JUSTICIA VATICANA

Un  juez inglés imparte "clase particular" al poder judicial del Vaticano

 El juez Baumgartner anula una orden judicial solicitada por el Vaticano contra un gerente de finanzas italiano. También proporciona el relato más completo del escándalo financiero en la Secretaría de Estado del Vaticano hasta la fecha.

 El pasado sábado 31 de marzo se inauguró el año judicial 2021 en el Estado Vaticano. Ante el Papa y en presencia del primer ministro de Italia, Mario Draghi, el fiscal Gian Piero Milano se refirió a algunos de los éxitos del poder judicial del pequeño estado pontificio. Estos incluyen colaboraciones internacionales con Italia, Gran Bretaña, Brasil, Jersey, Eslovenia y Polonia, que se ocupan de casos sospechosos de lavado de dinero o malversación de fondos. 

Al mismo tiempo, Milano admitió que el proceso de reforma ordenado por Francisco estaba "lejos de terminar, ya que todavía existen lagunas e inconsistencias en muchas áreas". 

 Aspecto particular del "escándalo financiero"

 Unos días antes, un juez de Inglaterra aportó pruebas convincentes de ello. En su sentencia del 10 de marzo, publicada una semana después, se trata de un aspecto parcial del "escándalo financiero"  en la Secretaría de Estado del Vaticano con una inversión deficitaria en una propiedad de Londres (60, Sloane Avenue).

 En este contexto, el 5 de junio de 2020, la Justicia del Vaticano invitó al banquero de inversiones italiano Gianluigi Torzi al Vaticano para ser interrogado, y lo detuvo allí durante diez días en una celda de la Guardia Suiza.

 El 11 de noviembre, los empleados de Milano solicitaron a un tribunal de Londres una orden judicial para congelar los activos de Torzi en tres cuentas de Londres, un total de alrededor de 755.000 euros. El tribunal de Londres concedió esta solicitud un día después. Torzi demandó la revocación de la medida cautelar por fundamento  incompleto y tergiversación de los hechos. 

 Testimonio vergonzoso 

 En su sentencia de 42 páginas, el juez Tony Baumgartner rompió principalmente la decisión de su colega británico el 12 de noviembre. Al mismo tiempo, emite un testimonio un tanto vergonzoso sobre el poder judicial del Vaticano y los empleados de la Secretaría de Estado. 

 Por decirlo claramente: Baumgartner no emitirá un juicio en el caso del escándalo financiero en sí; él solo juzgó si era lícito congelar la fortuna de Torzi para que no pudiera gastar dinero que pudiera pertenecer al Vaticano.

 Las razones de las medidas cautelares suelen tener que redactarse muy rápidamente porque la rapidez es fundamental. No así en el caso Torzi: habían pasado cinco meses desde su arresto en el Vaticano. ¿Por qué de repente esta prisa ?, pregunta el juez Baumgartner,  el juez no ve el peligro de que Torzi quisiera huir con el dinero. 

De este modo el jurista británico muestra el enfoque y comportamiento a veces amateur en el Vaticano. En lugar de centrarse en los detalles de las posibles irregularidades de Torzi, la fiscalía del Vaticano diseñó el escenario de una amplia conspiración de sus propios empleados y sus cómplices extranjeros. Uno de ellos, Torzi, fue acusado de doble malversación, doble fraude, extorsión y blanqueo de capitales entre junio de 2014 y principios de mayo de 2019. 

 

Con esta táctica, el objetivo aparentemente era conseguir al menos uno o dos golpes, o echar la culpa a los sacrificios internos de peones y a los malabaristas financieros italianos supuestamente corruptos para proteger a sus propios superiores. 

 ¿Estaría involucrado Parolin cardenal secretario de Estado? 

Mientras se analiza el asunto Baumgartner, el suplente, el arzobispo de la Curia Edgar Pena Parra, e incluso el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin, estuvieron involucrados. En los archivos, por ejemplo, hay una declaración del fiscal adjunto del Vaticano, Alessandro Diddi, sobre "el asombro de las autoridades superiores" y "los superiores de la SDS [la secretaría] y en particular el suplente Edgar Peña Parra". 

Sin embargo, según Baumgartner, Diddi no menciona "quién exactamente (posiblemente aparte del arzobispo Peña Parra) está asombrado y por qué", ni hay un informe directo de Peña Parra. Además, los "documentos críticos" a los que se refiere Diddi "no fueron presentados". La nota del cardenal del 25 de noviembre de 2018" está ausente de los documentos. El "Cardenal" es el mismo Cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin. 

Este es uno de alrededor de una docena de casos en los que Baumgartner acusa a la orden judicial contra Torzi de serias lagunas legales o hechos tergiversados. Por eso los recoge al final. El juez Baumgartner no tiene ninguna duda fundamental sobre un juicio justo ante el tribunal del Vaticano contra Torzi, en caso de que se llegue a eso. 

Por otra parte Baumgartner escribe:  "La idea de que Mons. Peña Parra hubiera firmado tal documento sin familiarizarse con los contratos que encargó a Monseñor Perlasca realizar es difícil de aceptar, sobre todo dada la importancia de la transacción y el monto de las sumas involucradas".

La justicia vaticana se queda atrás en comparación con la internacional

No se trata de un juicio sobre los hechos en sí, sino una base para observar más de cerca las investigaciones sobre el escándalo financiero en la Secretaría de Estado, incluso en los puestos más altos. 

¿Por eso recordó el Papa en su discurso del sábado pasado que todos son iguales ante la ley y que deben dejarse de lado los privilegios del pasado? 

 No solo el juez Baumgartner muestra que el poder judicial del Vaticano le queda trabajo antes de alcanzar los estándares judiciales y de investigación internacionales. En diciembre, la Corte Suprema de Italia dictaminó que la solicitud del Vaticano de arresto, ordenada por la Fiscalía de Milán, de la gerente Cecilia Marogna, sospechosa en otro aspecto del escándalo financiero, era ilegal. 

Roland Juchem (KNA)