Ortiz de Landázuri, catedrático de patología y clínica médica y uno de los médicos de la Casa Real española se vio obligado a desviar la atención de los expertos hacia otra patología concurrente. Como los tumores de la monja no servían, hallaron una úlcera gástrica que lograba ennegrecer el cuadro clínico, afirmando que aunque dos patologías eran independientes, el agravamiento y concurrencia de ambas habría hecho prever el falta desenlace.
Pese a todo, el expediente del presunto milagro continuó su camino y en Roma llegó a manos de Raffaello Cortesini, médico y nume, presidente del Instituto para la Cooperación universitaria y jefe de l Oficina Vaticana de la COngregación para las Causas de los Santos, organismo que dictamina si las curaciones son o no milagrosas. Allí fue donde la prudencia científica, las dudas razonables y escrúpulos profesionales fueron barridos de un plumazo. El presidente de la consulta médica que interviene siempre de oficio firmó entonces que era un milagro. El od necesitaba avalar el proceso de beatificación y para Roma la curación de las calcificaciones de la monja carmelita había sido milagro, pese a que los od sabían que aquello podía invalidar totalmente el proceso de canonización.
Así llegó la beatificación y el founder pudo lucir aureola alrededor de su cabeza. Expertos canonistas aseguraron entonces, equivocándose, que E. jamás llegaría a santo con tanta irregularidad por el camino. La turbosantidad y el culto al founder no podrían pasar el listón de "santo" como era el deseo ferviente y motivo de vida de tantos fans en aquellos años.
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https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov/documentos/Informe_GIV_comunicacion_20210412.pdf